Capítulo 18- Hoy no es mi día.

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Zayn.

Me encontraba con los chicos viendo la TV, cuando a Harry se le ocurrió poner los espectáculos. Se suponía que el que tenía el gran ego soy yo; aunque últimamente el puesto había sido de Harry.

Veamos que dicen de nosotros. Me dijeron que ya se dieron cuenta que ya empezamos a grabar el álbum. Espero que no hayan investigado de más y hayan averiguado cosas que no —había dicho él para argumentar por el cambio de canal.

Simplemente no tenía ganas de estar sentado en la sala. Amaba a estos chicos, se habían convertido en mis hermanos. En los hermanos que siempre quise tener. Pero desde lo que pasó con Ivy no había hecho otra cosa más que grabar, comer algo y estar en mi habitación, o dormido o viendo que había de nuevo en las redes sociales.

Los chicos comenzaron a preocuparse después de unas cuantas semanas ya que no hacía más que eso. No quería salir, no quería hacer nada más que alejarme del mundo, pero los chicos no me permitían eso y me obligaban a estar en convivencia con las demás personas.

El noticiero mostraba cosas banales sobre que si Paris Hilton ya había comprado un nuevo auto, que si esto, que si aquello. Ya me encontraba a punto de decirles a los chicos que eso se me hacía una estupidez cuando veo su rostro. Esos perfectos ojos que podía reconocer a distancia. Eran los hermosos ojos grisáceos de Ivy, de mi Ivy. Estaba espantada, congelada, no movía ningún musculo. Miles de personas estaban a su alrededor haciéndole miles de preguntas, ella no respondía ninguna. Sus preguntas, tan asquerosamente irrelevantes, hacían que ella se sintiera incómoda. Como tenía ganas de estar ahí y sacarla de ese maldito lugar. Si solo…

Mis pensamientos quedaron en segundo plano al escucharla gritar “papá”. Sentí un nudo en mi garganta al escuchar eso. Recordé aquel día en el que me contó parte de su pasado, sentí unas terribles ganas de llorar de impotencia, pero en ese momento se escuchó como alguien gritaba “hija”. Gordon apareció en la pantalla y se la llevó de ahí.

Solté un gran suspiro. Tal vez no estaba ahí yo para protegerla, pero él si estaba para ella. Un gran odio recorrió todo mi ser. No estuve ahí para defenderla.

Me levanté de golpe del sofá y salí hacía el jardín trasero de nuestra “casa”, más bien diría yo mansión.

Comencé a caminar hasta llegar al gran árbol que teníamos ahí. Antes de sentarme saqué de uno de los bolsillos de mi pantalón una cajetilla de cigarros. Se suponía que dejaría de fumar. ¡Y LO INTENTABA! Ahora solo fumaba cuando estaba estreso o enojado –que era casi siempre. Abrí la cajetilla y saqué el primero que vi y tomé el encendedor. A los pocos segundos ya me encontraba disfrutando de mi adicción.

Pocos minutos después sentí como alguien se sentó junto a mí. No sabía quién era ya que tenía los ojos cerrados. Poco a poco fui oliendo su perfume. Era Liam, de eso no me cabía duda.

Me terminé el cigarro y lo apagué. Volteé a verlo y no nos dijimos nada hasta que él rompió el silencio.

—Sé cómo te sientes… la impotencia de no poder proteger a la dueña de tu corazón. De ver como las personas la acosan, de ver los malos tratos que recibe de los reporteros. Ese sentimiento de impotencia lo conozco muy bien, Zayn. Pero no por eso debes de enfadarte contigo mismo. —me dijo él para tranquilizarme.

—Pero, Liam… me duele tanto verla así. Se podría decir que Danielle ya conoce más sobre esto, pero Ivy NO. Ella ODIA ser el centro de atención y por mi maldita culpa no tendrá la vida que antes tenía. —Liam no dijo nada y solo me abrazó. Ese abrazo me ayudó más que mil palabras y consuelos. Él sabía cómo me sentía en ese momento. Después de unos momentos me separé.

Una Mentira, Un Error, Un Amor {Z.M}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora