capítulo 8

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— Gacela... en las cámaras no hay nada—dice nuevamente y pone los ojos en blanco (va a quedar tuerto)

Suspiro con resignación.

— Está bien... no hay nada, todo fue una pesadilla... ok no es nada—digo camino de un lado a otro.

Sus manos se posan en mi cintura y me apega un poco a él.

— Tienes que calmarte mi bella gacela—susurra a mi oído y la piel se me pone de gallina.

— Trato... pero no puedo.

— Iré a entrenar un poco—informa— ¿está bien?

— Si, ve...

Da unos pasos y queda frente a mí, me da un pequeño beso y luego se marcha. La cabeza me da vueltas una y otra vez. Siento la necesidad de acortarme o creo que caeré desmayada. Camino hacia el cuarto y me recuesto en la cama... una pesadez me invade impidiéndome mover y poco a poco mis ojos se cierran.

Palmean mi cara y estiran mi parpado un par de veces. Me incorporo y me encuentro con unos grandes ojos avellana y cachetes gordos. Es Yasser quien hace todo por despertarme. He despertado de un buen humor así que le brindo una sonrisa.

— Papi—dice él bebe en español.

Rasco mis ojos y asiento.

— ¡papi!—dice con más intensidad.

— Papi no está aquí—contesto aun somnolienta.

Hace un puchero. Como si quisiera dar a entenderme algo, sale corriendo. Me levanto de la cama lo más rápido que puedo, me mareo. Después de durar segundos atontada voy tras él. Sigo corriendo hasta que llega a las escaleras. Se sienta y baja escalón a escalón. Cuando logra completar todo corre hacia la derecha. Rápidamente bajo los escalones y logro tenerlo en mi vista de nuevo. Mi estómago se revuelve, me recuesto en una pared y él lo nota. Con ojos brillantes a punto de estar en lágrimas se acerca y se aferra en mi pierna y empieza a gimotear. Lo tomo entre mis brazos y lo consuelo un poco. Sigo caminando hasta donde se supone que él se dirigía. A la única parte que llego es el gimnasio de Zayn. Donde me había dicho que iba a entrenar. Algo dentro de mí me dice que no es bueno lo que voy a ver. Me asomo y el vapor golpea mi cara. Zayn está sin camisa y en sus manos sostiene una cimitarra con la que corta varios pilares hechos de paja, que con solo sentir el filo del artefacto caen a sus pies. Él bebe lo único que hace es esconder su pequeña cara en mi pecho, mientras solloza, claramente está asustado de ver a Zayn así. De nuevo esa sensación de ambiente pesado... el mismo ambiente que sentí cuando él abrió el mapa.

— ¿Te falta mucho?—pregunto.

Cuando va a corta otro pilar de paja se detiene y pone su atención en mí. Literalmente Yasser tiembla y mi corazón se acelera... vuelvo y repito, es como si no fuera Zayn. Retrocedo unos pasos y pongo mi mano izquierda sobre la cabeza de mi hijo para brindarle calma. La mirada de Zayn es sombría, sus ojos lucen más oscuros y su mandíbula esta tensa al punto que se ve bien reflejado en su rostro.

— Te dije que no tardaría—dice entre dientes.

— Asustaste al bebe—digo— ¿Qué le hiciste?—inquiero.

— Quizás anda buscando lo que no se le ha perdido; igual que a su madre—hace una pausa y me mira de pies a cabeza— los chismosos y cizañeros no son bien vistos en esta sociedad.

— Imbécil ¿Qué es lo que te pasa? ¡Nada más crúzame la raya para que veas tú!—gruño—ten cuidado con lo que haces—advierto.

Doy media vuelta y lo dejo en sus asuntos. Puede que suene loco y todo pero ese no es Zayn... puede que tenga el físico y todo, pero hay algo que lo delata. Yasser ama estar con él en todo momento, e incluso asiste a reuniones y ruedas de prensa con él. Pasan casi todo el día junto ¿y que ahora él bebe le tenga miedo? Ilógico. La luz de sus ojos son sus hijos... y jamás haría algo que los asustara o los pusiera en peligro. Primero daría su vida antes de que eso pasara. Yasser e ha calmado un poco y se ha quedado dormido. En el palacio solo están los trabajadores, ya que Trisha está con sus hijas en Londres pasando una temporada. Estoy un poco aburrida y a la vez preocupada. No sé si quedarme con Zayn o macharme. Su comportamiento me confunde... el todo el tiempo solía ser amoroso... de que tenías sus momentos de amargura como otra personas aja... eso es normal porque a veces a mí también me pasaba. Pero ahora es como si fuera otra persona, no del Zayn que me había enamorado hace años. Camino hacia el balcón y me siento en una silla, la tibia brisa golpea mi rostro trayéndome varios recuerdos. Tomo asiento, y con el movimiento él bebe se despierta. Una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro y yo le devuelvo el gesto.

El rey árabe [Z.M.]Where stories live. Discover now