Desde hace tiempo tenía esta idea, necesitaba escribirla ya. (•̀ω•́)✧
Akaza
«Ve a matar a ese hombre». Fue la orden de Muzan, el de cabello rosa no tuvo más opción que obedecer. Él tenía un gran plan pero la solución que tenía cuando los humanos que usaba como juguetes no era para nada agradable. Sabiendo ya sus reglas, aquella vez del incidente con esas dos mujeres (aquella señora y su hija), Muzan quería que Akaza hiciera el trabajo sucio, ante tanto rechazo; Douma aprovechó al tratarse de mujeres y él fue quien terminó asesinándolas, pero todos sabemos que la verdadera razón era que quería divertirse con alguna chica.
Akaza suspiró irritado, salto hacía la ventana que estaba abierta y antes de seguir caminando, escuchó gritos.
—¡Eres una mujer estúpida!, maldita perra, ¡maldita perra!
—N-no... Por favor, para.
Bueno, quizás la opinión del demonio ya había cambiado un poco. Definitivamente iba a matar a ese tipo, estaba por caminar hacia donde se encontraban ustedes dos pero ya no se escuchaba nada. A excepción de unos pasos y después vio como la puerta se abría en frente suyo. Tragó saliva cuando tu mirada se cruzó con la suya. Sus iris dorados brillaron en la oscuridad, iluminados por la ira de verte así de golpeada, mientras que tú ni te inmutaste, quizás pensando que era una alucinación. Apenas diste un par de pasos te desplomaste pero el demonio enfrente tuyo te atrapó: «¿Qué estupidez estoy haciendo?» Akaza reaccionó por inercia, corrió con rapidez hacia ti y te sujetó en sus brazos.
Te llevó a la cama que había cerca, te recostó sobre esta y se agachó a un lado tuyo.
—¿Qué es él de ti? —preguntó.
—... —Se te dificultaba hablar. —M-mi esposo...
—Vas a estar bien —su voz fue un tono que nunca habías escuchado en tu vida.
Un poco de esperanza.
«Debo estar enloqueciendo». Pensó Akaza mientras se levantaba, ¿por qué hacía eso por una humana? Una simple humana. Suspiró, salió de la habitación y entonces caminando por el lugar se encontró con el supuesto hombre. En menos de un parpadeo lo mató de un golpe. Tomó su cuerpo y lo sacó de la casa; «Para que este tipo tuviera dinero vivían en un lugar realmente deplorable», ese fue su pensamiento al observar. Se adentró en el bosque y tiro el cuerpo del hombre cerca de un lugar donde los lobos pudieran comérselo, se fijó en cuanto faltaba para que amaneciera, Akaza se podía tomar su tiempo, faltaba mucho. Regresó a la casa sin siquiera saber que estaba pensando hacer, no iba a matarte, por supuesto que no. No puede ni se atreve, pero de alguna manera hiciste que se sintiera algo raro.
—Oye tú, ¿sigues viva? —preguntó.
Ni siquiera sabía como dirigirse a ti.
—¿Q-qué hiciste?...
¿Por qué seguía ahí?, ¿por qué te habló siquiera? Estaba sentado en el piso a un lado de tu cama.
—No es de tu incumbencia pero supongo ahora vivirás mejor, ¿estarás bien sola?
—Siempre he estado sola... —respondiste mientras agarrabas con fuerza la manta con la que estabas tapada. —¡Podré superar todo! Pero... Realmente me gustaría saber que sucedió.
—Es realmente curioso que te preocupe más la situación que un hombre de aspecto raro esté hablando contigo —comentó. —Eres realmente extraña.
—¿Sí? —reíste. —Juzgar la apariencia de mi héroe seria especialmente mala educación.
A Akaza le sorprendieron tus palabras, cerró los ojos y mientras suspiraba se levantó. Una sonrisa apareció en su cara por lo que te sonrojaste al verlo. Su mano se posó encima de tu cabeza y la movió de un lado a otro; revolviendo tu cabello. Las lágrimas se formaron en tus ojos, el de cabello rosa al darse cuenta de esto se alejó rápido.
—¿Por qué lloras? —preguntó frunciendo el ceño.
—Hace mucho... Snif, snif... N-no, y-yo... Muchas gracias —le dijiste limpiándote las lágrimas.
• • •
Habías regresado de hacer las compras, habían pasado meses y hace un par de días habían encontrado el cuerpo de tu esposo, al parecer había huido al bosque, se encontró con lobos y estos le atacaron. Pese a esa versión que todos creían, esta vez tú sabes la verdad, estás completamente segura que ese hombre de cabello rosa fue quien lo mató... Pese a lo que hizo, él te salvó así que no te importa mucho su acto.
—Espera, él es...
Tus ojos fueron hacia una peculiar persona quien se encontraba corriendo, comenzaste a correr tu también, siendo incapaz de alcanzarlo; gritaste.
—¡Usted es! —gritaste con fuerza. —¡Usted me salvó, muchas gracias!
Y así seguiste, hasta que se detuvo y volteó.
—¿Puedes decirme tu nombre? —preguntaste sonriendo mientras te le acercabas.
Los grillos, los sonidos de la noche se hicieron notar, fue entonces que se rompió una rama, se escuchó el sonido. Fue entonces que el aire avanzó más rápido y por ende sentiste más frío. La persona de la cual desconocias es un demonio se acercó a ti. Akaza pensó que te alejarías sin embargo te quedaste en tu lugar, quieta y mirándole a los ojos.
Él suspiró.
—¿Qué intentas? —preguntó.
—¿Eh?
—Ya te salvé, vive tu vida. Alejate y olvídate de mí.
—¿Hice algo que te molestara? —preguntaste confundida sin entender el porque de sus palabras. —Solo quería saber tu nombre, me sorprende haberte encontrado de nuevo y estoy alegre por eso, ¿es malo? Yo no lo veo de esa forma, solo quiero conocerte.
—¿Realmente no te importa mi apariencia?
Negaste.
—Olvida cualquier cosa que hayas querido intentar, no vas a poder. Soy un demonio, mato gente, sólo olvídate de mí. Estarás mejor así.
—¿Un demonio?... —preguntaste sorprendida. —Pero me salvaste, entonces... ¿por qué tampoco me mataste?
Akaza suspiró. Aunque siguiera insistiendo no iba a llegar a ningún lado, sólo seguirías preguntando intentando negar la realidad. Se había arrepentido, incluso después de que tomó esa decisión, pensó en lo mala que podría haber sido. Entonces... ¿sólo decirte su nombre no iba a ser tan malo? Era solo un nombre.
—Akaza.
Cuando respondió se fue, no pudiste alcanzarlo.
YYa terminé :0
Por fin ahh
Lo había prometido desde hace tiempo, se me hizo medio difícil imaginar así que quizás no sea taaaaaaan apegado a la personalidad de Akaza o(╥﹏╥)o
Quiero publicar uno yandere...
Estoy entre Giyu u otro de Muichiro ahhhh