FRANKIE | Four Chips #3

Capítulo 22.

Descubrí como hacer que mi corazón lata a mil,
es solo cuestión de rozar nuestras manos,
solo basta con un pequeño abrazo.
¿Sabes lo que hace poder besarte?
Estoy enfermo de amor, bebé,
me pongo nervioso cuando estás aquí.
Boom, boom, boom, mi corazón habla,
Boom, boom, boom, estoy enfermo de amor, bebé.
—Enfermo de amor, Four Chips.

Frankie Howard.

Si, lo sé, siempre hablo sin pensar, pocas veces me importaba, luego de ver la cara de sorpresa de Mark y Vanessa, la de tragedia de Austin, la de quiero matarte de Chris, la de ¿es que nunca se dieron cuenta? de Dustin y los ojos brillantemente emocionados de Emine por un momento me hicieron arrepentirme, además, las mejillas de Faith parecían a punto de explotar.

—Ups, ¿me excedí?

—Dime de verdad que no hiciste eso, Frankie, dime que todo esto es un chiste.

—¿Crees que la manera en la que Chris está agarrando el cuchillo es un chiste? Por cierto—miro con temor el objeto corto punzante—, ¿podrías bajarlo, cuñadito? Es un peligro jugar con esas cosas.

—Vuelve a llamarme de esa manera y sabrás como de divertido es jugar con cosas como estas—juguetea con el cuchillo en su mano y es Emine la que logra arrebatárselo sin que él se diera cuenta.

Todo está anormalmente callado, pero con solo ver a Austin sé que está gritando en su interior, nunca le he hecho las cosas fáciles al hombre, lo entiendo, pero estas son cosas que no se pueden evitar.

—Reunión. De. Grupo. Ahora.

—¿Ahora?—se queja Dustin mirando con fastidio a Austin —. Tengo hambre.

—Si hubieses controlado a Frankie podríamos comer tranquilos. Así que ahora, ustedes cuatro, síganme.

Austin arrastra la silla sin cuidado y camina sin esperar que lo sigamos. Uno a uno nos levantamos de la mesa, le sonrío tranquilo a Faith quien parece estar nerviosa por la situación. Lo que no sabía Faith es que esta era otra reunión más de Four Chips, una en la que probablemente reciba un puñetazo por parte de su hermano solo para hacerlo feliz por un minuto.

Austin nos hizo subir al ascensor, el silencio matándonos y yo sin saber que más decir. No me disculparía, es estúpido.

El ascensor sube y sube, lo único que se escucha en la caja metálica es el sonido de Frankie comiendo una...

—¿De dónde...?

—Había dos por uno, ¿de acuerdo? Si no me van a dejar comer por tus tonterías, entonces no me juzgues por mis decisiones—finaliza dándole otro mordisco a su manzana.

Austin parecía querer llorar cuando nos encerró en su habitación.

Mark se sienta en la esquina de la cama de Austin mientras que yo me arrojo sobre ella posando mi cabeza en una de las almohadas. Dustin decide dejarse caer sobre la alfombra y Chris... Chris me provoca escalofríos con los brazos cruzados en su pecho justo a un lado de mi lugar de escapatoria: La puerta.

Sin embargo, aunque Chris me provoque escalofríos, Austin enrojece de tal manera que sé que pronto va a explotar.

Tres, dos, uno.

—¡¿Cómo puedes ser tan imprudente?! ¡Habías negado una relación hace unos pocos días! ¡Renuncio! Es oficial, no puedo seguir trabajando con ustedes si pienso en tener una esperanza de vida más duradera.

Para mi sorpresa es Mark el que rueda los ojos.

—Estás mintiendo —apunta Dustin dando otro mordisco a su manzana.