La pequeña Salvatore

29

La partida de mi hermano me afecto de una manera inexplicable, yo quería morir junto con él y me odiaba tanto por no haber podido ayudarlo en un principio, si lo hubiera buscado cuando se fue tal vez todo hubiese sido diferente.

Es que fue una muerte tan ridícula, el no merecía eso, me prometió estar conmigo.

Lo volví a perder.

Y ahora aquí en mi habitación estoy pensando en todas las cosas increíbles que pudimos haber hecho.

-¿Estás lista? -La voz de Jeremy me trajo a la realidad, voltee a verlo.

-¿Que estas haciendo aquí? -Me levanté enojada- ¡¿Que estas haciendo aquí?!

Él se sobresalto asustado por mi grito y antes de que dijera otra palabra se lanzo a mi y me envolvió en sus brazos, al principio me tense y pensé en separarme pero ese abrazo me quebró.

Llore en su cuello, sin darme cuenta mis brazos se aferraron a él.

-Estoy aquí para ti, Emma. -Susurro en mi oído.

-Estás aquí. -Lo abrace más fuerte, no paraba de llorar, mi vista está nublada y probablemente mi nariz esté roja- No pude hacer nada para salvarlo.

-No fue tu culpa, Emma. -Acaricio mi espalda- No hagas eso, solo te dañaras más. -Dice, me quedé en silencio, me separé lentamente y miré por la ventana- Hay alguien que quiso venir a verte.

Voltee a ver por la puerta, apareció la rubia que salve aquel día en el ritual de Klaus. Ella tenía un aspecto horrible, sus ojos se encontraban rojos y se encontraba muy pálida.

-No sabes cuanta falta me hiciste. -Dice Jenna acercándose a mi para abrazarme

-Jenny.. -Se formó una pequeña sonrisita en mi rostro y la abrace muy fuerte

-Lamento lo que haz pasado, mi niña. -Beso mi mejilla- ¿Necesitas algo?

-No, solo necesito que las personas que quiero estén cerca de mi. -Me separe de ella y sonreí

-Todo esta listo, todos vinieron para apoyarte.

-Estoy bien, Jenna..

Ella me da una mirada desconfiada y luego asiente.

-No te dí las gracias aquel día que me salvaste de Klaus. -Comenta, sentí que mi cara dolía y no pude reírme- Gracias pequeña.

-No se que hubiese hecho si Klaus te asesinaba.

-Tenemos que irnos. -Informó Jeremy

Al salir me encontré con todas las personas que habían conocido a mi hermano.

Todos estaban en silencio mirando el ataúd de Alex. No sé qué hice, no recuerdo cómo fue que reaccione, me acerque lentamente a él y cerré los ojos con fuerza.

Quería pensar que todo era un simple sueño, que mi hermano estaba aquí conmigo.

Parecía que solo estaba dormido, que en algún momento abriría los ojos y me hablaría.

[...]

Después del funeral algunos quisieron quedarse un rato más con Alex, otros se fueron a sus hogares.

Mire a Klaus a un lado del ataúd llorando en silencio, de espaldas para que nadie se diera cuenta. Apreté mis labios y agache mi cabeza, mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas. Me sentía vacía, como si una parte se hubiese ido con mi hermano.

Me sobresalte al sentir unas manos rodear mi cintura con delicadeza. El aroma a perfume caro se apoderó de mis fosas nasales, su respiración se sentía en mi oído.