Capitulo 7

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Maratón 4/10

Todas las miradas regresaron al campo y no pudimos evitarlo, todos soltamos las carcajadas que tanto tratábamos de retener.

- Emilia eso se escuchó hasta un kilómetro de aquí - dijo Ulises.

- Era el punto - sonreí.

- Deberías de ser porrista -
agregó Daniel.

- Sabes no estaría mal - dije divertida - Eso me ayudaría a acercarme más a "Meyer".

-¿En serio? - preguntó incrédulo - ¿Si lo harías?

- ¿Por qué no?

El partido finalizó y como era de esperarse, nuestro equipo ganó. Dani tenía razón, Claudio era muy buen jugador. León no puede distraerse o le quitarán el "trono".

Caminábamos hacia la salida, era muy divertido estar con ellos. En especial las tonterías de Ulises.

- Los alcanzo afuera - grité - Iré por un bote de agua - les avisé y solo escuche un "si" en coro. Caminé hacia la tienda que estaba dentro del campo. Compré un bote de agua natural y me dirigí hacia la salida donde me deberían estar esperando. - Chicos creo que ya me iré a casa... - dije en cuánto llegué con ellos. Pablo volteó hacia mi haciéndose a un lado y me dejó ver a Silverio acompañado por una chica. Tengo que aceptarlo, era linda. Su cabello era de un castaño claro y con ondas. Un poco más abajo de la cintura, bonitas facciones, pequeños ojos, de un color verde claro. Debido a la poca luz del lugar no podía distinguir bien. Todos permanecían en silencio.

- Hola, soy Machu - dijo con una enorme sonrisa mientras tendía su mano hacia mí. Volteé a ver a Silverio quién miraba esperando mi reacción.

- Qué alegría - le contesté sarcásticamente. Le saqué la vuelta y caminé hacia donde estaba mi auto.

- ¿Cuál es tu problema? - era la voz de Silverio, lo ignoré y seguí caminando - ¿Por qué eres así? - me tomó fuertemente del brazo e hizo que girara para verlo de frente.

- Suéltame - le dije mirándolo fijamente.

- ¿Por qué la trataste así? - me reclamó sin soltarme.

- No la traté mal, simplemente no me interesa saber su nombre ni nada de ella; y mucho menos si está relacionada contigo - le contesté fríamente - Creí que había quedado claro que no me metería en tu vida.

-¿No la trataste mal? - preguntó irónico -¿Sabes qué? - pasó una mano por su cabello - Espero que en realidad lo cumplas y no vuelvas a meterte en mi vida - nuevamente las lágrimas comenzaban a acumularse.

- Eres un estúpido Silverio - ya no era rabia, ya no era enojo. Era coraje. Una lágrima resbaló por mi mejilla y por el cambio de su rostro seguramente la había visto.

- Emi no... - dijo arrepentido, pero antes de darle oportunidad a terminar la oración, me di la vuelta y salí corriendo hacia donde estaba mi auto.

Me recargué en la puerta y me realice sobre esta hasta quedar sentada en el piso. Puse mis brazos sobre mis rodillas y oculté mi rostro. Estuve así por unos minutos, tratando de controlar mi enojo.

-Eso me gano - dije aún con coraje en mi interior - Eso me gano por preocuparme por otras personas.

-¿Estás bien? - escuché una voz que me parecía haber escuchado antes. Levanté mi mirada para ver de quién se trataba.

Rápidamente limpié mis mejillas, eliminando cualquier rastro de lágrimas.

- Sí - contesté segura.

- Pues no lo parece - tendió su mano hacia mi para ayudarme a ponerme de pie.

-Yo... yo - perfecto Emilia, qué mejor que tartamudear como idiota.

- Hey no digas nada -dijo serio - No trato de "socializar", solo pregunté si estabas bien; y como lo estás... - dicho esto se dio la media vuelta.

- Pero este tipo es más frío que el hielo. - pensé mientras veía a Claudio alejarse. Me sacudí ya que estaba llena de tierra. Rodeé mi auto y lo abordé.

Entré a casa, me sentía pésimo. Lancé mis llaves en la mesa del living y la bolsa la dejé en uno de los sillones.

- Te llamó Silverio - era la voz de mi madre que provenía desde la sala - Necesita hablar contigo, parecía preocupado - no despegaba su mirada de la laptop - ¿Todo bien? - preguntó.

- No... - contesté cabizbaja.

- ¿Qué sucedió? - la miré incrédula. ¿En realidad le interesaba escucharme?

- Discutimos por... - justo sonó su celular, hizo una mueca extraña y me hizo una seña con su mano para que la esperara y atendió el celular. Comenzó a hablar rápidamente, de negocios y cosas que yo simplemente no entendía. La ilusión que había crecido en mí al pensar que me escucharía, se esfumó. - Buenas noches - le susurré para evitar distraerla, solo asintió con la cabeza. Regresé al living y tomé solo mi bolso, para después subir a mi habitación.

"Te amo horrible" -reí al leer el mensaje de Silverio.

Muchos verían algo "extraña" nuestra forma de llevarnos, pero cuando conoces a alguien desde los dos años, la confianza que se forma es inmensa. O al menos eso creía yo.

"Yo no, solo te quiero" - le respondí. Me dejé caer en la cama, ya tenía algo de sueño. Nuevamente comenzó a vibrar el celular. Solo que esta vez no era mensaje.

- Hola, estás tratando de comunicarte con Emilia Ruiz, pero su mejor amigo hirió sus sentimientos y está muy triste para responder. - contesté como si fuera una grabación. Pude escuchar la risa de Silverio - Deja tu mensaje después del tono - dije seguido por un "pi..."

- Emi fui un estúpido. Jamás debí hablarte así. Eres mi mejor amiga, mi hermana, parte de mi familia y sé que solo lo haces porque te importo tanto como tú a mí, así que espero que me disculpes, pero también que me comprendas. Te amo amiga - colgó.

-Ay Silverio - pensé - ¿Por qué intentas solucionar todo con un "te amo amiga"? Ahora yo le marqué a su celular.

- Estás intentando llamar a Silverio Gil, pero su mejor amiga está enojada con él, así que está muy ocupado buscando palabras de disculpa para ella. Deja tu mensaje.

- Vaya ya era hora de que buscaras otras palabras. El "te amo" ya no funciona muy bien. - dije entre risas.

Me, myself & I (Claumilia)Where stories live. Discover now