capítulo 28

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Lauren

Los disparos se escuchan haciendo que salte debido a los estallidos. Hay un momento de silencio... corro hacia él y aun con la cimitarra atravesándolo a la mitad lo recuesto en mis piernas. Sollozo y gimoteo como una niña pequeña, cepillo su cabello y digo miles de cosas... pero él no me responde... los soldados llegan y lo arrebatan de mis brazos, las lágrimas me pican, se siete como ácido muriático. Puedo sentir el dolor en mi interior... me quema... lastima lo más profundo de mi ser.

Unos brazos me rodean y me ayudan a levantarme, es safa. Ella dice cosas... pero yo no le entiendo, mis ojos no pueden evitar quitar la mirada del helicóptero en el que se han llevado a zayn. Varias personas me rodean... hay otro helicóptero, estoy haciendo todas las cosas, pero todo es como por inercia, es como mi mente hubiera abandonado mi cuerpo y se encontrara en un vacío. No dejo de llorar y de sorberme la nariz, los ojos me arden. Safa me rodea con su brazos y cepilla mi cabello en un gesto maternal. El helicóptero aterriza en el palacio, hay están mis cuñadas y suegra... esta ultimas esta inconsolable... al igual que yo, es su hijo y por ende le va a doler lo que a él le pase. Muchas veces de eso se trata el amor: a ti siempre te va a doler lo que le pase a la persona que ames... a ese alguien especial para ti; me sentí asquerosamente impotente el hecho de tenerlo en mis brazos y no poder hacer nada...

Médico y enfermera me ayudan a bajar y luego me hacen preguntas acerca de mi embarazo. No sé si me he mirado en un espejo... pero tengo la boca partida, tengo una mezcla de sangre y tierra en mis manos y parte de mi cara.

— ¿a dónde se lo han llevado?—pregunto.

Tengo el nudo en la garganta que está por salir.

— Lo han remitido a cirugía—dice su madre en un susurro.

— Señora Malik, necesitamos que se calme, debemos chequearla a usted y al bebe—dice el médico.

— ¡yo! ¡yo estoy bien!—contesto— solo quiero verlo a él...

No acepto la ayuda de los médicos, y sigo derecho hasta la entrada, no puedo dar un paso más, me siento devastada.

— Sé que tú lo amas tanto como lo amo yo—susurra Trisha.

Doy media vuelta, ahí está ella, sus ojos lucen rojos.

— ¿va a estar bien?—le pregunto.

— Yo sé que sí, él es un hombre fuerte.

Ella me acompaña hasta el cuarto y luego se marcha. Yo entro al baño y lavo mi cuerpo, la sangre se escurre de mi junto con la arena... sé que físicamente me encuentro bien... pero de mi interior no podría decir lo mismo. Minutos después de dejar que el agua helada haga efecto, salgo y envuelvo mi cuerpo en una toalla, procedo a ponerme un vestido de flores suelto, amarro mi cabello en un moño alto, pues no hay tiempo para adornos. Salgo lo más rápido que puedo del cuarto y le pido a uno de los choferes que me lleve a la clínica. Vamos hasta el parqueadero y subimos a uno de los autos. El camino se siente eterno... solo quiero llegar y que los médicos me digan que ya está fuera de peligro... que todo va a estar bien. Finalmente llego, y me tiro prácticamente del carro. Llego a la recepción, pero la chica solo habla árabe y no entiende inglés.

Finalmente llega una enfermera jefe con la que me puedo comunicar, le explico que soy la esposa de zayn, y ella asiente, me lleva hasta una sala donde se encuentra Trisha, tiene un libro en sus manos y parece muy concentrada.

— Hola Trisha—susurro.

Ella me mira y sonríe.

— Hola Lauren—dice— ¿Cómo te encuentras?—pregunta.

— Un peco mejor, pero eso no importa—digo— ¿Cómo esta él?

