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Me levanté a mitad de la noche por algunas voces que escuche en la sala. Al voltear me contre con Klaus durmiendo pacíficamente, me levanté con cuidado para no despertarlo y me cambie.

Baje las escaleras y me dirigí a la sala encontrándome con Rebekah y Kol peleando, en un movimiento rapido Kol saca una estaca de su chaqueta y apunta a Rebekah directo al corazón, ella lo miro con horror y susto.

-¡Kol Mikaelson! -Grite y lo empuje haciendo que se estrellara con la pared- Déjate de tonterías. -Dije entre dientes- Baja eso, ahora.

Él se levanta de inmediato y sacude, me mira con culpa y aprieta los labios. Se va inmediatamente de aquí.

-Iba a matarme. -Murmura Rebekah asustada y con voz temblorosa, me da una mirada de agradecimiento y fije mi mirada detrás de ella, Klaus apareció abrochandose su camisa y con una sonrisa

-Entonces, necesitas una lección de como usar la daga correctamente. -Habla Klaus mirando a Rebekah, me da una mirada significativa y vuelve a sonreír

Rebekah se queda inmóvil mirando a su hermano.

-Pudrete. -Le dice al híbrido, me voltea a ver a mi y sonríe levemente- Gracias, Emma.

Asentí con la cabeza y ella se fue después de darle una última mirada a Klaus.

Él se queda inmóvil en su lugar, pude notar su molestia, al voltear para verme me sonríe y se acerca a mi, pone una mano en mi cintura y otra en mi espalda, nos unimos en un beso corto.

[...]

Klaus no me ha soltado desde ayer en la noche, me despertó temprano para ir de visita a casa de Rebekah. No me pierde de vista en ningún momento y me mantiene tomada de la mano siempre.

Al llegar a casa de la rubia pudimos entrar sin ningún problema, Klaus me espero mientras yo examinaba la casa con curiosidad, al terminar él y yo subimos hasta la habitación, una sonrisa se formó en sus labios y se quedó parado justo frente de la puerta.

Me sorprendí al ver quien había abierto la puerta, se quedó inmóvil en su lugar viendo a Klaus.

-¿Tan pronto te ibas? -Pregunta el híbrido con algo de burla.

Rebekah se levanta y se viste rápidamente, se dirige hacia nosotros y mira a Klaus con enojo.

-¡Es mi casa, Nik! ¡No aprecio que invadas mi privacidad como un pervertido enfermo! -Dice ella enojada, Klaus me suelta y entra a la habitación sin pedir permiso.

Stefan se percata de mi presencia y sonríe un poco pero no se atrevió a acercarse a mi, así que yo lo hice, me lance a él dándole un abrazo, sentí como me rodeo con sus brazos y me apretujaba.

-Te extrañe. -Murmura en mi oído.

-Pues lamento interrumpir esta linda reunión pero tengo asuntos urgentes. -Dijo Klaus, mi hermano y yo ya nos habíamos separado y dirigimos muestra atención al híbrido que se encontraba mirando a Rebekah- ¿O ya has olvidado que nuestro hermano paranoico anda por ahí con una estaca que puede matarnos?

-Trato de matarme anoche, no he podido olvidarlo. -Dice rebekah con sarcasmo

-Si, pues tristemente parece que me ha robado mis queridas dagas. -Aprieta la mandíbula con molestia

-Ay, pobre Nik. -Hablo Rebekah fingiendo lastima- ¿Cómo nos controlarás sin tus preciosas dagas? Son útiles cuando quieres terminar una conversación con alguno.

La pequeña Salvatore Where stories live. Discover now