Capítulo 15 {Parte II}

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Narra Zayn Malik.

-... Ella es Fabiola-gritó Niall con una estúpida sonrisa al momento en que llegaba con dos chicas. La tal Fabiola era guapa, sí, pero no le tomé importancia en cuanto habló, ni a su prima Diana una vez que la presentó. Ambas se veían simpáticas, pero no era mucho de mezclarme con tantas chicas al mismo tiempo. Sólo tenía ojos para una. La supuesta Diana me miró cautelosamente con sus ojos grises y pestañudos. Joder, era bastante atractiva y lo acababa de notar. No dejó de observarme por unos largos segundos y comencé a incomodarme bastante. Aparté los ojos de ella e incliné mis labios hacia el oído de mi novia.
-¿Quieres un trago?-le susurré.
Se volteó en su taburete hacia mí, sonrió, sacando una sonrisa en mi rostro también, y asintió tiernamente. Hice unas señas al tipo que estaba del otro lado de la barra y le pedí dos whiskys. Una vez que me dejó ambos vasos del líquido amarillo encima de la barra, ______ y yo los tomamos justo antes de chocarlos, sin dejar de mirarnos.
-Salud-dije, y tomamos un sólo sorbo hasta dejarlo vacío.
Hizo una mueca, y supuse que era debido la cantidad exagerada que pasó por su pequeña garganta. No podía dejar de mirarla -y tampoco debía, pues no quería volver a encontrarme con la mirada de la latina de ojos grises-, así que me incliné hacia ella a decirle un par de cosas sucias al oído. Me había prendido un montón esta tarde en casa y no podía creer que me haya dejado de esa forma. Y no exageraba si decía que aún conservaba la erección. Plasmé mis labios junto a los de ella, dejándonos devorar por un exquisito beso. Hasta que llegó Lily, haciendo unos raros pasos de baile que anunciaban cuán ebria se había puesto sólo en media hora. Tomó a ______ del brazo y ambas corrieron hasta la pista de baile, no sin antes recibir otro beso de parte de mi novia. Observé cómo movía su trasero hasta la pista hasta que se perdió entre la gente y los imbéciles que la observaban tan babosos como yo. No podía hacer nada en contra de eso: ella era jodidamente hermosa.
-Hola, chico-habló una voz femenina, sacándome de mis fantasías.
Volteé hacia el puesto que segundos antes había usado _____ y vi a la prima de Fab, con sus largas pestañas en mi dirección. Alzó las cejas dos veces y luego sonrió.
-Ugh, hola-musité.
-¿Cuál es tu nombre?-preguntó mientras apoyaba sus codos en la barra y dejaba que el escote se hiciera más pronunciado.
-Zayn. ¿Tú eres... Diana, cierto?
-Oh, sí-sonrió, haciendo sonar las letras más como un gemido que como una respuesta.
Aclaré mi garganta, rogando por no caer en la tentación de bajar la vista hacia sus pechos.
-¿Y tu prima?-alcé una ceja, intentando ser lo más antipático posible para espantarla.
-Enredando su lengua con la de Niall.
Alcé el cuello, viendo cómo Niall acorralaba a Fabiola en la barra y toquetaba su trasero. Malditos calientes. Busqué a Louis y a Liam, pero estaban demasiado ocupados bebiendo y riendo como para darse cuenta de que necesitaba su ayuda.
-Así que... ¿cuántos años tienes?-preguntó.
-Veinte. ¿Tú?
-Los suficientes-rió levemente.
-¿Eh?
Ella soltó una carcajada y acercó el taburete hacia mí, inclinándose hacia mi oído. Sus pechos rozaron mi brazo, logrando estremecerme. Tragué con dificultad al sentir su perfume ingresando en mi nariz.
-Odio decir mi edad-dijo, y su aliento bajó por mi espalda-, pero más de veinte no tengo.
-Cool...
Mierda.
Volví mis ojos hacia la pista, buscando a mi novia, aunque sin resultados. Había demasiada gente como para encontrarla.
-¿La chica que estaba aquí era tu novia?
-Ajá.
-No lo parece-se encogió casualmente de hombros, bebiendo de la lata de cerveza de alguien más.
-¿Qué dices? Nos hemos besado todo el tiempo aquí . Y estoy enamorado de ella.
-Pareciera que ella no de ti-dijo, mientras asentía hacia un lugar de la pista.
Me giré hacia la dirección en donde había indicado y vi a dos tipos bailando a los costados de _____ y Lily. Mi novia sólo sonreía y se dejaba llevar por la música, nada más. Apenas se percataba de aquellos idiotas. Miré a Diana con el ceño fruncido.
-Confío en ella-dije.
-La confianza no lo es todo en una relación.
-Claro que lo es-exclamé-. Ella ni siquiera está haciendo nada malo allá.
-Y tú aquí tampoco...
Antes de darme cuenta, sus manos estaban tomando mis mejillas con fuerza y sus labios se habían plasmado en los míos. Comenzó a moverlos en torno a los míos, sin embargo yo estaba congelado, sintiendo la calidez de éstos. Me alejé rápidamente una vez que pude caer en la cuenta, quitando sus manos de mi rostro.
-¿Qué mierda te pasa?-grité.
-¿Qué mierda te pasa a ti, Zayn? No puedes negar ni por un segundo que te gustó.
-No, Diana. Lamento decepcionarte, pero no me gustó en lo absoluto.
-Oh, vamos, Zayn-gimió, volviendo a acercarse a mí-. Puedo ver en tus ojos que me deseas. Y yo te deseo a ti... justo de la forma en que tu novia no lo hace.
-Ok, basta-me puse de pie-. Vete, Diana.
-Ya, me calmo-alzó sus manos en signo de paz y mordió su labio inferior-. Siéntate y dame tu teléfono.
-¿Qué?-fruncí las cejas-. ¡No!
-Zayn, no me lo robaré ni nada. Confía en mí-dijo las últimas palabras con un tono de burla y sonrisa de suficiencia.
La miré durante un largo momento antes de resoplar, sacar el celular de mi bolsillo y sentarme nuevamente. Se lo tendí de mala gana. Comenzó a teclear en la pantalla por un momento antes de tendérmelo de vuelta. Lo recibí, sin dejar de mirarla con cautela, y miré mi aparato.
-Tienes mi número-explicó-. Cuando esa chica te diga que "necesita conocer a otros"-hizo comillas con los dedos y rodó los ojos- me llamas y vemos qué pasa, ¿ok? Estaré disponible siempre.
-Te juro que no entiendo qué carajo ocurre contigo. ¿Por qué no te largas donde tu prima? Estoy seguro de que ella se alegrará mucho más de verte.
-¿No estás feliz de verme?-hizo un mohín. Yo negué firmemente y ella se puso de pie, volviendo a inclinarse hacia mí. Una de sus manos se deslizó por el cierre de mi pantalón hasta apretar el bulto que sobresalía de éste-. Tu amiguito no piensa lo mismo.
Ahogué un gemido pasando la lengua por mis labios repentinamente secos. Ella soltó una risita y se alejó hacia la pista de baile. Me percaté de no tener rastros de ella para ponerme de pie y caminar decidido hasta el baño. Una vez que llegué, me metí en un cubículo de todos los vacíos del lugar y bajé el cierre de mis pantalones. Metí la mano por entre mis bóxers para liberar mi jodida erección. No podía creer lo que ella logró acrecentar. Froté mi miembro lentamente, de arriba hacia abajo, con los ojos cerrados y miles de pensamientos mezclados dentro de mi cabeza. Pensando en los senos de Diana, en su sonrisa coqueta y en sus labios sobre los míos. No, no podía estar pensando en eso. Froté con más rapidez, mientras me obligaba a pensar en las noches largas con ______, en sus besos, sus caricias, su rostro. Necesitaba calmar este fuego interno con ella. Pero no hasta llegar a casa. Un hormigueo recorrió todo mi cuerpo, abrí la boca, dejando salir bocanadas de aire pesado y entrecortado, y apreté mis ojos cerrados con más fuerza. Imágenes de _____ pasando por mi cabeza mientras me sentía llegar al clímax. Agregué un poco más de intensidad al asunto y me dejé estallar, sólo que con Diana ocupando cada neurona de mi cabeza, imaginándola siendo mía, con mis labios en todo su cuerpo, sus manos tocándome justo de esta manera. Gemí profundamente cuando comencé a eyacular en la puerta del cubículo. Al momento en que ya estaba completamente frío, apoyé mi espalda en la pared y acomodé mi miembro antes de subirme el cierre.
¿Qué pasaba conmigo? Me había masturbado pensando en otra persona que no era _____. Me sentía como una completa y asquerosa mierda.

El Arte De Encontrarte (Secuela de LFDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora