37.

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◎Diana's Pov.

Abrí los ojos lentamente. Miré la oscura habitación. Traté de levantarme del asqueroso suelo, pero se me hizo muy dificultoso. Tenía mis manos y piernas atadas. Una cinta adhesiva tapaba mi boca, evitando que pudiera emitir sonido alguno.

Entre la oscuridad no pude ver a Azul, o cualquier cosa. Pero si sabía que tenía raspones y golpes, ya que sentía el ardor en mis brazos.

Ví a lo lejos una pequeña luz, que a medida se hacia mas y mas grande. Entrecerré un poco los ojos para acostumbrarme un poco a la luz.

Un chico se acercó a mi, y yo traté de hecharme hacia detrás. Él tomó mi quijada bruscamente, y quitó la cinta adhesiva. Pegué un grito.

-Hola gatita, esperemos que tu noviecito venga... -él rió. Esa risa me daba escalofríos.

-Me sacará de aquí. -escupí con ira.

-Yo no estaría tan seguro... él se metio con quien no debía, y me arrebató junto a sus chicos la persona que más quería. -su voz sr quebró un poco.

La persona que más quería... un momento.

-Tú eres el hijo de Hutch. -él sonrió. Se levantó, y caminó con pesadas pisadas hacia la puerta.

-Al menos no eres estúpida... -rió por lo bajo. - un gusto corazón, soy Bean, el único hijo de Hutch Jols.

Cerró la puerta detrás de él, dejandome sola, de nuevo.

Suspiré.

Me quedé mirando a un punto fijo, pensando en que podía hacer.

Mi celular. ¡Mi celular!

Traté de quitarme las ataduras de las manos. Pero estaban muy bien amarradas. Maldita sea.

Mordí estas por minutos, hasta que pude quitarmelas.

Suspiré pasando mis manos suavemente por mis muñecas. Me ardían como el infierno.

-Okey, okey... tengo que salir de aquí. -murmuré para mi misma.

Tomé mi celular, que lo tenía en mi bolsillo trasero. Son bastante idiotas estos.

Prendí la linterna que esta poseía, tratando de encontrar a Azul. No había rastros de ella. Me quité las ataduras de las piernas y me levanté.

Revisé mis brazos, y tenía golpes y raspones. Quizás lo hicieron mientras estaba desmayada.

Marqué el número de Nate. Pero no había cobertura.

-Mierda... -guardé mi celular, y corrí hacia la puerta.

Traté de abrirla, pero era malditamente pesada, y por lo visto, estaba con llave.

Prendí de nuevo la linterna de mi celular, buscando alguna salida.

-Vamos... tiene que haber algo por aquí... -murmuré.

Bingo. Una ventana.

Corrí hasta esta, pero la ventana estaba cerrada.

Me heché un poco hacia atrás, y pateé rompiendo el cristal.

Saldría de este lugar, y buscaría ayuda. Tomé varios vidrios, y salté por la ventana. Me golpeé un poco, pero me levanté y corrí.

Me di la vuelta, una casa grande y gris.

Vale, vale, vale. Corrí por entre los árboles, sin parar.

Se aproximaba una carretera, así que aumenté la velocidad. Me paré a un lado de esta y miré a los dos lados, para luego pasar la carretera al otro lado, donde estaba una cafetería.

Me adentré a esta, y me senté en una de las mesas.

Saqué mi celular. Las 8 am. Un momento... ¿era 1 de abril? ¿Habían pasado ya 3 días?

Tomé una gran bocanada dificultosamente.

-¿En que puedo ayudarle señorita? -preguntó una mesera.

-No voy a pedir nada, disculpeme por aquello. Pero si tengo una pregunta... -ella asintió. - ¿en donde me encuentro?

-Señorita, esto es Ralston. -mis ojos casi ruedan por el piso.

¿Estaba en Ralston? ¡Tengo 3 putos días desaparecida en Ralston!

————

Buenopppp, esta muy muy muyyy corto mis amores. Pero hice lo posibleeee.

LAS AMOOOOOOO

LA DIVAZA SE VA, PPPPAAAZZZ.

Omaha Bad Boy.   -Nate Maloley-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora