67.

766 59 10
                                    

◎Nate's Pov.

-Uh, man. -solté un gruñido dandole varios golpes al volante del auto, mientras cerraba los ojos por unos segundos tomando respiraciones hondas. - voy a jodidamente matarlo, estoy... mierda. -dí un golpe fuerte al volante.

Tenía que tranquilizarme hasta que los chicos llegaran, pero la ira estaba carcomiendome. Quería partirle la cara a ese tipo con todas mis fuerzas.

Me importaba un comino lo que pudiera pasar en este momento, solo... joder.

-Respira hombre, los chicos están terminando de encontrar su ubicación en este momento, o una mierda así. -Swazz negó mientras miraba la pantalla de su celular.

-Imagínate que le pasara lo mismo a Bian, ¿estarías así de calmado como estás, o estarías como yo? -rápidamente miró hacia mi, frunciendo el ceño.

-Le hubiera cortado las pelotas y lo hubiera hecho comerselas. -en sus labios formó una sonrisa inocente, haciendome rodar los ojos.

-¡Entonces cállate, y haz que los chicos consigan la maldita ubicación de ese hijo de puta rápido! -grité. Rodó los ojos, y volvió la mirada a su celular, tecleando en la pantalla.

Pasé una mani por mi rostro mientras que con mi man libre apretaba el volante con fuerza. Respira, Maloley, respira. Ya tendrás tiempo de joderlo completamente, ya casi...

No dejaré que Diana siga pasando por eso, no lo dejaré, así de simple. No puedo verla así, ni de juego.

Apreté la quijada y volví a cerrar los ojos apoyando la cabeza bien en el cabecero del asiento. Respiré hondo.

-Ya la consiguieron, Nate.

-----------

◎Diana's Pov.

Conduje a casa rápidamente. En este momento, agradecía tanto que mamá quisiera ir a visitar a una tía junto a papá, y que Josh estuviera posiblemente con Mark... pero estaba fuera.

Al entrar a casa, cerré la puerta detrás de mi y puse el seguro. Bien, estaba sola, mejor. Dejé las llaves a un lado, mirando al rededor. Mis nervios estaban de punta... ¿qué podría pasar, que haría Nate?

Sentía que mi estómago había dado un vuelco, tenía un mal presentimiento de todo esto.

-Que no le pase nada, por Dios, que no le pase nada. -murmuré para mi misma, y uní mis manos para comenzar a jugar con los anillos que adornaban mis dedos de forma nerviosa.

Estaba algo oscuro ya, así que prendí la lámpara de la sala. La tenue luz muy poco alumbraba ésta.

-Necesito tranquilizarme... -caminé hasta las escaleras para luego subir estas a paso lento. - joder, ¿por qué está todo tan oscuro? -fruncí el ceño, pero traté de no tomarle tanta importancia a aquello mientras caminaba a la puerta de mi habitación.

Me quedé parada allí, tomando la manija de la puerta, mirando al oscuro pasillo. Achiné un poco los ojos, mientras miraba éste algo asustada.

Sacudí un poco la cabeza, tratando de dejar todos los pensamientos de lado. No había nada allí, no había nadie allí. Solo es la oscuridad del pasillo.

Entré a mi habitación y paré en seco, quedando completamente pálida; al verlo sentado allí, como si hubiera estado esperandome desde hacia ya unas horas.

La sonrisa que se avecinó en sus labios, hizo que me estremeciera. No eran esas lindas y cálidas sonrisas -como yo pensaba antes- que él propinaba siempre. Ahora era, una sonrisa macábra, sus ojos estaban fijos en mi. Su cabello castaño estaba perfectamente acomodado, y con esa barba de pocos días que siempre había llevado.

Pasé la mirada a sus manos, en el cuál sostenía un cuchillo, mientras jugaba dándole vueltas a este, sin apartarme la mirada.

-¿Me extrañaste, pequeña Diana? -su voz era ronca, pero tenía un tono divertido. - ¿estuviste recibiendo mis señales, cierto? Quería que te dieras cuenta... -se levantó, haciendo que yo comenzara a retroceder lento. - quería que te dieras cuenta que te sigo queriendo, que no me olvido de ti.

El miedo comenzaba a innudarme, y eso no era bueno.

-Jake... -murmuré, mientras seguía retrocediendo hasta estar fuera de la habitación.

-Corre, pequeña; me gusta más si jugamos. -me señaló con el cuchillo, mientras su sonrisa se hacía más grande. - tranquila cariño, nadie podrá escuchar tus gritos.

Me moví rápido, mientras corría escaleras abajo. Escuchaba sus pasos detrás de mi, pero no duró mucho. Al pisar el último escalón, me tiró al suelo, haciendo que mi mejilla quedara estampada en el suelo.

Sentí sus pasos, y traté de levantarme de manera rápida, pero me detuvo dandome una patada en la espalda, haciendo que volviera a caer soltando un gruñido.

Sentí su peso sobre mi, y clavó el cuchillo a centímetros de mi rostro en el suelo.

-Eres mía, Diana. -su voz golpeó contra mi oído, haciendo que mi boca se secara y cerrara mis ojos rápidamente. - eres toda mía.

Omaha Bad Boy.   -Nate Maloley-Where stories live. Discover now