Capítulo 15.

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Fue aquella vez,
que sentí mi corazón latir diferente,
que no dormí por tenerte en mi mente.
Fue aquella vez,
que supe que era diferente,
miré a tus ojos y se sintió bien.
Fue aquella vez,
que tomé tu mano, supe que estaba seguro y que no te quería soltar.
Solo fue un segundo, en aquella vez,

la tarde de aquel otoño, frente a la mesa redonda,

a los ojos de todos, que supe que te quería ver otra vez.
—Aquella vez, Frankie Howard.

Frankie Howard.

¿Sería demasiado estúpido de mi parte hacerle un cumplido por lo bonita que se veía? Lo había notado, el brillo de labios y sus mejillas rojizas por el maquillaje, creo que era la primera vez que veía brillo artificial en los labios de Faith, no es que me dedicase mucho a comerme con la mirada sus labios.

Bueno, quizás lo hacía... A veces.

Me dedico a mirar como ella observa los faroles que alumbran las calles de Berlín, como forma pequeñas sonrisas cuando nota algo que le gusta o le llama la atención, por un momento baja la ventanilla del auto y cierra los ojos al Phil acelerar luego de haberse detenido en un semáforo en rojo, la brisa acariciando sus bonitas mejillas rosadas.

—¿En qué estás pensando?—le pregunto arrepintiéndome inmediatamente de hablar al ella abrir sus ojos y no poder observarla con la total atención como hace un minuto.

—En nada, solo que el clima es perfecto, pensé que haría un poco más de frío.

Llegamos al punto de las trivialidades del clima.

—No se parece a Toronto.

—Gracias a Dios no, estoy segura de que si hubiese bajado la ventanilla del auto a esta hora mi nariz podría haberse congelado en conjunto con mis orejas—bromea ella volviendo su mirada hacia las calles—. Desearía caminar como ellos, sentir que el viento cala en mis huesos, ser libre. Lo sé, es estúpido...

—No lo es, sé a lo que te refieres.

Y me da una idea.

Bajo el vidrio separador encontrándome con los ojos de Phil a través del retrovisor.

—¿Crees que podamos detenernos?

—Pensé que íbamos a...

—E iremos—lo interrumpo—, pero a Faith le gustaría caminar. Estamos cerca, podemos hacerlo.

Phil duda y entiendo que lo haga, esta es una de las maneras en las que tiendo a escaparme de él y si me escapo Austin estará enojado. Nadie quiere ver a Austin enojado.

—Puedes seguirnos—le doy la opción y él rueda los ojos.

—No tienes que pedírmelo, sabes que es mi deber seguirte—menciona con obviedad.

—Entonces no habrá problema con caminar, ¿verdad? Tengo un gorro—lo saco del bolsillo trasero de mi pantalón y me lo coloco al ver aún la duda en sus ojos—. Y tengo mis gafas, además de que es de noche, nadie va a reconocerme.

Phil mira entre Faith y yo, finalmente asiente por lo que sonrío victorioso. Faith solo evalúa la situación, viendo el intercambio de ambos.

En cuestión de minutos Phil está estacionando y poco después echamos a andar sobre las calles alemanas asegurándome de que las gafas y el gorro estén en su lugar. Noto por el rabillo del ojo como Faith trata de evitar una sonrisa, así que con toda la confianza del mundo la cuestiono.

FRANKIE | Four Chips #3Where stories live. Discover now