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Mi cabeza dolía y mi respiración estaba acelerada junto a mi corazón, no podía abrir los ojos. Solté un quejido cuando intenté pararme y toque mi cabeza tratando de que el dolor disminuyera.

—Emma.. —Escuche que susurraron, sentí unas manos tomarme de la cintura y ayudarme a pararme, logré abrir mis ojos poco a poco

—¿Kol? —Dije débilmente, sonreí al verlo bien- Kol..

Mis ojos empezaron a cristalizarse, él me abrazo suavemente y beso mi frente.

—Todo está bien, cariño. Estás asalvo. —Murmura en mi oído

—¿Dónde estamos? —Pregunte

—Tu amiga me dijo lo que había ocurrido, mande a unos vampiros a traer tu cuerpo aquí, todo fue gracias a Luna —Me apunta con la cabeza a una señora de mayor edad que se encontraba a nuestro lado con un vaso de agua, Kol tomo el vaso y me lo dió— Gracias, puedes retirarte.

—¿Y Klaus? —Pregunte, escuché como el suspiro cansado

—No lo sé.

—¿Dónde estamos, Kol? —Volví a preguntar

—En New York, Cariño. —Contesta, casi me ahogo con el agua

—Tranquila —Me quita el vaso— Acabo de recuperarte.

—Gracias.. —Murmure

—Lamento mucho lo que te ha pasado, es nuestra culpa, mi madre te uso para engañar a Niklaus.

—Claro.

—¿Tienes hambre? —Pregunta, sin soltarme estira su mano y alcanza un vaso con sangre y me lo da, tome la sangre rápidamente como si no hubiera bebido en años

—Me siento débil —Dije

—Ven, siéntate. —Me ayudo a ir al sofá y me senté, lo ví darse la vuelta pero lo detuve

—No me dejes.. —Murmure, él me da una sonrisa y se sienta a mi lado, recargue mi cabeza en su hombro, él paso su brazo por mis hombros pegándome más a él

—¿Estás bien? —Me pregunta

Asentí con la cabeza levemente y pase mi brazo por su abdomen, cerré mis ojos y me acurruque en él

—Te fuiste sin avisar. —Le dije— Klaus no me dijo nada

—Estar con mis hermanos me ahoga, Klaus y Rebekah siempre están juntos, Elijah siempre está solo y yo.. yo no podía estar ahí, no me sentí bien. —Acaricia mi pelo

—Me tienes a mi, Kol.

—Klaus no deja que me acerque a tí. —Dijo, fruncí el ceño y me separé de él

—No soy de Klaus, me trata como si fuera de su propiedad. —Arrugue la nariz. No sé porque pero la forma en la que sonrió, me encantó.— Salgamos, no quiero estar aquí encerrada.

—De acuerdo. —Nos levantamos

[...]


—¡Kol, tienes que ver esto! —Grite, él apareció espantado

—¿Por qué gritas? —Pone una mano en su pecho

Habiamos ido a la biblioteca, fue mi idea, Kol es incapaz de decirme a mi un "No", siempre hacíamos lo que yo decía y él siempre decía que si.

—Cierren la boca. —Nos regaño la encargada

—He estado buscando este libro desde hace dos malditos años. —Susurre, frunció el ceño

La pequeña Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora