Un minuto más (Jesús y Daniel Oviedo)

Capítulo 9-

                  

Capítulo 9 ─

20 de octubre. (En el otro capítulo también era 20 de octubre chicas, es el mismo día, se me coló y puse diez, perdonad, las prisas AJAJAJ disfrutad del capppp)

*Narrador en tercera persona*

─No me jodas. ─Suelta Dani─ Pasemos del tema, es un gilipollas con un ordenador, como todos los de este mundo. No vamos a encontrarlo. No va a hacer nada.

─Es el tío de esa noche, Dani, está claro. ─Lo reprende David─ Y mira lo que pone aquí, joder, no estamos de coña.

─¡Pero si quiere venir que venga, joder! ─Estalla Marcos, llamando la atención por unos instantes de las demás personas de la cafetería─ Que aparezca que yo lo estoy esperando.

─Sí, no te jode─ Se enfada Jesús─ Pero acordaos del mensaje de la semana pasada. A ver como evitamos eso.

─"Igual tengo más cerca a las personas que queréis que a vosotros, quién sabe" ─Canturrea David de memoria, sin ni siquiera consultarlo. ─Valiente hijo de puta, como lo pille... Y el de hoy ya... Si quiere venir, pues yo tengo ganitas de verlo...

Y se queda callado al ver aparecer a su hermana y a Nuria en la puerta de la cafetería. Seguramente los han visto a través de la cristalera.

─¿Y vosotros por aquí? ─Canturrea la mediana de la familia Martínez dándole un beso en la mejilla a David y acercandose luego a Jesús. ─¿Qué ha pasado con el entrenamiento?

─Hemos acabado antes y hemos venido a sentarnos aquí, ahora ibamos a llamaros. ─Explica Marcos con una sonrisa─ ¿Y Adri?

─Con la peque─ Le sonríe Nuria, sentándose en una de las sillas libres. ─A ver si viene ahora.

Lore mira a Dani y le guiña un ojo disimuladamente. Ella está al corriente de que no ha ido al entrenamiento y de su verdadero paradero.

*Narrador en primera persona, Elena*

Esa noche, la expresión de preocupación de David no pasa desapercibida para nadie.

─Hermanito, ¿Qué te pasa? ─Me atrevo a preguntarle cuando se queda viendo una película en el salón el solo y yo paso por delante para subir a mi habitación.

─Hey, Leni─ Sonríe él─ Nada, ¿por qué?

─Venga, no seas falso─ Me quejo─ Tienes una cara de preocupación pero indescriptible. ¿Qué pasa?

David me hace un gesto para que me siente a su lado y me sonríe. Tomo asiento a su lado en el sofá y le acaricio un poco el pelo, dsepeinandole, como sé que no le gusta.

─A ver, dime.

─Nada, es solo que una noche hice una cosa mal y me está pasando factura.

─¿Te liaste con una chica rarita y ahora no te deja en paz? ─Bromeo.

David ríe de buena gana unos segundos.

─Más o menos algo así. Y me preocupa.

─Bueno, seguro que lo solucionas─ Comento con sinceridad─ Tú siempre lo solucionas todo.

Me mira tristemente pero luego vuelve a sonreír.

─Eso espero.

Me acerco rápidamente a darle un abrazo y luego él me hace cosquillas.

─Bueno, pasa a dormir, anda.

─Ya iba─ Admito, bostezando─ Tú también deberías, eh.

─Ya iba─ Me imita, haciéndome reír.