Gracias a el

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Justin sonríe, acariciando los nudillos de su esposa poco antes de apretar sus manos brindándose calor.

-Son tan... -comienza Emma.

-bonitos -completa John, meciendo a Daniel en sus brazos.- No me canso de verlos. Cada vez que vengo estan más grandes.

-Se parecen a Justin -musita llena de admiración la rubia, Carlos está detrás de ella, mirando atento a los gemelos que duermen con serenidad, perdido entre sus pensamientos.

Miley está casi segura que se está imaginando a un bebé con los ojos verdes de Em y los cabellos negros de él.

-¿Se parecen? -Cuestiona John en un tono irónico.

- ¡Son idénticos! Es como si él renaciera en dos cuerpos. Lo único que tienen de Miley es la sangre.

-No es así -contradice la morena- Daniel tiene los ojos de nuestro papá. Grises como una noche de tormenta.

John asiente un poco cohibido y observa a sus sobrinos que son el retrato de Bieber: con el cabello dorado, la nariz pequeña, los labios rosados casi tanto como lo estaban sus mejillas, con sus pestañas largas y rubias. Derek con ojos color miel y Daniel, tal como Miley lo había dicho, de un gris azulado.

-Mamá siempre me contaba la historia de cómo se conocieron papá y ella y como a veces los ojos de Nicholas cambiaban de azul a gris y viceversa, ella creía que usaba lentes de contacto, pero después de un tiempo se dio cuenta que así eran sus ojos. Papá siempre creyó que en algún momento se quedaría ciego, pero todos los doctores le dijeron que era completamente normal. Estoy seguro que Daniel no tendrá problemas.

-Será un galán -bromeó Justin- conquistará a todas con esos ojazos.

Miley sonrió recordando como siempre que se lo pedía, su madre la abrazaba y le contaba una y otra vez como había conocido a su papá en un día llovioso... cuando su coche se había descompuesto y su padre se había ofrecido a llevarla. Decía que sus ojos combinaban con aquella tormenta y que eso la hipnotizó.

Miley casi había gritado cuando su pequeño Daniel había abierto los ojos mostrándole que poseía los mismos ojos de su abuelo.

-Es extraño que hayan predominado los ojos claros en los bebés ¿verdad?

-Pattie tiene los ojos verdes-azulados y mis abuelos también -murmuró Justin.

- El padre de Miley y su bisabuela también los tenían.

Se encogió de hombros y jaló el cuerpo de su esposa para mantenerla más cerca, el frío cada vez era más fuerte y según los pronósticos del tiempo en pocos días comenzaría a nevar.

Derek se retuerce un poco entre los brazos de Emma y empieza a llorar con fuerza, la rubia casi inmediatamente alza los brazos hacía Justin entregándole al bebé con miedo.

-No hiciste nada malo Em -dice y agarra al bebé con dulzura.- Yo también me culpé la primera vez que lloró en mis brazos, pero así son los bebés y así es su forma de comunicarse por ahora, debe de tener frío o hambre.

Lo abraza un poco y le acaricia el poco cabello con calma.

-Chss chhss -lo tranquiliza.- cálmate campeón, tu mami ya viene. No tienes por qué llorar, vas a despertar a tu hermanito.

Derek empieza a calmarse un poco y con su frágil mano envuelve el pulgar de su papá. Los ojos de Miley brillan con orgullo cuando se acerca, así ha ocurrido desde que salieron del hospital.

Justin tiene la magia para hacer que sus hijos se consuelen, es una conexión que va más allá de su entendimiento. Y sabe dentro de sí que eso nació desde que sus bebés pateaban con entusiasmo cuando lo escuchaban.

El farsante (Miley Cyrus & Justin Bieber) ©Where stories live. Discover now