— El último aviso que me dieron los médicos fue de que hasta el momento se encuentra bien, pero sigue sedado, aun no podemos verlo—cuenta.

Limpio unas cuantas lágrimas que corren por mi rostro.

— Tenía miedo—confieso—me sentí impotente al no hacer nada—tomo asiento e inclino mi rostro.

Ella deja el libro aun lado y me rodea con su brazo izquierdo.

— Sabes que él es alguien fuerte... y terco, y que no se rinde fácilmente—dice.

— Pero... yo tuve miedo, miedo de perderlo y de que dejara un vacío en mi corazón como lo han hecho antes—explico—yo hubiera muerto de pena.

Las horas pasan y decido contarle a mi suegra por todo lo que he pasado, y dentro de esas cosas lo más bonito para mi han sido mis padres, zayn y los niños. Yo sé que la vida no es fácil y que uno siempre va a tener tropiezos, miles, lo malo es encariñarse con la piedra que se tropieza... pero bueno así pasa.

Las horas corren mientras que lo único que hago es rezar porque el este bien. Voy a la cafetería y le traigo algo de comer a ella. Me marcho nuevamente y me siento en el pasillo frente a la habitación donde él se encuentra, es fácil reconocerla: escoltas armados hasta los dientes.

Siento que me estremecen, abro los ojos... me quede dormida. Miro y es Doniya, tiene una sonrisa en su rostro.

— Todo ha salido bien Lauren—dice.

Esas cinco palabras llenan y alegran mi ser.

— Esta despierto y esta hablado ahora con mamá, y dice que lo más desea es verte—me cuenta.

— ¡DIOS MIO!—digo en un pequeño grito—solo dame un segundo, tengo que ir al baño.

Corro lo más rápido que puedo hasta el baño. Saco un cepillo de dientes de la pequeña cartera y procedo a lavar mi boca, luego lavo mi rostro, y listo, estoy un poco más fresca. Regreso y están todas las mujeres afuera... zayn sí que esta bendito entre las mujeres.

— Creo que le va a dar algo si no la ve—dice safa—parece un adolescente hormonal—burla.

Yo suelto una pequeña carcajada y empujo la puerta.

Ahí está el, recostado en la cama, su cara esta algo golpeada pero aun así no deja de verse hermoso. Su piel tersa adornada por tatuajes se ve igual como la primera vez que los vi, y su mirada... es lo mejor de todo, una mirada que solo expresa pasión y deseo, esa mirada que puede escudriñar tu alma y hacerte sentir desnudo en tan solo segundos.

— Creo que he sido un hombre bendecido por Allah—dice.

Sin decir una sola palabra me acerco a él y me siento a su lado.

— Creí que te había perdido—susurro—mi mundo se derribó en segundos...

— No podría dejar sola a la mujer con la que prometí envejecer.

El intentar ponerse un poco más recto, pero se queja debido al dolor.

— No te esfuerces cariño, tienes que reponer fuerzas—le recuerdo.

— Mi bella gacela... creo que nunca, nunca me va alcanzar la vida para agradecerte por esta conmigo en todo momento... por nunca irte de mi lado, creo que ninguna otra mujer sería capaz de enfrentar todo eso, de tener los nervios de acero... de ser tan valiente como tu mi gacela.

— Por ti haría eso y mucho más, sería el colmo que no metiera las manos al fuego por ti, después de todo hace un par de años tu renunciaste a todo, solo por probar que yo era inocente.

Me acerco un poquito mas a él y nuestros labios se unen en un tierno beso, un beso de amor puro, ya me hacía falta probar eso labios, tan suaves y con espesor perfecto que se compaginan con los míos. Por él podría latirme el corazón a mil y de un momento a otro estar en cero... o al tiempo sentirme tranquila, como cuando estoy en sus brazos y el cepilla mi cabello... creo que de eso se trata en gran parte el amor para mí, estar el uno para el otro. 

El rey árabe [Z.M.]Where stories live. Discover now