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Cap.19 Empezar a odiar

Cap.19 Empezar a odiar

Fernanda

Y allí estábamos. Seguíamos como antes, el seguía sujetando me como si me podría escapar e ir detrás de esa víbora. Cosa que haría sin pensármelo dos veces. Pero no pasa nada. Porque pronto la iba a volver a ver y le daría su merecido.

-¿Me vas a soltar ya?- nada mas decírselo me hizo caso y me soltó. Ya era hora.

-¿Qué te dijo para que te pongas así?- me quedé sin saber que decirle, pero si íbamos a comenzar a tener algo mas como por ejemplo, ser una pareja. Debería decirle la verdad. Y total ¿soy sincera no? Pues ya esta, no me serviría mentir para nada.

-¿Te parece poco que me amenace en mi propia casa?- lo miré y el se quedó sin palabras.

-Te dijo algo al odio, no soy tonto, sabes. Y seguro que es por eso que te pusiste así.- pero que listo que era y yo que pensaba que era tonto, idiota, creído, bla bla bla... Pero ya veo que no es así.

-Dijo que se iba a quedar contigo.- al decir eso bajé la cabeza. Me moría de vergüenza al decírselo. Es la primera vez que me pasa, de verdad. Yo Fernanda me estaba dando vergüenza, que fuerte. Eso lo tengo que apuntar a mi diario, que usaba de pequeña. Poner << Querido diario, se que hace tiempo, días, meses... Vale, si, hace muchos años que no escribo, incluso creo que siglos. Pero hoy es la primera vez que me he muerto de la vergüenza y justo delante de un chico>>.

Eso es para ponerlo también en tuenti o twitter. La gente se partiría de la risa. Y los que me conocen des de pequeña estarían flipando tanto como yo.

-¿Qué?- dijo, yo subí la cabeza y lo miré.

-No te hagas el sordo. No pienso repetirlo dos veces.- me fui para el sofá y me senté. El se quedó en el mismo sitio y no se movió. Hasta dentro de un minuto o algo así. Se sentó a mi lado y no abrió la boca.- No dejaré que se salga con la suya.

-Fernanda...

-¿Qué?

-No hagas nada que te puedas arrepentir.- me giré y lo miré. ¿Pero que se cree? ¿Qué soy tonta y que no me puedo defender o que?

-Basta Edu. No voy a dejar que cumpla con su propósito.- el también me miró al terminar con mi frase.

-¿Vas a pelearte con tu mejor amiga por mi?- soltó una carcajada, cosa que me puso mas de los nervios.

-Primero, ya no es mi mejor amiga des de hace ya años. Segundo, no es por ti. Solo es porque me cabreó eso de venir a mi casa y que haga lo que quisiera. No tiene derecho.- aparté la mirada de el y la clavé a otro lugar del salón.

-¿Y tercero?- podía sentir como me seguía mirando, pero no estaba para mirarlo y morirme de vergüenza otra vez.

-No hay tercero. Solo primero y segundo.- crucé los brazos y me quedé pensando en cosas pero no sabia ni en que.

-¿Sabes que creo?- lo miré y pude ver como soltaba alguna que otra risita.

-¿Qué crees?- lo miré con mala cara, a saber que se le había ocurrido a este ahora.

-Que te has puesto celosa.

-¿Celosa yo? Que dices...- el asintió a mi pregunta, pero no era una pregunta.

¿Estaba celosa de verdad? Pero no podría ser eso. Bueno y si lo fuera no pasaría nada. Total todo el mundo es celoso, no hay ni una persona que no lo fuera.

-Los celos son muy malos consejeros.- dijo y apartó su mirada de mi.

-¿A que viene todo esto ahora? No estoy celosa y si lo estuviera no tienes porque restregármelo ¿sabes?- me volvió a mirar.