Bienvenida a la familia

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-Aquí está –la rubia le entrega el anillo.- Estoy muy feliz de que vayas a hacer esto Justin, Miley enserio cree que no lo harás.

-Gracias por el anillo.

-Es el de su graduación, le sigue quedando bien, así que creo que esa es la medida correcta.

-Lo compraré solo un poco más grande que esto, por si acaso.

-Me parece perfecto, o si no puedes pedirle a Derek el que le dio él.

-No creo que sea una buena idea decírselo a Derek por ahora, corro el riesgo de que Olive se entere.

-Bien –sonríe- mucha suerte.

-De verdad, gracias.- se aleja admirando el circulo que forma el tamaño del dedo de su amada, con ese anillo se guiará para comprar el de compromiso. Deseaba encontrar uno perfecto y único, porque así era Miley y se merecía una joya tan bella y especial como lo era ella.

***

Julio y Agosto pasan demasiado rápido. Aunque con muchas cosas que recalcar, Emma se ah conseguido un novio, su nombre es Carlos, es latino y es muy guapo, se nota que la quiere. Justin habló con su abuelo después de recuperarse de una corta gripe, y él prometió venir a visitarlos desde Canadá en Diciembre, así que habrá re-encuentro en navidad. Derek habla con ellos cada semana aunque entre todos evitan mencionar a Olive así que siendo honestos solo ella y Derek saben de su estado… tanto físico como mental. Derek está bien, un poco agotado, triste y cansado, el golpe de la muerte de su bebé lo sigue afectando, pero ah visitado a Miley en ocasiones, sus sobrinos patean cuando escuchan su voz y él se emociona, aunque no es mucho comparado a su padre, que casi quiere usar un megáfono para decirle a toda la población que sus hijos se mueven al escucharlo.

Pattie ah llamado a Justin para pedir un poco de dinero, él se ah negado, su relación sigue siendo fría, y aunque Miley intenta, Justin parece no querer recuperarla.

<<Nunca ha habido una relación, Miley había dicho.- Pattie nunca me ah querido.>>

Miley está contenta, a veces va al trabajo pero prefiere quedarse en casa, su panza a crecido bastante y su cumpleaños número veintiséis será mañana. Nadie ha hablado sobre nada, por lo cual sospecha que le harán una fiesta sorpresa, y si no lo hacen está bien. Al fin que lo único que espera de ese día es la canción de Justin.

Justin no la ha dejado escuchar ni un poco, ni siquiera la música, ni siquiera un verso, nada. Y eso la estresa demasiado.

Las vacaciones de Justin empiezan en una semana y sinceramente Miley no tiene idea de lo que su novio tiene planeado, le gusta mucho eso de guardar secretos y sorpresas con ella, sus vacaciones eran en Agosto, pero la empresa de diseño era suya, y John la estaba manejando muy bien, no iba a ser un gran cambio si ella volvía a tomar vacaciones ese mes.

Aún podía recordar cuando no le gustaba que los otros trabajadores se dieran cuenta que ella tenía ventajas por ser hija de los fundadores y hermana del actual dueño ¿pero de qué sirven los privilegios si no los usas? De nada.

-¿Qué pasa Miley? –cuestiona Justin viéndola demasiado concentrada.

-La vida pasa demasiado rápido –responde.

-¿ah?

-No sé, no me hagas caso. Estaba pensando en todo lo que pasó estos meses.

-¿Y? ¿Los calificas buenos o malos?

-Buenos –le regaló un beso.- Absolutamente espectaculares.

-Falta lo mejor –la abrazó por las caderas, y se inclino para volver a besarla; ya no podían estar totalmente pegados, una enorme barriga se los impedía.

-Tu canción, mi cumpleaños. Sí, creo que falta lo mejor.

-Eso y algo más. –guardar el anillo por casi dos meses había sido lo más difícil, en ocasiones cuando reía junto a ella, o veían una película, o la besa, le hacía el amor… le daban unas ganas tremendas de hincarse y proponérselo así, pero debía ser paciente.

-¿Algo más? Oh sí, nuestras vacaciones.

-Sí, y además de eso, otra cosa más.

-¿Qué? –indagó.

-Secreto. –se limitó a decir Justin.

-Odio los secretos. –Justin hizo su característica sonrisa de lado.- De verdad, me estás ocultando muchas cosas últimamente.

-Porque si te las digo perderían la magia.

-Serán mágicas, no importa la ocasión o cómo sean dichas, al menos que planees huir y dejarme, eso no sería mágico nunca.

Él depositó un tierno beso en su frente.

- Te prometí que no me iría jamás. Hagamos un trato –propuso.- Si dejas de preguntar y disfrutas todo lo que pase mañana te diré a dónde iremos de vacaciones.

-Tiene que ser a un lugar cerca, ya no se me permite viajar en avión.

-Lo sé. Todo está calculado. –se agachó a besar su estómago y lo acarició mientras sentía los movimientos y los golpecitos.

-Parece que serán futbolistas –musitó Miley como opción al sentir todo el pataleo.-

-¡Oh, casi lo olvido! –corrió hasta su oficina y empezó a abrir los cajones. ¿Dónde había dejado el regalo?

Entonces otra cosa captó su atención, se había olvidado de ella.

La pistola de Olive ocupaba un buen lugar dentro del espacio de madera, Justin había decidido guardarla mientras encontraba la forma de deshacerse de ella, pero simplemente esa tarea se había borrado de su mente.

Cerró el compartimiento con más cuidado, suponía que nada de malo tenía en conservarla, podía usarla si alguna vez era necesaria, un robo… o algo más.

Su búsqueda continuó hasta que por fin vio la caja azul con un grande moño blanco que había llegado al correo hace 2 semanas, apenas la había recogido ayer.

Camino de vuelta a la sala, un poco aturdido y le indicó a Miley que tomara asiento, puso la caja en su regazo.

-Mi abuela lo envió, quería que lo abriéramos juntos.

-¿Tu abuela?

-Sí, ese regalo ha llegado desde Canadá. -Miley dio unas palmaditas a su lado incitando a Justin a sentarse junto a ella, él lo hizo.

Deshizo con delicadeza el perfecto moño y quitó la tapa azul, dejando al descubierto dos hermosos gorros tejidos, de color azul también.

-Oh mi Dios –susurró, eran tan bonitos.

-Viene una tarjeta –musitó Justin y empezó a leer.

“Justin, estamos tan felices de poder escuchar tu voz de nuevo, y que esta nos traiga la maravillosa noticia de que serás papá. Convirtiéndonos a nosotros automáticamente en bisabuelos. ¿Están tratando de que nos demos cuenta cuán viejos estamos? Les deseo a ti y a tu esposa Miley mucha alegría y que esos dos angelitos sean una bendición. No pudimos esperar hasta navidad para los regalos y cuando vi esos gorros, solo se me vinieron a la mente tus hijos. ¡Se verán fabulosos con ellos! Nos vemos pronto en Diciembre, besos y abrazos.-Los abuelos

PD: Bienvenida a la familia, Miley“

Aunque Miley solo dio una sonrisa pequeña y empezó a adular el regalo, Justin pudo notar como todo su cuerpo se había puesto tenso cuando había escuchado el: a ti y a tu esposa. Pero eso cambiaría si ella le daba el sí mañana.Mañana no solo sería su cumpleaños, mañana podría ser el día en que Miley Cyrus se convirtiera en Miley Bieber, prometida y futura esposa de Justin Drew Bieber. Cuando por fin podrían sellar un pacto que los uniría para siempre.

El farsante (Miley Cyrus & Justin Bieber) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora