El Arte De Encontrarte (Secuela de LFDA)

Capítulo 27.

Narra ______ Merrick.

Pude jurar que escuché unos susurros a mi lado, sin embargo estaba muy débil como para saber si era real o una simple alucinación. Mis párpados pesaban, lo que dificultaba el hecho de poder abrir los ojos. Sentía una mano cálida apretar la mía con fuerza, pero mi cuerpo no reaccionaba a mis intentos de zafarme. Cada músculo de mi cuerpo se tensó repentinamente con la intención de moverse, a lo que sólo recibí un fuerte dolor en el abdomen. ¿Qué había ocurrido? Casi como si apenas hubieran comenzado a sonar, unos pitidos consecutivos resonaron en el lugar, quizás proveniente de una máquina. Hice el intento de mover las manos; esta vez sentí un pinchazo en mi antebrazo izquierdo. ¿Estaba en un hospital? Como una nítida y rápida visión pude recordar lo que había ocurrido -quizás hoy, quizás ayer, quizás hace unas semanas- en las afueras de Vogue. Vi con claridad la despreciable y encolerizada mirada de Jennifer al momento en que me disparó. Me quiso matar. Lo notaba apenas. ¡Jennifer quería matarme y obtener a Harry sólo para ella, aun cuando él le insistía en que lo dejara tranquilo! Tras sentir la furia desatándose por cada vena de mi cuerpo al saber dónde ella me había traído, apreté fuertemente la mano de quien tenía a mi lado. Estreché mis ojos cerrados con más fuerza para abrirlos luego lentamente. Lo primero que vi fue el color blanco, el cual se esparcía por el techo y las paredes.Lo segundo que noté fue una silueta desdibujada y oscura que se situaba a mi lado derecho, cabizbaja. Parpadeé varias veces para intentar acostumbrarme a la luz. Una vez que lo logré, reconocí los rizos de Harry inmediatamente. Jadeé al no poder decir alguna palabra y él alzó la vista. Sus ojos verdes y aguados, sus mejillas húmedas y sus rosados labios fueron la razón por la cual había luchado inconscientemente para mantenerme viva. Me alegraba demasiado de que él fuera lo primero que yo veía.
-Haz... Hazza... -susurré débilmente.
-¡______! -él dio un grito ahogado.
Acto seguido, sus manos tomaron suavamente mi rostro al mismo tiempo que se levantaba de la silla y se inclinaba hacia mí. Nuestras narices rozaban, Harry sonreía y yo hacía el intento de no volver a cerrar los ojos.
-_____, ¿cómo te sientes? -susurró-. ¿Necesitas algo? Llamaré al doctor.
Justo antes de que su cuerpo volviera a erguirse, dije:
-No, no... Quédate conmigo.
Se quedó en silencio un momento mientras que su sonrisa se ampliaba en su rostro hasta mostrar sus perfectos dientes.
-Sí, sí -dijo-. Me quedaré contigo. Siempre contigo.
-¿Estás bien tú? -dije débilmente.
-Sí, cariño, lo estoy. ¿Cómo te sientes?
-Mucho mejor... -asentí-. ¿Hace cuánto que estoy aquí?
-Sólo un día. Lily y sus amigos están aquí.
-¿Está Zayn? -pregunté, no obstante me arrepentí en seguida.
La vena del cuello de Harry apareció tensa, al igual que sus labios cerrados. Volvió a sentarse en la silla, carraspeando, y sin dejar de mirarme.
-No, bebé -dijo al fin-. Zayn no está.
Joder, ¿cómo era posible? Iban tres días en los que no veía a Zayn, y seguramente él no tenía idea de lo que me estaba sucediendo. Quise pararme de esta camilla y salir a buscarlo yo misma antes de que fuera yo misma quien me pegara un tiro. Sin embargo me relajé al sentir la mano de Harry acariciando mi cabello. Cerré los ojos, sintiendo los delicados dedos de Harry vagar desde la raíz hasta las puntas, tocándome de esa forma que me hacía sentir como un fino pedazo de cristal.
-Te amo -susurré.
Una sonrisa se dibujó en los labios de Harry y en seguida bajó la vista, como si escuchar esas palabras le halagara demasiado.
-Yo también te amo -dijo.
Se inclinó hacia mí, y en seguida supe que iba a besarme, por lo que cerré los ojos, esperando esos labios que se me hacían tan lejanos. Pero justo en el momento en que nuestras bocas apenas rozaron, la puerta se abrió estruendosamente. Abrí los ojos y ambos volteamos hacia ésta. Ahí estaba Zayn. La barba comenzaba a crecerle alrededor de los labios, su cabello estaba húmedo y parecía como si la ropa que llevara puesta no se había lavado en días. Frunció el ceño y se acercó lentamente. Yo no sabía cómo reaccionar. Zayn no tenía idea sobre Harry y, bueno, esta no era la mejor forma de informárselo. Miré a Harry, quien también me miró a mí, y volví a poner los ojos en Zayn. El silencio incómodo inundó la habitación, y a pesar de lo débil que yo aún me sentía, no pude evitar alterarme. Jamás pensé que ellos volverían a estar frente a frente. Recordaba a la perfección la última vez que había visto a Harry hace dos años, y fue cuando él se enteró de que Zayn era mi novio.
-¿Estás bien? -preguntó él, intentando no hacer comentarios respecto a Harry; lo supe por la forma en que sus puños se tensaban y sus ojos se dirigían completamente hacia mí.
-Sí -musité.
-Bien, tenemos que hablar.
Mierda, ¿ahora?
Miré a Harry, diciéndole con los ojos que por favor se retirara. Él frunció las cejas.
-Harry, está bien -dije-. Yo me encargo.
Los ojos de Harry se cerraron y besó mi frente con delicadeza antes de caminar hacia la puerta. Su hombro y el de Zayn chocaron ligeramente una vez que salió. Miré a Zayn aún algo aturdida. Quizás era por mi accidente -no tan accidente- o porque acababa de despertar, pero no se veía igual que antes. No era el mismo Zayn que yo conocía. Caminó hacia la silla en la que Harry estaba momentos atrás y se sentó. Inhalé con fuerza, preparándome para lo que podría venir. ¿Sería bueno comenzar esto dentro de la habitación de un hospital?
-¿Dónde estabas? -preguntamos al mismo tiempo.
-Con Harry.
-Con Diana -volvimos a decir al unísono.
-Espera, ¿qué? -dijimos nuevamente.
Zayn resopló, visiblemente frustrado, e hizo un ademán hacia mí.
-Las damas primero -masculló.
Carraspeé apenas y en seguida sentí otro dolor en mi estómago.
-Zayn, yo no...
-Sin disculpas -interrumpió-. Ve al grano.
Exhalé las palabras que habían quedado atrapadas en mis labios y cerré los ojos con la única fuerza que me podía permitir.
-Estuve con Harry... en su hotel.
-¿Hace cuánto que lo has estado viendo a escondidas?
-Zayn, por favor, no lo...
-Responde -espetó.
Tragué saliva con fuerza, deseando poder decir alguna explicación coherente y sin perder la voz. Había mucho que hablar, pero no sabía cuánto tiempo podría aguantar el mantenerme al hilo con mi alrededor.
-Trabajamos juntos en Vogue.
Frotó su rostro con ambas manos. Dios, odiaba verlo de esta forma.
-¿Es por eso que aceptaste el trabajo? -preguntó, mirándome fijamente.
-No, Zayn, yo no sabía que él trabajaba ahí.
-¿Lily lo sabía?
-Sí.
-No puedo creer que esa loca también...
-Con Lily no te metas -exclamé, sintiendo mi voz firme por primera vez.
Se quedó en silencio. Bajó la vista hacia sus puños aún tensos en su regazo. Sabía que este momento llegaría alguna vez, pero jamás me imaginé que sería de esta forma ni en este lugar ni conmigo sintiéndome tan asquerosamente vulnerable.
-Entonces -dijo luego de unos minutos-, lo has estado viendo hace dos semanas.
-Sí -y ahora debía decirlo; ahora o nunca-. Nosotros tenemos que terminar. Yo amo a Harry.
Me miró. Me di cuenta de que sus ojos no tenían ninguna clase de brillo que antes había permanecido ahí; ese que indicaba amor. Ya no nos amábamos. Estaba segura de que él no me amaba a mí. Él había estado con Diana, y yo no tenía derecho a enfadarme.
-Bien -dijo-. Porque me gusta Diana.
Lo miré unos largos segundos. Lo habíamos perdido todo. Aunque quizás habíamos ganado algo mejor. Ambos. Fue bonito mientras duró. Sólo esperaba que pudiéramos convivir como amigos.
-Entonces -murmuré-. ¿Amigos?
Ladeó la cabeza, se encogió de hombros e hizo una mueca muy parecida a una sonrisa.
-Supongo que sí. Después de todo, siempre supe, de alguna forma, que este momento llegaría. Tú y Harry nuevamente, quiero decir... ¿Sin resentimientos?
-Sin resentimientos.

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Buh, no puedo seguir escribiendo más justo ahora porque tengo que salir :( Pero les prometo que volveré a subir el sábado, quizás :) Gracias a todas por leer y comentar. Las amo<3.

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