Nuestra primera navidad juntos

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24 de Diciembre.

-El clima aquí es impredecible, no me gusta –gruñe abrigando a Daniel con un gorro rojo y un pequeño y caliente suéter azul. A su lado Miley repite la misma secuencia con Derek.

-¿Extrañas L.A?

-No –murmuró con seguridad.- solo desearía salir sin encontrarme con mi auto cubierto de nieve.Miley sonrió.

–A mí me gusta.

-Has vivido aquí por 26 años, yo sigo acostumbrándome.

-¿Canadá no te acostumbró?

-Nunca viví en Canadá, te dije que mis abuelos eran de ahí pero yo solo fui de vacaciones algunas veces... –su mirada se dirigió hacía la gran ventana. No extrañaba Los Ángeles, tampoco le molestaba tanto la nieve; era más ese sentimiento que lo había embargado desde la noche anterior lo que lo ponía de ese humor; volver a ver a su abuelo lo llenaba de alegría, pero también le ponía los músculos tensos.

-Y hablando de eso...

Las pupilas de Justin se dilataron con rapidez al escuchar el timbrazo en la puerta.

Estaban aquí.

-¡Feliz Navidad! –escuchó la voz de su abuela llenar la habitación. Esa voz era la que lo consolaba cuando su madre lo ignoraba...

-¡Hola! Bienvenidos –la vocecita de Miley tenía ese tono alegre que hacía que el corazón de Justin diera un vuelco.

-Tú debes ser Miley-y ahí estaba él. Su mejor amigo, la figura paterna que tuvo cuando niño, el hombre que había perdido por culpa de una mujer que no merecía ser la causa de esa separación.

-Así es.

-Soy Bruce y ella es mi esposa, Diane.

-Mucho gusto –estrecharon las manos. Justin seguía apartado de todos, con Daniel en brazos.

-Justin ven –mandó la morena.

Sus abuelos solo se quedaron quietos, admirando en silencio a Justin mientras éste caminaba hasta quedar junto a su esposa.

-Estás enorme –musitó Diane.

-Ya soy todo un hombre, abuela –bromeó un poco, tratando con fuerzas de aligerar el ambiente.

-¿No me das un abrazo?

Rió con ternura, dejando a Daniel a cargo de Miley. Y se inclinó, sintiendo como los brazos de su abuela lo rodeaban.

-Te extrañé –confesó, escondiendo la cara.

-Yo también lo hice, Justin –respondió.Lentamente el abrazo se fue rompiendo y el rubio decidió terminarlo dándole un cariñoso beso en la frente a la mujer frente a él. Fue cuando escuchó a su abuelo murmurar su nombre y sintió que toda su fuerza se rompía en pedazos.

-Justin...

-Abuelo...

Miley acarició su hombro dándole ánimos. Pero aunque se esforzara no sabía cómo empezar a pedir perdón.

-Yo...

-¿Esa es tu cadena de bebé? –interrumpió Diane, ganándose la atención de Bruce y por consiguiente dejando que Justin respirara por un instante.

Ni siquiera se había dado cuenta que estaba conteniendo el aliento.

-La guardaste –masculló con incredulidad el maduro hombre.

-Creí que sería un buen detalle heredarla a mi hijo.

-Fui idea de él usarlas, por eso los niños tienen nombres con D.

-¡Qué detalle tan bonito! ¿Verdad Bruce?

-Pensé que se habían perdido...

-No –negó Bieber.- Las guardé todo este tiempo, pero si las quieres de vuelta podríamos...

-No seas tonto, Justin. Son tuyas.

-También conservo la que tiene mi nombre –declaró sin saber por qué era necesario decirlo, sacó el medallón de oro que estaba por debajo de su camisa y lo mostró. –Era mi pequeña parte de ti.

-¿No estás enojado? Por como hablé de tu ex-mujer.

-No puedo estar molesto por algo que... sé que fue honesto. Todo lo que dijiste... lo hiciste para advertirme, porque no querías que saliera lastimado. Si te hubiera escuchado me hubiera ahorrado sufrimiento innecesario y... yo quiero pedirte perdón.

-Estás perdonado –el abrazo fue inmediato, casi tan inmediato como el alivio que recorrió cada molécula en el cuerpo de Justin.

Definitivamente esto era lo único que le faltaba para estar completamente liberado y feliz.

-¿Y qué me dices de ella? –preguntó, señalando a la hermosa mujer que era su esposa.

-Te puedo asegurar que con ella no estás equivocado.

-Parece ser la única persona que te controla Justin. -opinó su abuela, quien se entretenía con Daniel.

Justin sonrió con complicidad, apretando a Miley junto de sí y depositando un beso en su sien.

-Pueden llevar su equipaje al cuarto de visitas –dijo la morena, recordando que estaban en vísperas navideñas y que tenía una cena preparándose en el horno.

- La comida estará lista pronto.

***

Cuando la cena termina y tanto los bebés como los abuelos de Justin duermen, Miley empieza a recoger el lugar que ha quedado lleno de envolturas de regalo.

-Limpiaremos mañana, Miley. Quiero que veas algo.

-¿Algo?

-Un regalo.

-Ya me diste un vestido.

-Solo ven –pide tomándola de la mano y jalándola con entusiasmo hacía su cuarto.

Miley ríe cuando ve el muérdago arriba de la puerta.

-Muy gracioso –canturrea en una carcajada.- Siendo sincera es un muy buen regalo de navidad.

-No eso no –mueve la mano como restándole importancia.- acércate un poco más, a la cama.

Miley está a punto de protestar pero él la empuja hacia el colchón.

Llena de curiosidad revuelve las sabanas hasta que siente algo parecido a una caja chocar con sus dedos; saca el paquete de entre las almohadas y lee en voz alta la nota:

“Feliz Navidad, amor mío. Gracias por darme una familia.”-Justin.

-No entiendo.

-Abre la caja. –indica.

Rasga el cartón hasta que ve la esquina de algo que toma parte de sus recuerdos. Es el mismo portafotos que se encontraba colgado en el cuarto de los bebés, el mismo que en la parte inferior tenía la palabra ‘Familia’. Miley nunca había notado su ausencia en la pared. Solo había una cosa diferente esta vez... estaba por fin haciendo su tarea: custodiando una hermosa foto de Justin y ella, teniendo en brazos cada uno a un diferente bebé.

La morena reconocía la foto. Emma la había tomado hace pocos días.

-¿Te gusta?

-Oh, Justin. –Llevó su mano a su boca, tratando de calmarse- Es espléndido. Me encanta.

-Feliz Navidad, cariño.

Entonces ella recordó algo y corriendo tomó la plantita que colgaba en la entrada, la hizo bailar sobre su cabello mientras le sonreía.

-¿No querrás romper la tradición o sí? Me debes un beso.

Ahora fue Justin quien soltó una carcajada. Tomándola de sus mejillas la acercó, besándola lento, explorándola, como si fuera la primera vez que tocaba sus labios.

Era su primera navidad casados. Su primera navidad siendo padres.

Era la primera navidad de él... donde no se sentía solo.

El farsante (Miley Cyrus & Justin Bieber) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora