Capitulo 1

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-¿Estás terminando conmigo? pregunté aún incrédula con los ojos a punto de salir de su órbita.

- Lo siento Emilia... - contestó mi pregunta - Creo que es lo mejor.

- ¿Lo mejor? - reí amargamente - ¿Lo mejor para quién León? - no podía estar haciéndome esto.

- ¡Para ti! - contestó - ¡Para mí!

- ¡No! - resoplé acomodando mi cabello - Tú no puedes hacerme esto... - negué con la cabeza - Amor falta tan poco para el baile de fin de curso... - me acerqué a él y acaricié su mejilla - Y tú y yo tenemos que ir juntos - cambié el tono de mi voz a uno más suave -... Como la hermosa pareja que somos. - tomé sus manos y las coloqué en mi cintura para después yo pasar las mías por su cuello.

Fijé mi mirada en sus hermosos ojos verdes. León era simplemente un mexicano perfecto. Ojos expresivos de un increíble color esmeralda, cabello castaño y lacio, piel blanca con unos pequeños lunares esparcidos por ella. Sonrisa de comercial y un físico delirante.

- ¿Ves? - se alejó quitando sus manos de mi - Sólo te importa lo que los demás piensan... me miraba seriamente - Solo te importa la popularidad... - pasó su mano por su cabello - Yo quiero algo más que eso Emilia. - se acercó nuevamente - Yo quiero algo más que superficialidad y sexo. - acarició mi mejilla - Eres increíble. - me sonrió - Pero esto no nos hace bien... - depositó un beso en mi frente se dio la media vuelta para caminar a su auto.

-¿Me dejó? - aún no podía creerlo. - ¡No puede atreverse a hacerme eso! ¡Soy Emilia Ruiz! - grité furiosa en mi mente, ya que seguía parada en la acera fuera de mi casa.

Entré a la casa aún en shock.

- No se puede quedar así. - ahora si grité con rabia.

- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? - preguntó mi madre preocupada mientras bajaba.

- León terminó conmigo. - cubrí mi rostro con desesperación.

- Ay hija... - alargó - Lástima, me agradaba. -dijo sin siquiera detenerse.

Mi novio había terminado conmigo y ella decía "Lástima, me agradaba" no podía ser más fría, solo porque estamos en verano.

- Si... Lástima - dije a punto de subir las escaleras.

- Ay Emilia; no es el único, búscate a otro.- ¿Ven a lo que me refiero con "fría"? - ¿Por qué no llamas a unas amigas y pasas la tarde con ellas?

- Sería genial... "Si las tuviera" - terminé burlonamente la oración en mi mente.

Digamos que hacer "amigas" no es mi fuerte. ¿Para qué hacerlo? No se necesitan en lo absoluto cuando tienes a todos los chicos a tus pies y al guapo capitán del equipo de americano en tus manos. Bueno, el capitán del equipo ya no tanto en mis manos. Pero no demorará en volver.

Subí a mi habitación y lancé mi bolso en uno de los sillones rosas que decoraban la habitación. Dejé mis zapatillas en medio del camino hacia mi cama.

Tomé el teléfono inalámbrico y después me dejé caer en el acolchado.

- Silverio - afirmé al escuchar el "¿Diga?" del otro lado de la línea. Tal vez no tenía "amigas", pero tengo a Silverio. Es mi mejor amigo desde siempre.

- Emi - me contestó usando el mismo tono que yo había utilizado con él.

- Te necesito... - le dije.

-¿Que sucedió? - preguntó algo preocupado.

- ¿Puedes venir? - le contesté con otra pregunta.

- Claro... En cinco minutos estoy allí.

Estuve recostada por unos momentos con la mirada perdida en el techo, de pronto escuché dos golpes en la puerta, giré y vi entrar a Silverio.

-¿Todo bien? - me preguntó mientras caminaba hacia donde estaba yo y se dejó caer en la cama a mi lado.

- No... Nada está bien-le contesté seria.

- Cuéntame... - dijo riendo.

- León terminó conmigo... - le conté, pero lejos de recibir "apoyo moral", sólo largó una fuerte carcajada.

- Ya se había tardado... - continuaba riendo.

- ¡¿Qué?! - le grité sin entender.

- Ignórame... - sonrió - Sígueme contando.

- Dijo que a mí solo me importaba lo que pensaran los demás, y que quería algo más que superficialidad y sexo.

- ¿De verdad te dijo eso? - preguntó sorprendido- ¿Qué se siente Emi? - rió. Yo me limitaba a tratar de entender su pregunta -¿Qué se siente que alguien no quiera tener sexo contigo?

- Eres un estúpido Gil... - le dije molesta - Te llamé para que me apoyaras o me hicieras sentir bien y solo vienes a burlarte. - me senté en la cama dándole la espalda.

- Ruíz es que... ¿Qué quieres que te diga? ¿Quieres que te diga que él es un imbécil? ¿Quieres que le rompa la cara cuando solo te dijo la verdad? - se puso de pie. Yo solo permanecía cruzada de brazos y con los ojos cerrados - Emilia, solo estas molesta porque el terminó contigo... Porque absolutamente nadie había terminado con la "grandiosa y popular Emilia Ruiz".

- Silverio - lo interrumpí.

- Eres mi amiga y te quiero, solo por eso te lo digo... - se acercó a mí y me abrazó - La cara bonita y buen cuerpo no te durará para siempre. - susurró en mi oído, besó mi mejilla y caminó hacia la puerta.

- Gracias idiota... Me ayudaste enormemente. - le grité con notorio sarcasmo.

- Yo también te amo. - lo escuché desde el pasillo y no pude evitar reír.

Pasé toda la tarde y noche pensando en lo que el tonto de Silverio me había dicho. Seguramente tenía toda la razón, seguramente era solo un capricho. Era la primera vez que un chico me dejaba. Normalmente yo me aburría de ellos y los desechaba tal cual pañuelo usado. Además era verdad, una cara bonita y buen cuerpo no dura para siempre.

Pero lo aprovecharé mientras dure.

Me, myself & I (Claumilia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora