Capítulo 19.

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Yo sin ti y tu sin mí

no es buena idea,

no es posible.

¿Podrías imaginarlo?

Un mundo en donde no nos hemos cruzado,

¿es incluso posible?

Es un mundo distópico,

porque yo sin ti y tu sin mí,

no es buena idea,

no es posible.

— Distopía, Four Chips.

Frankie Howard.

Paris, Francia, era la última fecha de nuestra gira por Europa antes de volver a Toronto por navidad y no sabía si estaba feliz o triste de volver a casa pasado mañana por la noche. La extrañaría y daría todo para que viniera con nosotros a la continuación de la gira en Norteamérica y Latinoamérica. Europa se había sentido genial con Faith James en cercanía, incluso se había convertido en un ritual que la hermana pequeña de Chris me acompañara en mis crucigramas, tendría que descargar una nueva aplicación ya que la actual estaba pronto de acabarla.

Me recuesto en la barra del balcón para mirar el atardecer con la torre Eiffel de testigo, era tan... horrible. No podía entender como la gente alucinaba tanto con la torre Eiffel, incluso los franceses no parecían amar aquella cosa. Sin embargo, lo fue todo ver a Faith emocionada en la mañana al pasar por la horrorosa torre al llegar a París, Vannesa y Emine no se quedaron atrás, ellas querían parar, pero Austin refunfuñón hizo acto de presencia y dijo que podríamos salir por la noche, con nuestro equipo de seguridad, dijo eso último mirándome con advertencia. Ya no habría más escapadas fortuitas para mí en lo que quedaba de gira.

Por primera vez, luego de varios años visitando Paris, vi a la horrorosa torre Eiffel como algo precioso y único, era tonto, Dustin siempre se burlaba por las muecas que hacía al Austin obligarnos a tomar una foto grupal en los campos Elíseos con la torre a nuestras espaldas, pero hoy, después de mucho tiempo, estaba deseando que llegara el momento de tomar esa foto y que las chicas estuvieran ahí con nosotros.

El teléfono suena en mi mano y lo llevo a mi oreja sin verificar quien llamaba.

—Si puedes traerme un chocolate caliente seré el hombre más feliz del planeta tierra—susurro aún observando el atardecer, sin importarme a quien le habría dicho tal tontería.

—Cuando vengas a Nueva York te llevaré a un local venezolano que está de moda, venden churros rellenos y chocolate caliente—instantáneamente sonreí al oír la voz femenina, escucharla siempre me subía los ánimos —. ¿Te apuntas?

—No estoy seguro, mi correa de perro rabioso está más corta que nunca.

—¿Perro rabioso? Pero si eres un cachorrito, Frankie—Ella se burla y debo aguantarlo, porque tiene razón, no tengo nada de perro rabioso—. ¿Dónde estás ahora?

—¿Quieres adivinar?

—Dame una pista—pone su usual voz de todo negocios, por lo que acepto en darle pistas.

—Ay una torre espantosa frente a mis ojos.

Una noche, luego de ver una película en su apartamento ambientada en Paris, le confesé mi aversión a la torre Eiffel, discutimos durante horas sobre los pros y los contras de tener una torre como esa en medio de una ciudad, ella también llegó a la conclusión de que la Torre Eiffel era una cosa terrible y que jamás debió ser construida, luego pasamos a la estatua de la libertad, la pobre señora de verde tampoco tuvo muchos comentarios positivos.

FRANKIE | Four Chips #3Where stories live. Discover now