Te amo

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.Día de San Valentín.

Arregló su cabello nuevamente. Seguía sin estar convencida de cómo lucía. Después de haber regresado a la cabaña Derek le avisó que a las 8:00 la recogería un carro y la llevaría al lugar donde festejarían esa noche de San Valentín.

Eran la 7:50, y aún no podía aplacar su cabello, lo había cepillado tantas veces que se encontraba muy esponjado y no se le ocurría ninguna manera de poder peinarlo, llevaba un vestido rosado y muy ligero (Derek lo había especificado así) unos zapatos de encaje blanco que combinaban con un listón enredado en la cintura. Decidió solo hacerse una pequeña coleta sencilla y salió de la casa.

Pronto un auto negro la recogió por enfrente de la choza, el viaje fue corto y cuando llegaron Miley quedó fascinada, estaban en una playa… que sorprendentemente se encontraba sola, tal vez era privada pero ella no estaba segura. Se deshizo de sus zapatos y caminó siguiendo la ruta que las velas le marcaban, llegando así al destino: un tramo de arena cubierto con varios almohadones y cojines, vino, panes y fruta, una pequeña fogata, y la maravilla principal… luciendo solo unos pantalones blancos, viéndola de pies a cabeza con esa mirada tan característica de él.

-Derek esto es precioso – Por un momento Justin se mostró confuso al escuchar el nombre de su hermano, pero luego recobró la compostura y recordó que todo esto era una farsa.

-¿Te gustó? –preguntó.

-Es realmente bello –soltó en un suspiro.

-Nada comparado con tu hermosura, tu belleza está opacando todo esto –Bieber se puso rojo de pena, eso no estaba en el plan. Salió de su boca nada más ¿Desde cuándo elogiaba a las mujeres?

Miley sonrió y tomó asiento sobre las almohadas.

-¿Preparaste todo esto tu solo?

-Bien… podría decir que alguien me ayudó –todo había sido idea de Derek, también había sido pagado con dinero de Derek, así que bueno… él era Derek ahora, la idea había sido suya entonces.

La chica se recostó un poco y miró hacia el cielo, estaba muy oscuro y lleno de estrellas, cerró los ojos por un momento.

-¿Estás pidiendo un deseo? –le preguntó él.

-No, no hay estrellas fugases.

-¿Y solo se piden cuando hay? -Miley asintió.- Eso es tonto, si quieres pedir un deseo, pídelo; Dios es el que los cumple… no las estrellas.

La morena sonrió –No necesito pedirlo, Derek. Tengo todo lo que quiero –juntó su mano con la de él- ¿Y tú?

Él lo único que deseaba era poder decirle su verdadera identidad, pero no podía.

-Miley ¿Qué opinas de las mentiras? –dijo de repente.

-¿Y eso que tiene que ver?

-No sé. Simple curiosidad. Ayer dijiste que cuando amas a alguien, perdonas todos sus errores… ¿perdonarías una mentira?

-Depende –murmuró mientras levantaba los hombros.

-¿De qué?

-No sé, de muchas cosas. Depende de quién me mienta, y cuál sea su motivo, depende de cuánto lo ame. –hizo una mueca- ¿Podemos hablar de otra cosa?

-¿Cómo cuál?

-Cómo de que te irás en una semana…

-¿Tienes hambre?

-No cambies el tema.

-No lo hago. Es que yo si tengo hambre –se inclinó y tomó las copas mientras las llenaba de vino, le entrego una a ella y empezó él a beber de la otra. – ¿Te parece si calentamos malvaviscos en la fogata?

-Derek…

-Por favor –la paró- también es doloroso para mí hablar de eso. Miley solo te quiero decir una cosa, puede que ese viaje me cambie un poco, no solo físicamente, tal vez mi actitud hacía ti cambie… pero quiero que sepas que para mí, para el verdadero yo, para mi corazón estos pocos días han sido muy significativos y te quiero mucho, de verdad. Nunca dudes eso. –le alzó la barbilla y depositó un beso en sus labios, esperaba que esa pequeña platica la preparara para cualquier situación que tuviera cuando Derek volviera a tomar su lugar.

Después de terminar la fruta y el pan, empezaron a calentar los malvaviscos junto a la fogata y a hablar de cosas con poco sentido, en un momento ambos se callaron y el silencio se apoderó de la noche, aunque no era un silencio incomodo Miley decidió romperlo, una pregunta le venía rondando la cabeza desde que se casaron.

-Derek.

-¿Sí? –Justin la acercó más junto a él, le gustaba mucho sentir su cuerpo cerca del de él, le daba mucha paz.

-¿Por qué desde que nos casamos no me has dicho que me amas?

Bieber tensó la mandíbula y miró a la mujer al lado de él, que lo veía con ojos temerosos e inseguros, jamás le había gustado mentir acerca de el amor, pero no podía permitirse dañar a Miley.

-Porque mis sentimientos hacía ti van más allá que el amor-musitó.

-Entonces dilo –continuo ella.

-¿Decir qué?

-Dime que me amas.

Justin suspiró hondamente y la besó, tratando de hacerla olvidar ese tema, pero después de algún tiempo ella lo alejó de él.

-Dilo. –pidió. –Por favor, para mí es necesario.

Él tomo aire y apretó su muñeca. Después tomó las mejillas de Miley que instintivamente puso sus pequeñas manos en el pecho desnudo de él y rozó el tatuaje que tenía en el pectoral derecho.

-Te amo –Soltó lentamente y sorprendido se dio cuenta que las palabras no resultaron forzadas… para nada.

aqui hay nueva cap chicas:D
subire muchos muchoooos muchisimos capitulos seguidos hoy por que recuerden que es adaptada entonces puedo subir muchos capitulos:)

El farsante (Miley Cyrus & Justin Bieber) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora