Capítulo 25

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— ¡Zayn!—grito desesperadamente.

Tiene puesta su ropa de reuniones, se ve feliz... y eso me agrada. Sin pensarlo dos veces lo abrazo y el me estrecha en su pecho. Pasan segundos, en donde todo es silencio, ambos disfrutamos de eso... me encanta la calidez que produce estar en sus brazos.

— Mi bella gacela gacela—susurra y me da un pequeño beso en la frente

Alzo mi cabeza y me encuentro con sus hermosos ojos avellana.

— No me dejes—pido.

— Jamás lo haría—contesta— necesito que me escuches.

Yo asiento rápidamente.

— Perdón—dice—por todo lo que te hice pasar... por haber herido tus sentimientos, no soy el mejor hombre de todos, tengo defectos... muchos...

— Esos defectos te hacen único—replico—sé que lo que paso hace unas semanas... solo lo hacías porque querías protegernos...

Me estremecen una y otra vez, no me quiero separar de él, las lágrimas empiezan a salir.

— ¡NO!—digo al borde del llanto.

Abro los ojos, todo ha sido un sueño... miro a safa, ella se ve desesperada.

— ¿qué pasó?—pregunto somnolienta.

— El lugar donde sentiste la vibraciones... se ha hecho una puerta, no tengo la más mínima idea de cómo ha ocurrido eso... solo... se volvió una puerta—trata de explicar.

Limpio mis lágrimas y bajo del auto. Estamos a dos metros de lo que parece ser un pilar de tierra. Rodeo el pilar de arena y me encuentro lo que parece ser la entrada de una cueva, el camino está iluminado por mechones de fuego. Se escuchan voces... y algunas risas, algo me dice que entre, pero que si lo llego a hacer estaré el problemas... suena a una mala idea...

— ¿vas a entrar?—preguntan.

Soy un brinco, miro por el hombro y ahí esta safa.

— ¡me asustaste!—rezongo.

— Lo siento—se disculpa—eso luce de mala muerte... entrar en el medio de la noche en la arena del desierto no parece buena idea.

Hay más vibraciones...

— Tenemos que salir de aquí... hay algo que va a salir de la arena—digo con desespero.

Tomo a safa de la mano y empezamos a correr, la arena debajo de nuestros pies tiembla como si se tratase de un terremoto. Subimos lo más rápido que podemos al auto, enciendo y arranco. Nos resguardamos detrás de una duna. Con la mano derecha tapo mi boca, mis ojos no creen lo que están viendo... de las arenas ha salido un gran espiral... y en la parte de arriba parece tener unas púas... hay alguien sentado en un trono...

— Ahí lo tienes... ese es Tarkan—dice safa—siempre creí que era una leyenda, la primera vez que mi abuelo me conto acerca de esto no pude dormir durante dos días... creo que ahora será durante un mes.

— ¡el corazón!—digo— eso lo vuelve humano... le quita los poderes.

— ¿Cómo lo vas a encontrar?—pregunta.

— Yo no... no soy quien para leer ese mapa... pero tu hermano sí, es el único que tiene el poder.

Nunca en mi vida había sentido tanta adrenalina como la que estoy sintiendo ahora.

— Tendré que subir las escaleras y crear una distracción, zayn necesita tocar el mapa... para poder encontrar el corazón de Tarkan.

— ¡estás loca!—grita.

— ¿tienes alguna otra idea?—le cuestiono.

No dice nada.

— La única opción es que yo suba... y dentro de un rato avísale al ejército que hemos encontrado a Tarkan.

Sin previo aviso ella me abraza y dice:

— Eres tan valiente como mi hermano hace alarde de ello—susurra.

Se separa y toma rumbo hacia el auto, lo enciende y se marcha.

Seco mis manos sudadas en el pantalón, tengo los nervios a flor de piel. Me pongo de rodillas e inclino mi rostro:

— No soy una persona de plegarias... solo hago buenos actos, o te pienso... sé que siempre estás ahí... desde el día que quede sin mis padres me diste la fuerza para enfrentar mi vida... y forjaste mi destino hasta que llegue con una de las personas que más amo en la vida... así que hoy te pido que me des la tenacidad para enfrentar todo aquello que es desconocido para mí.

Me persigno y elevo la vista. Es ahora o nunca.

Me abro paso en medio de la brisa y la tierra hasta que llego a la subida de las escaleras. Una risa malévola se escucha, parece que no hubiese forma de vencerlo. Escalón tras escalón empiezo a subir, con el pasar de los minutos el aliento se me agota, tengo que detenerme, espero por unos segundo tomo un segundo aire y sigo subiendo. Miro hacia abajo y me da un poco de mareo. Tengo los pies hinchados, el sudor corre por toda mi cara.

Respiro de alivio cuando finalmente encuentro el final de las escaleras. El trono esta de espaldas y poco a poco empieza a girar dejando ver un hombre vestido de blanco... barba poblada y unos enigmáticos ojos verdes que parecen poseer muchos secretos.

— bienvenida Lauren...

Estoy un poco sorprendida...

— ¿acaso te han dicho que soy un horrible ser?—pregunta.

Sigo sin contestar.

— Veo que no hablas, así que dejare que entres en confianza... ha de ser muy grande el amor que tienes por zayn que has subido todo esto y me miras a los ojos...

— ¿Quién eres?—demando.

El empieza a reír, lo hace con picardía y elegancia.

— ¿acaso tu marido no te hablo de mí? ¿o me imaginabas como un ser repulsivo y nauseabundo?—interroga—pues para tu sorpresa y siento que ha de ser bastante... soy Tarkan—confirma.

Toda la piel de mi cuerpo se enriza.

— Puedo sentir tu miedo—sonríe.

Se levanta del trono y se acerca, pero guarda un metro de distancia.

— ¿qué te hace venir acá a verme cara a cara? Según cuenta la gente yo soy un mito, soy el terror del pueblo árabe.

— Tú mismo lo has dicho, el amor que tengo hacia el rey—recuerdo— y puede ser más grande que mi miedo.

Se cruza de brazos y sonríe.

— Veamos... tu pareces ser más razonable que tu esposo...—dice

— No juegues conmigo—advierto.

— No tranquila, no quiero jugar a nada... solo te quiero proponer un simple trato... nada más que eso.

El rey árabe [Z.M.]Where stories live. Discover now