Never let you go

1.6K 69 3
                                    

.2 días después.

-Sigue sin contestar –gruñó el rubio hacía su celular.- Se ah escapado. Ya no podemos dudar. Llamemos a la policía.

-Derek, estamos en un avión camino a Nueva York, será un viaje largo; deberías calmarte.

-¡Han pasado más de 48 horas!

-Sí, pero siguiendo el protocolo legal, una persona solo se identifica como desaparecida después de 72 horas.

-Es demasiado tiempo no puedo esperar un día más. ¡Esa mujer tiene a mi hija! Y no sé que le vaya a hacer.

-Mira hermano, Olive puede estar enojada pero no le haría nada a su propia hija, tranquilízate.

-No puedo –volvió a tomar el teléfono pero unas delgadas manos le impidieron llamar.

-Disculpe señor, pero debo pedirle que apague su celular, es por su seguridad y por la de todos los pasajeros. –la aeromoza les brindó una cálida sonrisa a ambos mientras que el rubor recorría sus mejillas, impresionada de tener a dos hombres tan guapos frente a ella.

-Claro, él apagará su teléfono –musitó Justin mirando a Derek, quien refunfuñando guardó el aparato en su bolsillo.

-Aterrizando llamaré al hotel donde se hospedaba, no estoy a gusto, ella me amenazó de alguna manera, dijo que jamás la volvería a ver, ni a ella ni… -trago- al bebé. Tal vez cumpla su promesa.
-La encontraremos, no puede esconderse para siempre.

-Es Olive, Justin. No sé cómo, ni por qué pero siempre se sale con la suya –gruñó.

-Hey –apretó su hombro- es tu hija, mi sobrina, no voy a permitir que la alejen de tu lado.

-Gracias, Justin –sonrió.- Eres un buen hermano.

-Tu también –se encogió de hombros.

-No –se tensó- no lo soy, soy egoísta y te eh hecho daño, cuando no merecías nada de eso, acaparé la atención de nuestros padres, te quité a Olive, y luego te metí en problemas legales, has estado al pendiente de mi salud todo ese tiempo; y yo… yo ni siquiera te eh preguntado sobre tu bebé.

-Bebés –corrigió él.

-¿Bebés? –Repitió con los ojos abiertos.- ¿tres?

-¡No! –gritó, sería tan extraño tener trillizos- Dos, voy a ser padre de gemelos.

-¡Gemelos! –Murmuró su hermano con júbilo- ¡eso es asombroso! ¡Felicidades!

-Gracias –sonrió de lado- va a ser difícil.

-Sí, pero vas a tener a muchas personas para ayudarte, además… ¡la madre es Miley! Eso te garantiza que tendrás las cosas un 55% más sencillas, ella hace que todo luzca más fácil.
Justin hizo una mueca al escuchar a su hermano.

-¿Sigues sintiendo algo por ella?

-Sí.

-¡¿Qué?!

-Por favor, señor, le pido que guarde silencio –otra aeromoza lo amonestó al momento en que pasaba a su lado.

-Cariño, Justin. Cariño de hermanos, es… básicamente mi cuñada, debo de quererla.

Él bufó- Fue tu esposa, te ibas a casar con ella y ella… te amaba tanto.

-Fue mi esposa porque un documento lo dice, pero nunca conviví como marido con ella, además ¿por qué te preocupas? Está enamorada y embarazada de ti.

-Lo dijiste, en el hospital. La primera vez que te vi ¿recuerdas? Te dije que quería casarme con Miley y dijiste que eso no ocurriría si lo impedías…

El farsante (Miley Cyrus & Justin Bieber) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora