Capítulo 3.

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Lily quedó completamente sorprendida. Ella sabía todo acerca de Harry; no omití detalle alguno, -bueno, quizás los más íntimos- y entendía su reacción. Ninguna esperaba encontrarlo aquí, luego de tanto tiempo. Comencé a debilitarme, ya que la conmoción, la sorpresa, la tensión y los nervios salieron a flote de un segundo a otro. Todo estaba dándome vueltas y comenzaba a reconocer cada sensación, pues todas las causaba Harry en un principio. No aguanté más. Las lágrimas salieron en forma de cascada. Mis manos cubrieron mi rostro de inmediato. ¿Por qué estaba llorando de esta forma? No quería que medio París me viera de esta forma, ni menos los chicos.
-Oh, _____, no llores, por favor-susurró Lily mientras me rodeaba entre sus brazos-. Te he dicho miles de veces que ese idiota no merece que estés así por él.
-No sé qué me sucede, Lily-sollocé aún en su hombro-. No sé por qué esto me pone así.
-La pregunta es qué hace él aquí-bufó-. Oh, vienen los chicos...
-Por favor, no les digas nada-musité alejándome de ella lo más rápido posible.
Pasé mis manos por mis mejillas, borrando todo rastro de lágrimas y me volteé hacia ellos como si nada hubiera pasado. Solté una bocanada de aire y sonreí al verlos anunciar los euros frente a nosotras.
-¡Son bastantes!-exclamó Lily arrebatándoselos a Louis de las manos.
-¡Hey...!-protestó él.
No pude apreciar la escena, pues en seguida las manos de Zayn se rodearon la cintura y me apegaron a su cuerpo.
-¿Estabas llorando?-preguntó.
Pasé mis dedos por debajo de mis prominentes ojos hinchados y sonreí, intentando encontrar alguna excusa más o menos creíble.
-Um, me torcí el pie y me duele-musité sin el valor de mirarlo a los ojos.
-¿Pero cómo?-sus ojos se abrieron de par en par, dejando claros signos de preocupación.
-Ugh, eh...
-¡Le dije que hiciéramos una carrera desde la Torre Eiffel y se tropezó con una roca que había en medio de la calle!-Lily llegó de la nada a salvarme el pellejo, una vez más-. Le duele mucho.
Pasó su brazo por mis hombros, casi obligándonos a alejarnos de Zayn. La mano de mi novio se entrelazó con la mía y volvió a jalar de mí hacia su cuerpo.
-¿Te llevo en mis brazos?
-No, Zayn, gracias. Ya estoy mejor-sonreí como pude.
Lily decidió dejarnos solos una vez más, por lo que aproveché de rodear mis brazos en su cuello y besarlo. Sus labios se entreabrieron para darle paso a mi impaciente lengua. Lo necesitaba tanto. Él era lo que yo en serio quería. Y yo, a su vez, era lo que él quería. Nos complementábamos a la perfección y nada más hacía falta.
Salimos junto a los chicos del banco. Nuevamente quedé atónita frente a la Torre Eiffel de la calle del frente. Era una real maravilla, claramente. ¿Cómo sería subir a la punta de ésta y admirar todo París desde ahí? Un sueño, de seguro.
-¡Zayn, ven a ver esto!-llamó Niall con su característico aire eufórico.
Mi novio sólo me miró, como pidiéndome permiso. ¿Por qué seguía haciendo eso? Yo no quería controlar su vida. Hice un ademán frustrado para que se adelantara junto a los demás y me robó un corto beso antes de partir. Yo me quedé algo alejada del resto; aún tenía bastante que procesar y no me haría mal algo de soledad. Sin embargo, sentí una mano tapar mi boca mientras que la otra me acorralaba de la cintura junto consigo. Me fue imposible gritar mientras estaba siendo llevada la fuerza a un callejón continuo al banco. Mi corazón se aceleró al mil por hora, mis manos comenzaron a sudar de inmediato y sentía que moriría en cualquier segundo. Quienquiera que me estuviera raptando me plantó en la pared, aún sin sacar su mano de mis labios y cerré mis ojos por inercia y miedo del tipo. Mis gritos eran ahogados y mi repiración estaba siendo desacompasada.
-Shhh-susurró cerca de mi rostro; lo podía sentir-. Por favor.
Mis ojos seguían cerrados, sólo que ahora con menos fuerza. La voz profunda de este desconocido me había brindado una muy rara confianza. De a poco, su mano se fue alejando de mis tensos labios y mis ojos se abrieron lentamente, dejándome una nublada silueta por producto de las lágrimas que no sabía que estaba conteniendo. Dejé escapar un suspiro y aclaré mi vista. Oh, por Dios, no de nuevo. Ahí estaban sus brillantes ojos verdes a tan sólo centímetros de los míos. Sus carnosos labios estaban abiertos, como si quisiera decir algo, y su rostro completo se veía tan jovial como siempre.
-Harry-mi voz sonó asustada y entrecortada.
-¡______, mi amor!-suspiró mientras llevaba sus manos a mi rostro y lo examinaba; yo seguía en estado de shock, por lo que no podía impedir nada-. No sabes cuánto te extrañé. Te busqué por hasta donde no se puede. Me hiciste tanta falta, joder. Y ahora te veo aquí. ¡Estás aquí, princesa! Hay tanto que debo explicarte; tanto que debemos hablar. Prométeme que no te irás. Júrame que no me dejarás ir.
Mi subconsciente se encargó de darme un respingo y recordé el porqué nos habíamos distanciado en un principio, y todo resultaba ser su culpa. Su maldita y jodida culpa. Ahogué un sollozo y mis ojos volvieron a nublarse ante la hipocresía que despedían sus palabras. Negué a duras penas al mismo tiempo en que lo empujaba desde su pecho lejos de mí. Yo no quería tener nada que ver con él nuevamente.
-No, Harry-hablé con voz más firme de lo que esperaba-. Yo no soy tu princesa, ni mucho menos tu amor. No quiero volver a verte en mi vida, ¿oíste? La cagaste suficiente cuando fue tu turno. Ahora deja que otros se encarguen de eso-reí irónica-. Escúchame bien: No quiero saber nada más de ti otra vez..., ¿entendido?
-Pero, _____...-su mano hizo el intento de tomar la mía, pero me alejé de su tacto al instante.
-¡Pero nada, Harry Styles! Desaparece, ¿sí?
Acto seguido, di media vuelta y corrí por donde había llegado. Hice caso omiso a mi nombre saliendo de los labios de Harry. Yo había venido para tomar unas vacaciones; no para pasar otro año más intentando sacarlo de mi mente. Todo estaba bastante superado y no dejaría que él viniera a irrumpir en mi vida una vez más. Apenas había llegado a Francia y no estaba en mis planes cometer los mismos errores de hace dos años.
Corrí hacia la calle del frente y reconocí de inmediato el grupo de chicos caminando de un lado para otro, con sus celulares en mano y ojos desesperados. Al menos se dieron cuenta de que no estaba con ellos.
-¡Lily!-exclamé hacia mi mejor amiga mientras corría en su encuentro.
-Hija de...-su suspiro frustrado fue deshecho por el abrazo que realicé-. ¿Dónde estabas, carajo?
-Te lo explicaré luego-susurré-. Ahora ayúdame a inventar algo.
-¡_____!-escuché exclamar a Zayn y los vi a todos correr hacia mí.
Me alejé de Lily para poder rodear mis brazos en el cuello de mi novio. Oh, por fin sentía su aroma otra vez. Su peculiar perfume era todo lo que me alegraba sentir en este momento. Su fragancia me brindaba protección, confianza, mientras que la de Harry -la cual seguía siendo la misma- sólo me intimidó y me dejó una amargura tremenda en cada uno de mis sentidos. Sus manos me atrajeron a su pecho desde la cintura y las mías acariciaban la piel exquisita de su cuello.
-¿Dónde te me fuiste?-susurró a mi oído-. Me tenías muy asustado, amor.
-Lo siento. Yo, ugh... me distraje por una tienda de, um, golosinas y después me perdí.
-Jamás te vuelvas a ir sin mí, ¿ok?-sus manos tomaron mi rostro-. Me muero si algo te pasa.
Callé sus preocupaciones con un beso sincero y sencillo y le sonreí. Me sentía tan confundida en este momento que lo único que necesitaba era sus labios junto a los míos. Necesitaba sentir que esto no era más que un encuentro que jamás volvería a ocurrir. Harry debía desaparecer de mi mente de una jodida vez por todas, y sé que no sería fácil si lo tenía en la misma ciudad.

-Harry me llevó a un callejón oscuro-musité escondida debajo de las sábanas.
Sabía que las luces ya estaban apagadas y Lily no me podría ver desde su cama, pero temía que me lanzara alguna almohada o algo por no decirle en toda la tarde. Lentamente, comencé a destaparme el rostro al no sentir ruido alguno. Mi corazón se detuvo por un segundo al verla sentada en la cama; daba miedo. Podía ver su semblante a la perfección: su boca formaba un círculo, sus ojos estaban abiertos como dos platos y se mantenía estática.
-¿Qué hizo qué?-exclamó.
-¡Calla, idiota!-susurré lanzándole el cojín. Qué irónico: yo terminé lanzándole algo.
-¿Pero, qué mierda ocurrió? _____, por favor, explícamelo todo.
Me incorporé en la cama y apoyé mi espalda en el respaldo de ésta para poder tener una mejor visión de Lily. Un segundo después, ella encendió la lámpara que se encontraba en el velador que nos separaba.
-No hay mucho que explicar-me encongí de hombros-. Él sólo apareció de la nada, me llevó a un callejón y comenzó a decirme cuánto me extrañaba y necesitaba.
-¿Y tú le crees?-enarcó una ceja.
-No, claramente-sacudí mi cabeza, muy poco convencida.
-¿Qué hace el estúpido por Francia?
-No lo sé. Dijo que quería explicármelo todo, pero no le dejé. Me vine antes de que...-me quedé en silencio. ¿Qué iba a evitar estando con Harry, a solas, en un callejón?
-¿Antes de que...?-me incitó a seguir haciendo un ademán con las manos.
-A-antes de que...-suspiré-. No lo sé. Tengo miedo de que, no sé...
-¿No resistirte a la tentación de besarlo?
-¿Qué cosas dices?-la miré atónita-. Lily, yo amo a Zayn. Harry es parte del pasado.
-No somos tontas, _____. Ambas sabemos que aún lo amas... o que, al menos, aún no lo sacas de tu cabeza.
-Ya te has puesto inmadura-apagué la lámpara y me volví a recostar, dándole la espalda a Lily-. Buenas noches.
No. Claramente yo había olvidado a Harry por completo. Yo no lo amaba. Me había costado superarlo, sí, pero no sentía ninguna atracción por él. Me había hecho sufrir; no sería muy digno de mi parte si seguía enamorada de él.
Porque yo no estaba enamorada de él.
Obviamente que no.
No, ¿cierto?

El Arte De Encontrarte (Secuela de LFDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora