— cayó mal al suelo y se dislocó la muñeca, se golpeó muy fuerte en lacabeza, pero esta recuperándose
— ¿seguirá jugando? — preguntaste preocupada.
— al parecer si, Cole es un pilar fundamental en la cancha y quiere seguir jugando
— ¡esta loco!
— cálmate — dijo el entrenador entrecerrando sus ojos.
— ¿me puedo quedar aquí?
— claro, ven
Lo seguiste hasta las bancas y te sentaste junto a él.
El segundo tiempo continuó y entraron todos a la cancha, algunos te miraron y Tom fijo su mirada en la tuya para luego seguir caminando, se reunieron todos juntos y divisaste a Cole con una venda en la mano.
— segundo tiempo ¿me escuchan? — les habló Tom con voz fuerte — tenemos tiempo para dar vuelta esto, estaremos bien, ¿Cole estás seguro de que quieres seguir jugando?
— completamente — respondió.
— esta bien amigos ¡vamos por más! — grito Tom dándole palmaditas en la espalda a todos.
Comenzaron a correr más rápido que antes y comenzaron a anotar hasta que los igualaron, pararon el tiempo y aprovecharon de tomar agua.
— ¡dos minutos! —gritó Tom— ¡dos minutos para hacerlos trizas! — dijo satisfecho y con una sonrisa.
— ¡como les dije antes! ¡Fernando atrás! ¡Harrison al centro! no te muevas de ahí hasta que te lo diga
— observa la determinación de Tom — comentó el entrenador — por eso es el capitán de equipo
— ¿solo por eso?
— y por su voz de líder, no todos tienen eso
— Milo no está mal como líder
— lo sé, pero Milo no habla fuerte ni tampoco tratará mal a los chicos si hacen algo mal porque él es más de corazón ¿entiendes? es un gran chico, pero no sirve como líder de un equipo grande. En cambio Tom si, a él no le interesa que se sientan mal o se enojen, él les grita y los reprocha y nadie le dice nada porque lo conocen
Lo escuchaste en silencio, no sabías que pensaban así de Tom.
Viste como los segundos pasaban muy rápido, Harrison se mantenía al centro atento a todo, Fernado seguía atrás marcando a los del otro equipo.
— ¡ey! — grito Tom.
Miraste con atención y Harrison ya no estaba al centro, iba corriendo con la pelota en sus brazos y la mitad del equipo contrario corrían tras el ¿en qué momento había pasado?
— maldito Tom — rió el entrenador fuerte.
Cole y Milo derribaron a dos chicos y corrieron a los costados, esquivando a los demás.
— ¡ey! ¡el crespo no tiene el balón! — gritó un chico de harmony camp, todos voltearon desconcertados, pero ya era demasiado tarde.
Harrison pasó por el lado de Tom y él corrió por toda la cancha aprovechando los segundos de desconcentración del otro equipo, llegó a la zona en donde se marcaba y se dio el gusto de parar y llegar caminando para marcar el punto esperado con una sonrisa victoriosa y sarcástica. El pitido del término del partido sonó y todos corrieron a abrazalo, estaba muy feliz.
— ¡así se hace hermano! — gritó Milo abrazando a Tom.
Todos se abrazaban felices y la galería era un caos, todos gritaban...Queens club había triunfado nuevamente. El entrenador los llamo a los camarines y Tom suspiró cansado sacándose el casco, lo observaste y viste como se le dibujaba una sonrisa de satisfacción. Pudiste darte cuenta de que se le formaban hoyuelos algo que se te hizo bastante tierno. Era genial ver a alguien feliz por algo Real. Aunque para ti sea el más odioso, él estaba feliz por su equipo.
— ¡ey tú! — escuchaste un grito. Viste la escena desde la banca, era un chico del otro equipo, grande, musculoso y maceteado, parecía un zumo con músculos, se sacó el casco al llegar a un lado de Tom y lo tiró al suelo.
Tom lo miró tranquilo.
— ¿qué demonios crees que hiciste? ¡eso es trampa imbécil — reprochó el chico a Tom dándole un empujón, haciendo que retrocediera unos pasos.
— ¡claro que no idiota! ¿crees que sería capitán del equipo si no supiera las reglas? ¡no me vengas con porquerías! — se alteró Tom dándole un empujón al chico quien se movió sólo un poco.
— ¡no me toques! — gritó el otro.
— ¡entonces ve a llorar a los camarines con tu equipo! ¡mal perdedor!
— ¿a quién crees que le hablas así?
— ¿hay alguien más aquí? ¡imbécil! — gritó.
Su voz era grave, fuerte y realmente asustaba.
El chico lo miró irritado y le tiró una escupida en el uniforme a Tom, él se enfureció, sus ojos se volvieron cafés oscuros. Sabías que eso no era para nada bueno, viste como empuño sus manos y golpeó tan fuerte a ese zumo que lo hizo caer enseguida al suelo y dejándolo sangrando de la nariz.
— ¿hijo de puta! ¿quién demonios te enseño modales?! — se enojó y le hablaba con voz amenazadora.
Si ese chico se ponía de pie, iba a destrozar a Tom, no había nadie en la cancha y no ibas a ir tu a separarlos. Morirías en el intento.
El chico se puso de pie y golpeo en la cara a Tom haciéndolo caer, comenzó a golpearlo y luego se dio el gusto de pisarle el hombro, algo que te dolió hasta a ti.
¿De qué manera pelean estos animales?
Después de ese pisotón de mil kilogramos en el hombro Tom soltó un quejido y comenzó a insultarlo desde el suelo.
— así te quería ver Holland, en el suelo
Sin darte cuenta ya estabas corriendo a separarlos.
¿Qué demonios hacías corriendo hacia ellos? Bueno, si no te acercabas Tom morirá, debería morir. Lo odias pero no eres tan mala.
— ¡suéltalo imbécil! — gritaste al zumo y lo agarraste con tus pequeñas manos.
Él no se inmutó y sólo se corrió al ver que eras una mujer. Si a Tom le llegabas al hombro, a ese sujeto le llegabas más abajo.
— ¿que mierda? ¿es tu guardaespaldas? — preguntó el chico.
— no idiota, vete de aquí — hablaste seria.
— oh que miedo — dijo mirándote.
Entrecerraste tus ojos. Caminaste hacia su casco y lo levantaste.
— ¿qué demonios crees que haces? — preguntó acercándose a ti.
— ¿vas a salir de aquí? — amenazaste.
— ¿y si no quiero qué? — contestó.
— ya verás — sonreiste con malicia.
(...)
— ¡________! ¿en qué demonios estabas pensando cuando le quemaste el casco a ese chico? — te preguntó el entrenador en camarines a solas.
— ¡iba a a matar a Tom! ¡le dislocó el hombro!
— pero... ¿por qué no me viniste a buscar a mí?
— estaríamos en el funeral de Tom — entrecerraste los ojos.
Él soltó una carcajada.
Golpearon la puerta de la oficina, esto te recordaba a los camarines de High school musical.
— pase — respondió el entrenador. La puerta se abrió y ambos miraron.
Era Tom.
— _______, ¿podemos hablar? —:te preguntó serio.
— Tom, siéntate ¿cómo está tú hombro? — preguntó el entrenador atento.
Estaba con una tela que daba vuelta en su hombro que lo hacía sostener el brazo.
— bien, mucho mejor... la enfermera me puso unas cremas que alivian el dolor — respondió sentándose a tu lado en frente de el entrenador.
— ¿qué quieres hablar con _______? ella solo te defendió — le reprochó.
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maratón 1/4