Ganar perdiendo | Tom Holland

CAPÍTULO 12 | COLAPSO |

— yo también quiero alejarme de ti, estoy colapsando y tu lo único que haces es estar pensando en esa estúpida competencia que ya pasó y no participamos

— porque no te soporto ni un segundo a mi lado ¿no entiendes?

— ¡yo tampoco a ti! — se alteró.

— ¿entonces por qué demonios haces todo esto más complicado de lo qué es? ¿por qué de una jodida vez no olvidas el puto pasado?

— ¡porque no quiero ser tu amiga!

— ¡no tendría una amiga como tú! — grité, era cierto.

— _________'S POV

Esto era el colapso, estábamos gritando y si alguien no nos detenía iba a golpearlo.

— ¡entonces qué diablos haces gritándome para qué arreglemos nuestros asuntos!

— ¿no crees que ya es suficiente con qué nos llevemos mal y más encima te amarren a mi y nos llevemos peor?

— ¡no! — dije alterada — si tengo qué ser insoportable lo haré por qué realmente no me importa hacer ésta situación más grata por qué tú lo quieres así

— ¡qué demonios hice para merecer esto! — gritó colapsando desviando su mirada al techo.

— ¡quemar mis cosas por ejemplo!

— ¡pero eso ya paso! — grito enojado.

— ¡no! ¡quemaste cosas muy valiosas para mi!

— ¿tú ropa? — preguntó sarcástico — no queme nada valioso, tú no eres capaz de valorar algo

— ¿eres idiota o qué? ¿crees que te odiaría de esta manera por mi ropa? ¡imbécil!

— tú hermano estaría muy decepcionado de ti — dijo bajando la voz y fijando su mirada en la mía, su mirada era negra, orgullosa y competitiva.

Lo mire furiosa, nadie se metía con mi hermano y menos el.

— ¿qué dijiste?

— ¡qué tú hermano estaría decepcionado de ti! — se alteró acercándose a mi.

Me acerqué aún más a el y le pegué una cachetada tan fuerte qué me llego a doler la mano.

— ¡imbécil! — grité mirándolo cuando él se tocaba la cara por el dolor — no te metas con mi hermano, el te odiaría como yo también lo hago

— ¡eres una bruta! — gritó mirándome.

— ¡y tu un imbécil que no sabe medir sus palabras! ¿no sabes cuando detenerte?

— ¿por qué tendría que detenerme? tú no me interesas

— idiota, no sabes como te odio — bufé mirándolo.

— ¿cuándo te quedas sin respuestas me golpeas? ¿así de simple?

— no, pero cuando me sacas de quicio si

— ¿acaso nadie puede hablar de tú hermano?

— yo no hablo de tú familia así que no me fastidies con eso — dije bajando la voz, sus palabras ya comenzaban a dolerme en vez de molestarme.

— y si lo hicieras no me importaría

— ¿no quieres a tú familia?

— mi familia es lo más importante qué tengo por eso no me importaría que hablaras de alguno porque tu opinión no vale para mi, simplemente no existe