Capítulo 1- El inicio.

5.8K 130 5
                                    

 Ivy.

Como era costumbre en mi rutinaria vida, al salir del colegio caminé para mi casa. Mi mamá y yo teníamos dinero como para que yo tomara el autobús, pero prefería caminar y hacer un poco de ejercicio.

Aquel día estaba sumida en mis pensamientos –como de costumbre- cuando sentí que algo me golpeó. Caí al suelo en donde logré ver como un balón de soccer rebotaba a centímetros de mí. Poco después escuché a alguien que rápidamente corrió hacia donde yo estaba.

Era un chico, lo sabía por su aroma. Era una mezcla entre sudor, perfume con un toque dulzón y algo más que no lograba identificar.

Volteó a verlo. Sus ojos fueron lo que más llamaron mi atención, sabía que ya los había visto antes, pero… ¿dónde? Eran entre ámbar y verde… y de cierta forma tenían algo gatuno. Junto con eso, unas infinitas pestañas los adornaban haciendo que lucieran más exótico. Su cabello estaba alborotado y cubierto por una gorra, pero alcancé a ver que era tan negro como la noche.

Había algo en el que me atraía. No sabía si eran aquellos gatunos y exóticos ojos o aquella penetrante mirada que tenía.

Salí de mi ensoñación con el dolor de cabeza que el balón me había hecho y al saber que no podía verlo de por vida. No por muy guapo que estuviera dejaría que las cosas se quedaran así.

—¿Te encuentras bien? —me preguntó preocupado.

—Sí, gracias —dije de mala gana y me levante—. ¿Quién te crees para venir y golpear a cualquier persona? ¿Acaso no sabes que hay lugares para todo?

—Oye disculpa ¿Sí? Fue un accidente… —dijo ahora molesto.

—Pues tu “accidente” pudo ¡Matarme! —me acomodé penosamente en el asfalto.

—¡Ay, por favor! No fue para tanto… —él intentaba no sonreír.

— ¿Qué no fue para tanto? —suspiré—. Sabes…, olvídalo. Mejor me largo, no quiero enojarme.

—Como digas —se encogió de hombros y se dio la vuelta.

—Eres un idiota ¿Sabes?

—Sí, todo mundo me lo dice —sonrió como si le hubiera hecho un cumplido.

— ¡Ush! —solté con furia, como una niña pequeña haciendo un berrinche.

Recogí mis cosas con la poca dignidad que me quedaba y comencé a caminar a mi casa, que se encontraba a pocos metros de donde yo me encontraba.

Sentía la mirada la mirada del chico perforándome, quería que volteara a verlo. Traté de no darle importancia y seguí normalmente mi camino.

Al entrar a mi subí a mi cuarto y me quité el uniforme de la escuela y me puse unos jeans y una blusa blanca sin estampado alguno. Intenté llamar a Xime, mi mejor amiga, pero no contestó.

En fin, la visitaría en la tarde para llevarle la tarea.

Mamá llegó a las 2pm; pero no estaríamos mucho tiempo en casa ya que teníamos que ir por la despensa. Era de aquellas personas que podían aguantar horas sin comer y sobrevivir solo con un  poco de café o agua.

Después de unos cuantos minutos de trayecto llegamos al supermercado y comenzamos las compras.

Todo había estado perfectamente normal. Todo hasta que llegamos al área de embutidos. Alcé mi vista para ver el final del pasillo y ahí estaba él… el chico del balón. Y no iba solo, iba con una señora que pensé sería su madre.

Ambos volteamos a vernos por unos segundos y desviamos nuestras miradas. Desde los metros que nos distanciaban podía sentir la incomodidad por parte de ambos. Aquel episodio no había terminado de la mejor manera. Tal vez por mi enojo y su orgullo…, no combinaban.

Una Mentira, Un Error, Un Amor {Z.M}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora