Prologo.

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Ivy.

 Era una chica más, una chica que pasaba desapercibida por la calle, una chica concentrada en lo suyo. No era de aquellas personas que gozan de tener los mil y un amigos. No, esa no era yo.

 Pensaba que siempre sería una extraña a la que nadie vería. Pero entonces llego él. Me enamoré de su sonrisa, de su forma de hablar, de su mirada... me enamoré por completo y por primera vez.

 No sabía quién era hasta que lo supe de la peor manera. Aquel día que vi la revista mis nervios se fueron al pique, mi respiración se entrecortó y sentí como todo mi mundo se derrumbó. Ya no podría verlo con los mismos ojos después de aquello. ¿Y cómo podría con eso? Mi vida daría un giro de 360 grados gracias a él.

 A pesar de todo lo que había pasado, lo seguía amando. Lo amaba con la misma intensidad de la primera vez. Amaba sus besos, sus caricias y sobre todo… aquella mirada tan suya con la que me miraba.

 ¿Por qué tuve que ser una antisocial, por qué me aísle en mi mundo? Si tan solo hubiera escuchado aquellas tontas y comunes preguntas como “¿has visto el nuevo vídeo de…?”, “deberíamos de ir a ver esa nueva boyband que acaba de salir de TXF”. Pero no hice caso y pensé que eran estúpidas preguntas.

   

Zayn.

 Tenía más de un mes para volver a la ciudad donde nací para ser quien en verdad fuera y por supuesto descansar un poco. Quería olvidar la hipocresía, lo plástico que era todo el mundo de la farándula.

Pero queriendo ocultarme de todo la descubrí. Esos ojos grisáceos me enamoraron desde la primera vez que la vi, ahí con sus orbes tan grandes por la impresión y el susto que le había causado. Sabía que las cosas serían complicadas, pero de todas formas quería intentarlo. Quería enamorarme, tenía tanto amor para dar. De alguna forma algo dentro me dijo que ella era la indicada.

Las cosas no salieron como pensé. Debí de haberle dicho todo desde el principio. Hubiera sido mucho más sencillo para ambos que le dijera que era una “popstar” salida de un reality show.

 Pero todo se fue al carajo cuando ella llegó a mi casa con el maquillaje corrido y la revista en mano.

 —Tú… tú no me contaste quien eras… realmente. ¿Por qué no me habías dicho que eras músico? ¿Por qué?

— ¿Qué? —abrí los ojos como platos.

 —Míralo por ti mismo…

 Ella esperó pacientemente a que leyera el artículo con calma. Relataba parte de la relación que había ente nosotros.

 — ¿Por qué? —dijo entrecortadamente cuando terminé de leer.

 —Lo… lo siento… —dije con un hilo en la voz—. En verdad lo siento.

 —Aun no respondes mi pregunta. ¿Por qué? ¿Por qué mentirme? ¿Por qué no me lo dijiste desde el principio? ¡¿Por qué?!

 — ¡PORQUE TE AMO! Lo hice por ti.

Aquella conversación se quedó incrustada en mí. Pasaba todos mis días repasando aquel horrendo día. Y debido a los sentimientos encontrados tomé una estúpida decisión que nos perjudicó a ambos.

Una Mentira, Un Error, Un Amor {Z.M}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora