El rey árabe [Z.M.]

Capítulo 31

Los días pasan mientras que nosotros disfrutamos del mar, el sol y la arena. Los niños se divierte corriendo y explorando de un lado a otro, mientras que nosotros pues nos tomamos un tiempo... eso quiere decir pasar todo el día comiendo chucherías, ya que a zayn se le pegaron mis antojos... justo como en el primer embarazo. La ciudad está en sus fiestas, todo el ambiente tiene un toque música, ha desfiles, ferias y concurso... tenia años sin ver esto. Hay un festival, es nuevo, nunca lo había visto antes.

Decidimos salir a dar una vuelta, pues son las ocho de la noche y el ambiente se presta. Entre mi ropa escojo un short jean junto con una blusa de rayas roja, me maquillo un poco y me suelto el cabello. Ariel lleva una braga jean y una blusa coral, Axel una bermuda y un suéter polo rojo, y Yasser lo mismo, pero su polo es azul. Todos esperamos en la sala mientras que zayn se termina de arreglar... después de unos minutos sale, no tiene barba y su cabello esta al estilo desordenado y hacia un lado, tiene una camiseta blanca y una bermuda de jean con unos converse... se ve como si tuviera veintitrés. Como el festival nos queda ahí mismo, nos vamos caminando. La brisa el fría y fuerte, tal como me gusta. Después de unos cinco minutos llegamos al festival, pagamos las entradas y a disfrutar, la música está a todo volumen y eso hace que quiera bailar. Zayn les da dinero a los niños y ellos corren a comprar comida.

Las luces se apagan y se enfocan en la tarima que hay a unos cuantos metros, tal parece que saldrá algún artista o banda. Y así es, sale unos chicos, se presentan... y da la casualidad que empiezan a tocar la canción que le dedique a zayn el día que nos casamos... todos están bailando, es un ambiente romántico. Pone las manos en mi cintura y yo enredo mis brazos en su cuello, nuestros rostros están a centímetros.

— Siempre será mi favorita—susurra cerca mis labios.

Yo sonrió como una colegiala enamorada.

— Ay—suspiro—te amo tanto, demasiado—digo.

— Pero yo te amo aún más mi bella latina, lo mejor de mi vida ha sido tropezar contigo en esa noche—dice.

— ¿después de todo que hacías por ahí?—le pregunto.

— Despejándome, no quería casarme con jadilla, quería que fuera por amor... y cuando vi tus ojos, no me quedo duda que el amor a primera vista existía—explica.

Empiezo a reír, el frunce el ceño.

— ¿qué pasa gacela?

— Con la leona del Kalahari—recuerdo—después de todo ella no era mala.

— Solo tenía ojos para ti, y siempre los tendré para ti...

— Solo deseo que siempre al abrir mis ojos tú seas lo primero—susurro.

Atrapo sus labios en un beso lento, el cual puede trasmitir muchas cosas, sentimientos, pasión y deseo. Esos son los único labios que yo quiero probar por el resto de mi vida, esos labios carnosos y suaves que hacen que todo el mundo se me venga abajo y me tiemblen las piernas, solo él puede lograr eso en mí.

— Sabes perfectamente lo causan esos besos—ronronea.

Lo miro directamente a los ojos y solo expresan lujuria.

— Te deseo como no tienes la menor idea—ríe— no poder aguantar por mucho el hecho de no tenerte entre mis brazos y hacerte mía—susurra a mi oído.

Mi piel se eriza y una corriente me recorre toda la columna vertebral.

— Esos son asuntos exclusivos del rey y su mujer—digo