Capítulo 24: "Te quiero y te odio"

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Agacho la cabeza y me muerdo en labio inferior.

Me acaricia la mejilla cariñosamente y le miro.

--¿Hacemos la pizza? Estarán hambrientos--dice riendo y le sonrío tristemente.

Empezamos a sacar los ingredientes y los añadimos a la masa.

Le miro disimuladamente para que no me vea pero me sale mal y me mira gracioso.

--¿Qué somos?--susurro para mis adentros.

--¿Perdona?

--Nada, nada--digo rápidamente.

Se forma un silencio incómodo y yo lo intento relajar tarareando alguna candión. Sin éxito.

--Ahora me lo dices--dice y cruza sus brazos.

Suspiro y le miro.

--¿Qué somos?

--¿Qué quieres decir con eso?--pregunta curioso.

--¿Para ti, lo que tenemos te parece un juego de niños?--pregunto directamente lo que hace que él piense.

--No tenemos nada--dice seco.

¿En serio? Esto duele tanto como una puñalada en el pecho. Tengo ganas de llorar y no le voy a dar ese gusto. Estoy muy enfadada.

Me doy la vuelta, meto la pizza en el horno y me dirigo a la puerta sin decir palabra alguna.

Antes de salir me paro de repente y le miro.

--Que sepas que me has hecho daño--digo sin tartamudear.

--Valeria...

Se acerca a mi poco a poco y le hago una señal para que no siga.

--No, cállate, ahora la que va a hablar soy yo--me cruzo de brazos.--¿Te crees que puedes tratarme así? Soy una persona con sentimientos como tu o como cualquier persona normal. ¿Qué no tenemos nada? Hace unos días me dijiste que me amabas y ahora así por así cambias de opinión como si nada. Se acabó. Encontraré a un chico que me respete y me quiera de verdad, no como tú.

Sin haberme dado cuenta cae una lágrima por mi rostro y la quito rápidamente.

Se acerca aún más e intento pararle con mi mano en su pecho.

Carlos P.O.V

¿Soy tonto? Obvio que sí.

Veo como tiene los ojos llorosos y me acerco a ella pero me para con su mano.

--Yo...--empiezo a decir--Me gustas Valeria y mucho.

--Pues no lo parece--se sorbe los mocos.

No se que decir.

--Emm...

--No te esfuerces, déjalo--dice y sale por la puerta.

Pego una patada a la pared y se raja.

Muy bien, Carlos, lo vas mejorando--dice irónico mi subconsciente.

Veo que la pizza ya está lista y la saco del horno.

Llevo nuestra cena al comedor y la dejo en la mesa.

--¡Que hambre!--Dice Alex entusiasmado.

Alicia me mira preocupada y se acerca a mi.

--¿Que le has hecho a Valeria?--pregunta furiosa--. La he visto subir las escaleras llorando.

--Nada. Soy tonto.

Cuando menos lo esperas... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora