Capítulo 24

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Miro a safa quien luce preocupada...

— Voy a tener que ir—digo.

— Creo que un le ha de faltar un tornillo a tu cabeza—dice.

Pongo las manos en mi cintura.

— ¿entonces qué hago?—le cuestiono.

— No sé, ir con alguno de los soldados, estas embarazada Lauren... puede ser riesgoso—insiste.

— Vi al tal Abbas a la cara... no creo que ahora tenga miedo.

— Entonces iré contigo... tampoco puedo dejarte a la deriva, se lo que sea lo enfrentaremos juntas...

Safa y yo optamos por llevarnos una camioneta de vagón, en la cual cargamos agua y comida, uno nunca sabe que imprevisto podría tener. Nos turnamos para conducir, pero lo que me preocupa es que aun mi instinto sigue sin decirme nada. Ya es de noche, he hablado con los niños y les he contado que me encuentro bien... ellos están creídos que zayn está de retiro y cosas así... no quiero contarles todo esto, será cuando tengan edad para saberlo.

— Tienes que amar demasiado a zayn para hacer todo esto—susurra safa.

— Sería el colmo que no lo hiciera, aunque te soy sincera, en un principio no me sentí nada capaz, pensé que todo iba a quedar ahí.

— ¿y que te hizo cambiar de opinión?—pregunta.

Miro hacia el cielo, está iluminado por estrellas. Luego la miro a ella y abro mis labios.

— Porque el haría lo que fuera por mantener a su familia a salvo, nos ama tanto... por el metería las manos en el fuego—digo.

— Sí que eres dedicada, ya veo porque después de unos días vava cambio de opinión sobre ti, él se dio cuenta que lo amabas y de la forma en que lo mirabas... era única—cuenta.

Le brindo una sonrisa y luego bajo del auto... me siento perdida, que instinto ni que nada... creo que esto fue una mala idea.

Me recuesto en el capot del carro y empiezo a pensar... miles de recuerdos llegan a mí. En especial uno.

¡ven gacela!—grita zayn con emoción—te quiero mostrar algo—dice.

Tengo a Ariel entre mis brazos que no deja de balbucear cosas. Llego hasta donde esta él, ahí está de rodillas en la arena y luce muy concentrado.

¿Qué haces?—le pregunto con un tono burlo.

Atrapare un cangrejo—dice con frescura.

Son muy rápidos—le recuerdo.

Pero yo tengo técnicas, ellos no—contradice.

Mueve sus manos con lentitud y después de unos segundos cava un hoyo, cava un poco más profundo y ha encontrado la madriguera... o la cueva como se llame de los cangrejos, agarra uno y me lo muestra.

Te lo dije, soy ágil, tengo técnicas—dice con aires de grandeza.

¿qué pretendes hacer con ese cangrejo?

Solo quería verlo, lo dejare ir—ríe.

Deja el cangrejo en el hoyo y le pone un poco de tierra para protegerlo.

El rey árabe [Z.M.]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα