Capítulo 13: "¿Defendiéndome?"

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Tengo los ojos cerrados pero oigo voces.

-¡¡Llamar a alguien!!-gritan.

-¡Llevadla a la enfermería!

-Uno, dos y ¡tres!

..........

Abro lentamente los ojos y veo una luz blanca molestándome.

-¿Ya te has despertado?-pregunta una enfermera.

-Si-digo tocándome la cabeza.

-¿Te duele?

-Si, muchísimo, ¿qué me ha pasado?-le pregunto.

-Una chica te empujó y caíste inconsciente.

-Aaa... ¿y quien es esa chica?-pregunto.

-No me acuerdo como se llamaba... bueno, si, creo que era una tal Bárbara-dice mirándome fijamente.

¡¿QUÉ?! ¡pero esa chica esta mal! Una cosa es que le caiga mal y otra muy distinta es que me quiera matar, bueno, he exagerado un poco, pero aun así... ¡La odio! y con ganas.

-Bueno, yo te dejo, cuando venga te podrás ir a casa-dice la chica.

-Vale, ¿qué hora es?-le pregunto y se mira el reloj.

-La 1:30 pasadas-dice.

-¡¿Qué?! ¿tan tarde? tengo hambre de macarrones-me ruge la barriga y la enfermera se ríe.

Se dirige a la puerta y sale del cuarto.

¿Bárbara? ¡pero que fuerte! ¡está como una auténtica cabra!

Ojalá el karma le dé un guantazo antes de que se lo dé yo.

Oigo un golpe en la puerta y me despierto de mis pensamientos contra la popular.

-¿Se puede?-pregunta ¿Carlos?

-Si, ¿quién es?-pregunto.

-Dani-dice y yo que pensaba que era Carlos... que tontería, él nunca se preocuparía por mi salud.

-Entonces si, pasa-digo y se sienta a los pies de la cama.

-¿Te encuentras mejor?

-Si, solo me duele la cabeza del golpe, que por cierto, ¿por qué Bárbara lo ha hecho?-pregunto susurrando.

-No tengo ni idea, pero te tiene una envidia que flipas preciosa-me guiña un ojo y pone una sonrisa pícara en su perfecto rostro.

-No me guiñes el ojo como Car...-me callo de repente.

-Como Carlos, ya lo se-agacha la cabeza- en verdad me cae mal, es un pijo popular que tiene una suerte que no veas.

-¿Por qué tiene suerte? ¿por su enorme mansión?-pregunto y levanta la cabeza serio.

-Porque convive contigo y todos los chicos desearíamos eso-dice y sonríe sincero.

Noto que me arden las mejillas y sonrío como una estúpida.

-Eso es mentira, nadie me quiere y el único chico que se acerca a hablarme eres tú y te acabo de conocer.

-Créeme que estás mejor que Bárbara-suelto una carcajada y me doblo de la risa, pero Dani ni se inmuta.

-Que gracioso eres-digo entre risas.

-No es gracioso, eres preciosa y punto, por no decir que hueles a fresas con nata.

Ahora si que no puedo más y los dos estallamos en carcajadas.

-Ya puedes irte Valeria-dice la enfermera. No sabía cuanto tiempo llevaba ahí.

Cuando menos lo esperas... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora