Capítulo 48-

5.4K 349 49
                                    


Capítulo 47—

–¿Qué hacéis? –Chilla Lore súper emocionada, entrando.

Qué increíble es mi hermana y la energía que desprende, tío. Puedes sacarle defectos en el físico, puedo quejarme de que me está ocultando algo y no entiendo porqué, pero... Tiene algo que es indescriptible.

Dani tiene el tiempo justo de darle un golpe a la foto de mi mesilla para que nadie note que está colocada en su sitio la foto verdadera.

–Hey, ¿Qué tal? –Se asoma David por detrás de mi hermana.

–En ello estabamos—Les informo, levantando el libro de mates que realmente Dani acaba de abrir en una página cualquiera. –Pero ya lo ibamos a dejar.

–Sí, yo mejor me voy a casa ya, que Jesús estará histérico –Opina Dani mirando el reloj negro que lleva en la muñeca junto con una pulsera rollo de cuero muy de su estilo—Que sí queréis salir se nos va a hacer muy tarde y aún tengo que ducharme.

Mis hermanos asienten y David consulta su móvil.

–Ya están rayando por el grupo. Y no te preocupes, aún es temprano... ¿Os parece doce y media?

Lore asiente una vez y Dani lo hace al tiempo. Y David comienza a escribir, dándose ya media vuelta.

–Eh, Lore, ¿A qué no adivinas que he encontrado?

Mi hermana, distraída, mira hacia él, hacia fuera de la habitación, ya saliendo.

–¡Espero que sea mi bono del metro, que no tengo ni idea de donde lo he dejado!

Y nos dejan solos de nuevo a mí y a Dani. Lo miro y alzo las cejas, poniendo luego una mueca de pena.

–¿Puedo ir contigo hasta tu casa?

–Ele...

–Por favor. –Le digo—No tienes que contarme nada que no quieras. Por favor.

Él asiente una vez, dudando, y nos levantamos en seguida. Me paso una chaqueta por encima y salimos en pocos minutos, después de que les chille a mis hermanos que Dani se va y que yo iré a tomar un poco el aire y vendré en seguida.

–¿Y cómo empezamos a salir tú y yo? –Le pregunto mientras pasamos al ascensor.

Es una pregunta que lleva batallandome en la cabeza desde que vi las fotos por primera vez. Ante mi sorpresa, Dani suelta una carcajada.

–Estás en el lugar más adecuado para preguntar eso.

Miro a mi alrededor.

–¿El ascensor?

Y, para mi sorpresa, Dani le pega un golpe al botón del ascensor y nos quedamos suspendidos entre dos pisos.

–Ay, Dios. Que no me gustan los sitios cerrados—Digo sin pensar—Dale al botón.

–Lo sé.—Dice él con otra carcajada—Más o menos fue así.

–¿En serio fue aquí? –Pregunto con gran curiosidad.

–Yo volvía de fumar abajo porque tu hermano no me dejó en la cocina cuando estabamos estudiando. Y tú de comprar churros para comer con Lore. Había tormenta y se paró el ascensor. –Me cuenta en un susurro, acercándose un par de pasos a mí, quedándonos pegados. –18 de octubre de 2015, que te sitúes.

–18 de octubre—Repito, analizandolo.

–Se fue la luz también. Fue gracioso.

–Tampoco me gusta la oscuridad—Observo, intentando imaginarme el percal.

Un minuto más (Jesús y Daniel Oviedo)Where stories live. Discover now