Omaha Bad Boy. -Nate Maloley-

27.

◎Diana's Pov.

Reí haciendo dibujos invisibles sobre el estómago de mi madre.

-¿Que crees que sea? -pregunté.

-No lo sé Diana, a penas llevo 4 días. -rió mirandome.

-Se te está notando un poco la panza ya. -ella me dió un manotazo.

-¡Claro que no! -chilló. Solté unas cuantas risas junto a ella.

-No me imagino yo así algún día... -sonreí de medio lado.

-Lo estarás pequeña, y ahí me sentiré una vieja. -reímos. -bueno, el punto es que... quiero que llegues a pasar esta experiencia junto a aquella persona que amas con todo tu ser.

Me ruboricé. Y tan solo pasó rápidamente esa imágen por mi cabeza. Pensé en Nate a mi lado en ese momento. ¿Sería posible?...

-Sé que pensaste en Nate, cariño. -bajé la cabeza, todavía haciendole dibujos invisibles a mi madre.

-¿Como lo supiste? -murmuré.

-Hija, se vé desde lejos que lo amas. Y él está perdidamente enamorado de ti. -sonrió, levantando mi cabeza tomando mi mentón. - Nate se ve que será un buen padre, pero... no lo sé.

-Si... -hice una mueca con mis labios. -sé que sería un gran padre. -sonreí a medias.

Y cualquier chica estaría felíz de tenerlo como esposo y como padre de sus hijos, a mi me encantaría.

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Heché mucha crema batida en mi boca, y luego chocolate, casi que tragandomelo. Estabamos mi madrw y yo en su cuarto, viendo tv, y comiendo dulces.

-Ese chico de allí está bueno. -estabamos viendo Teen Wolf.

-Oh si madre, de allí viene el buen gusto, dame esos cinco. -chocamos las cinco, haciendo una seña rara.

Empezamos otra vez a comer dulces. Escuchamos el celular sonar. Tomé el celular de mi madre, atendiendolo.

-¿Si? -espeté.

-¿Genevive? -escuché la voz de una mujer.

-No papá, soy Diana. -reí.

-Pásane a tu madre princesa. -asentí aunque no me estuviera mirando.

-Es papá. -le tendí el celular a mi madre.

Ella lo tomó, y empezó a hablar y a reír con mi padre como si fuera una colegiala.

Me levanté, saliendo de la habitación. Mi celular sonó, y revicé la notificación.

Daddy Sk(n)ate: ¿estarás ocupada hoy, preciosa?

Me: no, ¿por que la pregunta, eh daddy?

Daddy Sk(n)ate: ponte un hermoso vestido, ponte más hermosa de lo que ya eres, esta noche... todos sabrán que eres mía xx.

Me: ya todos lo saben.

Daddy Sk(n)ate: nop, un falta que te presente a la Mafia Omaha. Te busco a las 8.

Oh mierda.

Me presentaría a todo el clan.

Caminé de nuevo a la habitación de mi madre. Abrí la puerta, y solo metí mi cabeza, con una sonrisita toda inocente.

-Mami... -ella revoleó los ojos.

-¿A donde quieres ir? -espetó antes de poner mucha crema batida en su boca.

-¿Puedo ir a cenar con Nate? -empecé a pestañear, y poner los ojos como El Gato con Botas.

-Aja. -siguió comiendo. Nah, viene de mamá ser así de cortante.

-Bueno... -salí cerrando la puerta de la habitación.

Ahora... a llamar a Azul.

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-¡Que tal perr... hola Mamá Gene. -Azul sonrió hacia mi madre.

-Hola Azu. -mi madre sonrió comiendo chocolate.

-Iremos a arreglarnos mamá, ai necesitas cualquier cosas, nos gritas. -asintió sin mirarme.

Azul y yo salimos corriendo escaleras arriba. Entramos a mi habitación y ella se tiró sobre la cama, para empezar a saltar, luego de haber tirado el vestido a un lado.

-¿Y que te pondrás? -preguntó, cayendo sentada sobre la cama.

-Uhm... esto. -tomé mi vestido, enseñandoselo.

-Woah, es bastante lindo, a Nate le encantará. -puso una cara toda pervertida. Empecé a reír.

-Ni creas que Sammy no querrá llevarte a casa luego de la reunión. -ella se puso roja, haciendome reír más.

Me adentré al baño, para luego darme una ducha laaarga. Y si, con todas esas "a's". Al salir, me sequé bien y salí en vuelta en una toalla. Entré a la habitación y rápidamente entró Azul.

Me puse la ropa interior, y me puse una bata de baño blanca. Me senté en frente del espejo, y me sequé el cabello, durando bastante tiempo en aquello. Luego de hacerme un peinado recogido, empecé a maquillarme. Al terminar -casi que una hora después-, me gustaba el resultado de mi esfuerzo. Azul ya estaba también maquillandose. Me levanté para ponerme el vestido. Me quité la bata, quedando en ropa interior, y luego me puse aquel hermoso vestido. Era blanco y largo, completo, solo dejando ver la parte baja de mi espalda. Luego, procedí a ponerme unos tacones blancos igual, con toques plateados. Me miré en el espejo, amando como estaba vestida.

-¿Que tal me veo? -pregunté volteando a ver a mi mejor amiga.

-Nate tratará de hacerte ir a su casa, lo sé. -mis mejillas se pusieron como dos manzanas.

-Calla... tú si que te ves hermosa. -espeté admirandola.

Llevaba un vestido dorado, con brillos y unos triángulos en la parte de su cintura en cada costado, dejando un corte en su falda dejando mostrar una de sus piernas. Su cabello lo tenía perfectamente acomodado hacia un lado.

-Gracias... vaya. -ella rió.

-¿Que pasa? -pregunté incrédula.

-Los conoceremos.

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Aquí el caaaap.