CAPÍTULO 40 | SUEÑO |

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Mis manos temblaban al igual que mis piernas, pero quise parecer fuerte. Mientras levantaba la vista choqué con una mirada que no era de ______.

Era una mujer mayor, quizás su mamá. Eran muy parecidas, pero los ojos de ella eran negros, no cafés.

— hola — sonreí nervioso — ¿está _____?

Lo único que me faltaba, tener que esperar aún más nervioso.

— si — sonrió amable — pero está durmiendo y no creo que sea buena idea despertarla

Mi mirada cayó al suelo. Ella analizó todo lo que traía.

— pero pasa ¿tú eres...?

— Tom — respondí de inmediato.

Su mirada cambio al instante y sonrió con ternura.

— oh, mi hija si me habló de ti. Soy Andrea, pasa — dijo notando mi pierna envuelta en vendas y una tablilla.

— gracias... — sonreí caminando a mi paso hasta adentro.

— ¿quieres algo? ¿jugo o agua?

— no se preocupe, gracias...

Definitivamente si me daba nervios ver a ______, estar conversando con su madre me daba terror.

— bueno, cuentame ¿qué te trajo aquí o quién?

— aquí me trajo Cole, pero yo solo quería venir a solucionar todo con _____

— ella ha estado muy mal Tom

— lo sé — contesté bajando mi voz.

— si quieres puedes subir

— no quiero despertarla

— ve y dejale esa rosa en su mueble y bajas a conversar conmigo. Hice galletas — sonrió amable.

Sonreí mirandola y me puse de pie. Ella me dió las indicaciones de donde se encontraba su habitación. Subí las escaleras encontrandome con un pasillo, no me costo encontrar su habitación ya qué su puerta era blanca con adornos púrpuras y un colgante qué decía "______".
Agradecí que la puerta estuviese entreabierta ya que no hice ruido al entrar.

Mire detenidamente la habitación, murallas blancas con collages de fotos del campamento y de su familia. Su cama era para dos personas, ella estaba en un lado y al otro estaba lleno de peluches. Una ventana con vista a la calle y un velador a su lado con una lámpara. En su techo había un atrapasueños y en un mueble había un espantacucos en forma de koala. Estaba apagado ya que aún estaba de día.

Ella estaba cubierta con su cubrecama hasta el cuello y dormía placidamente. Quise despertarla y besarla, pero me contuve...puse la rosa azul en su velador junto a las pulseras. La mire por última vez y baje.

— ¿todavía está durmiendo? — preguntó su madre poniendo su bandeja con galletas sobre una mesa de centro, me senté tratando de mantener la pierna estirada y recordé los antibioticos, los saqué de mi mochila bajo la mirada de la mamá de ______ y me las tome junto a un vaso de agua, sentí que de a poco el dolor comenzaba a disminuír.

— ¿debes tomar eso siempre? — preguntó.

— si, es para la rodilla. Vine todo el viaje con la pierna flexionada y me lo prohibieron

— oh, me hubieses dicho antes — dijo poniendose de pie y luego apareciendo con un pequeño banquito en donde casi me obligó a poner el pie.

— de verdad no era necesario, gracias — sonreí nervioso.

Ganar perdiendo | Tom HollandWhere stories live. Discover now