Capítulo 22: "Jugar"

26.6K 1.3K 116
                                    

Me quedo mirando el paisaje desde el coche y resoplo.

Estoy tan enfadada con él que le gritaría pero ya no tengo fuerzas.

-Valeria-me llama Carlos.

-¿Qué?-digo bruscamente.

-Sólo quería que no te pasara nada.

-En serio, cállate-le miro enfadada.

No vuelve a decir nada hasta llegar a casa.

Salgo del coche y me dirijo a zancadas hacia la puerta principal.

-¡Valeria! ¿puedes esperarme?-grita.

-¡No!-contesto de mala gana.

Me doy cuenta de que él tiene las llaves de la casa y le espero al lado de la puerta.

-¿Ya te has dado cuenta de que no puedes entrar sin mi?-dice con una sonrisa pícara.

-Abre.

-¿Las palabras mágicas?-pregunta travieso.

-Me encantaría quitarte esa sonrisa tan asquerosa.-digo con asco.

-Y a mi otra cosa-me mira de arriba a abajo y se acerca peligrosamente a mi, lo que hace que retroceda hasta que golpeo mi espalda con la puerta.

-Retrocede-le pido sin mirarle.

Se acerca aún mas y aguanto la respiración.

Noto como su cuerpo toca el mío.

-¿Por qué iba a hacerlo?-pregunta tirando su aliento con sabor a vainilla.

-Porque te están robando el coche-se gira rápidamente y yo aprovecho para coger sus llaves, abrir la puerta y dejarlo fuera.

-¡Toma!-grito y hago mi baile de la alegría.

-¡Eh!-grita Carlos dando golpes en la puerta.

-¡Ups! Que pena, no me acordaba de ti y ahora no encuentro las llaves-empiezo a reír y él grita de frustración.

Miro la hora y son las once de la noche.

-¡Cuando entre te arrepentirás de haberme dejado fuera!-grita.

-Espero sentada, campeón.-hago una reverencia aunque se que no me ve.

Subo las escaleras y me encierro en mi habitación.

Suspiro, me pongo el pijama de Tom & Jerry y voy directa a la cama.

Menos mal que mañana es domingo y podré dormir plácidamente.

...

...

Siento un cosquilleo en mi planta del pie, lo muevo pero aun sigue esa sensación tan rara.

Abro los ojos lentamente y me doy cuenta de que aún esta oscuro.

Se va el cosquilleo del pie y ahora lo noto en la mejilla.

Me levanto de un tirón y miro a todos lados pero nada, no parece que haya nadie.

Me restriego los ojos con las manos y decido ir al baño, pero antes miro la hora.

¡Las tres y cuarto de la mañana! ¿Estamos locos?

Toco el suelo y lo noto pegajoso. Parece gelatina. Intento moverlo pero me es imposible.

Entonces me acuerdo de lo que me dijo Carlos: "¡Cuando entre te arrepentirás de haberme dejado fuera!"

No puede haber sido él, ¿no?

Cuando menos lo esperas... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora