Capitulo 15

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- No te importa. - dijo de mala gana.

- Claro que me importa. - volteé a verlo -Me interesa saber por quién, llegaste al grado de pedirme ayuda. - como gozaba de hacerlo enojar.

- A ver. - dijo con fastidio, este hombre no tenía ni una pizca de sentido del humor - No te pedí ayuda. Serías la última persona a la que le pediría algo. - serio, regresó su mirada al camino.

- Una pregunta... - dije divertida - ¿Por qué tanto "odio" - hice comillas - hacia mi? - la verdad me intrigaba, ya que nunca en mi vida, algún chico me había rechazado y/o tratado tan mal como él lo hacía.

Se estacionó en un enorme parque, había muchos autos alrededor, la verdad no reconocía donde estábamos.

- Detesto a las personas como tú. - habló - Falsas y engreídas, que piensan que solo por ser "lindas" pueden hacer lo que se les pegue la gana. - apagó el auto.

-¿Así que piensas que soy linda? - me giré hacia él.

- ¿Lo ves? - bufó - No puedes ser más hueca porque no te da tiempo de arreglarte. - sacó las llaves y bajó del auto.

-¡Es que es un estúpido!- pensé molesta. Este tipo realmente piensa que soy más tonta que nada. Sólo de una cosa estoy segura. Se va a arrepentir.

Esperé en el auto cerca de cinco minutos hasta que por fin logré verlo caminar hacia el auto, cruzaba la calle para después atravesar el parque. Pero lo que me llamaba la atención era la que seguramente sería "Mariana". ¿Es su hermana? Sí, seguro que es su hermana. Tenía un pequeño debate en mi mente al ver al "rudísimo" Claudio Meyer con una pequeña de aproximadamente 5 años. Sin duda era hermosa, finas facciones, nariz respingada, cabello claro y lacio. ¿O su hija? Digamos que un poco de pánico se apoderó de mi. Tal vez es casado, con esposa, hijos. ¿Pero cuántos años tiene? ¡Tal vez por eso se resiste a mí! Cada vez se acercaba más y mi rostro de, ¿estupefacción? Era imposible de ocultar. Es que es tan parecida a él... Respiré profundamente y me giré en el asiento para ver hacia el frente. -¿Y el pequeño?- recordé- ¿Otro niño?

Escuché que se abría la puerta de atrás y Claudio sentó a la niña detrás del asiento del piloto. La pequeña no paraba de hablar, con su aguda voz entrecortada podría entender que hablaba sobre sus tenis. Claudio abrochó el cinturón de seguridad y subió al auto en el lado del piloto. Mariana, no se había dado cuenta de mi presencia hasta que volteó y me sorprendió observándola.

- Hola - dijo con una hermosa sonrisa - ¿Clau? - llamó a su ¿Hermano? ¿Padre? -¿Ella es tu novia? - preguntó con una risita cubriendo su boca-¡NO ES SU HIJA!- celebré en mi interior.

- ¿Yo? - solté una carcajada y volteé a ver a Claudio quien solo rodó los ojos - Claro que no. - le sonreí - Soy sólo su compañera en un trabajo. - le hablaba con ternura - Soy Emilia Ruiz. - me presenté.

-Yo soy Mariana. - no tenía una idea de lo aliviada que me sentía al saber que era solo una pequeña, así no tendría que deshacerme de nadie.

-¿Claudio es tu hermano? - le pregunté a ella ya que si le preguntaba a él, diría "Qué te importa". La pequeña asintió con la cabeza - Oye, ¿y quién te hizo esas coletas tan lindas? - le dije y Claudio volteo bruscamente hacia mí y me fulminó con la mirada. ¿Pero qué había dicho?

- Ally me las hizo - dijo sonriente.

- Clau me las hace horribles - soltó una carcajada, es imposible que esa dulzura fuera familiar de él amargado de Claudio.

- Bueno basta de preguntas si? - dijo Meyer seriamente. Me giré nuevamente en el asiento y volteé mi mirada hacia la derecha.

íbamos en silencio, yo sin entender por qué Claudio no me dejaba hablar con Mariana. Salí de mis pensamientos cuando el auto se detuvo. Estábamos frente a un colegio. Claudio hizo accionar el claxon del auto dos veces, y al igual que él y Mariana un moreno claro se acercó al auto. Como no conocía el auto dudó un poco, hasta que Claudio bajó el vidrio del auto.

-¿Y este auto? ¿Y... quién es ella? - preguntó el niño al cual le calculaba unos ocho o nueve años.

- Ella es Emilia y es la novia de Claudio.- informó Mariana y los dos comenzaron a reír, no pude evitarlo y solté una carcajada.

- No es mi novia. -dijo Claudio con fastidio, volteé hacia atrás y vi que Mariana le decía riendo que sí, con un pequeño movimiento de su dedo índice.

- Soy Emilia. - sonreí - Pero no soy la novia de Claudio. - me dirigí al niño cuyo nombre desconocía.

- Yo soy Pablo. - dijo al igual que su hermana con una preciosa sonrisa.

Es que en realidad era imposible, creer que estos tres tengan algún parentesco. Me giré nuevamente, antes de ser regañada por Claudio. Él y yo ibamos en silencio, solo se escuchaban las voces de los niños y sus risas, según lo que entendía "Ally" era la pelirroja que había visto en la tienda de música.

Llegamos a la que seguramente sería su casa, era realmente hermosa. Blanca, enormes ventanas, inmenso jardín. Sin duda una mansión.

Claudio se estacionó y todos bajamos del auto, caminamos en silencio detrás de Claudio hasta la puerta. Mientras esperábamos a que el abriera, noté cómo la pequeña me observaba.

- Es muy lindo tu vestido - dijo tocándolo.

-¿De verdad lo crees? - le pregunté ahora muerta de ternura, asintió con la cabeza - Sabes... - le dije sonriente - Este es mi favorito. - le confesé.

- Eres muy linda, te pareces a una de mis muñecas - dijo riendo.

- Hasta en lo plástica y hueca... - dijo Claudio en un susurro al momento de abrir la puerta, entré no sin antes matarlo con la simple mirada. Lo que tenía de lindo lo tenía de bocón.

Me, myself & I (Claumilia)Where stories live. Discover now