Capítulo 14.

40.5K 1.5K 95
                                    

Narra Harry Styles.

Ugh, ella me estaba volviendo loco una vez más. No podía creer que luego de todo este tiempo siguiera causando mariposas en mi estómago. Me dolía saber que aún dudaba de mis sentimientos hacia ella, y esperaba que al menos haya confiado en mí respecto a lo de Jennifer. Diablos, si no hubiera sido por esa perra, yo jamás tendría que estar pensando estas cosas. _____ seguiría conmigo; me hubiera encargado de que fuera así, porque siempre fue lo más importante que tuve, y hasta el día de hoy lo es.
Una vez que llegué al hotel, caminé directo hasta mi habitación y hacia mi cuarto. Estaba absolutamente cansado. La noche anterior no pudo haber sido mejor y todo se lo debía a la chica que me había quitado, literalmente, el sueño desde la primera vez que la vi. Anoche no fue la excepción: me quedé despierto sólo observando su rostro, acariciando sus labios y procurando que en serio estuviera ahí conmigo, desnuda, con su perfección total. Yo la amaba, y aunque ella no lo creyera, yo sí lo hacía. Lo primero que noté al entrar a mi cuarto fue la libreta abierta, con una nota. Ella me dijo que las razones estaban en mi habitación. Esas debían ser. Casi con miedo, me dirigí a ésta y tomé la nota entre mis dedos temblorosos. La leí y releí un montón de veces para asegurarme de que mi corazón ya se hubiera roto en dos.
-"Yo estoy con Zayn y tú puedes conseguir a quien quieras-susurré apenas, citando esa mierda de frase-, sólo que esa no podré ser yo...".
Juro por Dios que no la entendía. En un principio ella me amó, luego me odió, luego me dijo que aún le gusto y ahora veo esto... No puedo entenderla. Desearía saber qué es lo que ella en serio siente por mí. Dejé la nota a un lado antes de lanzarme a la cama deshecha y recostarme bocarriba. Suspiré. ¿Qué haría con _____ y cómo podría aclarar sus sentimientos? Algo frío chocó contra mi cuello y me llevé la mano hacia éste. Tenía la cadena de _____. Su avioncito de papel ahora estaba colgando por mi cuello. Juro que jamás volvería a sacármela. Volví a suspirar, pensando en la noche tan increíble que pasamos. Ella había vuelto a ser mía. Me pidió que la hiciera suya. Y yo fui de ella... como hace dos años atrás. La tuve entre mis brazos, la besé, la acaricié y me sentí feliz. Me sentí joven y vivo luego de tanto tiempo. Por esta cama habían pasado más chicas de las que podía recordar, pero ninguna había logrado llevarme hasta el cielo como _____ siempre había logrado. Ella era todo lo que siempre quise, y no sería tan idiota como para perderla una vez más: tenía que hacer algo para recuperarla, costara lo que costase.

Mi celular comenzó a sonar, despertándome de un salto. Miré a mi alrededor; el anaranjado atardecer se filtraba a través de las cortinas. Joder, me había quedado dormido por casi toda la tarde. Saqué el celular del bolsillo trasero de mis pantalones y, justo antes de contestar, vi la hora: las seis con quince.
-Styles, photographe pour Vogue-atendí la llamada con la voz más ronca de lo normal.
-Felices cuatro años, mi amor-canturreó una voz femenina del otro lado.
-¿Quién habla?-volví a arrastrar las palabras mientras que con mi mano libre frotaba mis ojos.
-¿Es que ya no reconoces mi voz, Harry Edward Styles?
Me incorporé en la cama y desperté del todo en menos de medio segundo. No, mierda.
-Jennifer.
-¡Ding, ding, ding! Tenemos un ganador-rió.
-¿Cómo conseguiste mi número? Pensé que te estabas pudriendo en Inglaterra-dije al momento en que me ponía de pie y me paseaba por la habitación, aguardando impacientemente por una respuesta concreta y sin rodeos, algo casi imposible viniendo de ella.
-Pues ahora me estoy pudriendo en Francia.
-¿Francia?
-¡Claro!-chilló-. No me iba a perder nuestro cuarto año de noviazgo. Así que, ¿dónde nos juntamos esta noche? Debemos hablar respecto a nuestro matrimonio. No me creerías si te digo que compré mi traje de novia hace un año, más o menos.
-¿Cómo me encontraste?-estaba luchando contra mí mismo para actuar impasible.
-No fue tan difícil: Solían llegarme ediciones de Vogue cada mes.
-Las ediciones inglesas y francesas no son las mismas.
-Lo sé.
-No entiendo-resoplé poniendo los ojos en blanco.
-Bien, escucha con atención, imbécil, porque no te lo diré otra vez-dijo al momento en que su voz tomaba oscuridad-. Si vas al sitio Vogue.com aparecerán los editores, fotógrafos y esa mierda de todo el mundo. Como ves, tengo todo el tiempo del universo, y en ese momento se me ocurrió buscar a los fotógrafos más candentes y sensuales y, ¡qué coincidencia!, ahí estabas tú. Viajé hasta aquí por ti, ¿no lo ves?
-¿Y cómo mierda conseguiste mi número?
-Soy muy audaz, Harry. Si hace un tiempo logré que despidieran a un maldito idiota, entonces conseguir el número del celular del mismo idiota sería un juego de niños. Y ahora que por fin tengo que lo quiero, ni de coña lo dejaré huir. Espero que no me estés engañando con alguna otra zorrita, o si no será terrible. Tanto para ella como para ti. También espero que tu celular tenga GPS, mi amor.
Quise decir algo para cuando noté que había finalizado la llamada. Mierda, esto no estaba pasando. No ahora. Todo estaba yendo a la perfección desde que había encontrado a ______. No esperaba que en menos de dos semanas volviera a encontrarme con mis ex novias. Lancé el celular a la cama, llevé ambas manos a mi cabeza y me desahogué con un grito de furia pura. ¿Por qué debía volver a soportar a Jennifer? ¿Por qué ahora, luego de dos años, volvía con su misma mierda? Sólo había una cosa que me preocupaba justo ahora: mantener a _____ alejada de todo esto.

El Arte De Encontrarte (Secuela de LFDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora