La pequeña Salvatore

30

Se estremeció de miedo al oír mis palabras, no pensé que alguien como ella supiera lo que es el miedo.

No pensé que nuestro reencuentro fuera así de esta manera, no nos hemos visto hace años y cuando por fin logré encontrarla voy a asesinarla.

Que divertido

-Me has causado muchos problemas, mami. -Dije burlona

-No te atreverías a asesinar a tu propia madre. -Sonríe, levanté las cejas curiosa y la seguía mirando burlona.

-No sabes de lo que soy capaz.

-Al menos logre mi objetivo. -Sonríe tranquila.

Levanté mi mano y estaba apunto de comenzar un hechizo cuando se me vino una duda a la cabeza.

Miré a mi madre muy confundida y apreté mis labios.

-¿Sabes algo sobre papá?

-Fue un hombre como cualquier otro, borracho, mujeriego, machista. -Dice simple, suspira- Nos dejó cuando tenías dos años y murió cuando tenias seis, no lo conociste y él nunca preguntó por tí ni por Alex, no valía la pena conocerlo.

Suspire profundamente y asentí no muy convencida.

-¿Estás lista? -Levante una ceja

-Espero que no te arrepientas de esto, Lilith. -Dice con un tono de advertencia

-No lo haré, te lo aseguro. -Sonreí y volví a levantar mis dos manos, las puse por encima de ella y recite un hechizo por lo bajo

-Espera... -Logro decir antes de empezar a convulsionarse, sus ojos se volvieron completamente blancos y su piel palidecio.

De repente, ella se quedó inmóvil en su lugar, ya no escuchaba latir su corazón ni su respiración, fue así de fácil que ella murió.

Hubiera querido darle una muerte mas lenta y dolorosa por lo que le hizo a mi hermano, pero este era el único hechizo que podía asesinarla.

Suspire y miré su cuerpo sin vida.

Chasque mis dedos y en un abrir y cerrar los ojos, el cuerpo de mi madre se estaba incendiando. La habitación se ilumino por el fuego, mire como ella iba desapareciendo.

[...]

Ha sido un día difícil, pero yo sé que saldré a delante sola.

Me mire al espejo sin ganas, traía un vestido sencillo de color azul fuerte, mi pelo se había vuelto lacio desde hace días, no me maquille, no traía ganas de hacer absolutamente nada.

Me sonreí a mi misma y me pase una mano por mi cintura.

Mis ojos se encontraban algo rojos de tanto llorar, la verdad es que no sé de dónde encontré las fuerzas para levantarme.

Escuche como alguien tocaba y abría la puerta, voltee encontrándome con Elijah, se detiene de golpe y me mira de arriba para abajo lentamente y vuelve a mirarme a los ojos, su cara se ilumino de felicidad.

-Perdona, te ves perfecta. -Sonríe levemente, suspira y tartamudea un poco- No encuentro las palabra para describir lo preciosa que te ves.

Se me escapo una risita y me acerque para abrazarlo, sin pensarlo dos veces él me envolvió en sus brazos.

Me sentía segura aquí en sus brazos, él es mi lugar seguro, me acerque más a su pecho y lo abrace con más fuerza, sentí como beso me cabeza.