La promesa de Asher

By LanaCMaddox

1.1M 69.5K 70.9K

Olivia quiere tener una vida normal, pero tiene un pasado que la perseguirá adondequiera que vaya. Asher es a... More

Introducción
Capítulo 1 - Nuevo comienzo
Capítulo 2 - Convivencia
Capítulo 3 - Mañanas en París
Capítulo 4 - Planes
Capítulo 5 - Je n'ai jamais
Capítulo 6 - Le Duplex
Capítulo 7 - Las Catacumbas de París | P1
Capítulo 8 - Las Catacumbas de París | P2
Capítulo 9 - Mini inquilinos
Capítulo 10 - Asher Bremen
Capítulo 11 - Tennessee
Capítulo 13 - Golpe de realidad
Capítulo 14 - El corazón de Ansel
Capítulo 15 - Boat party
Capítulo 16 - La familia Bremen
Capítulo 17 - Cosas de vecinos
Capítulo 18 - Monedas y tratos
Capítulo 19 - Montmartre
Capítulo 20 - Montmartre PII
Capítulo 21 - Hogar
Capítulo 22 - "Solo un poco más"
Capítulo 23 - Secretos compartidos
Capítulo 23.5 - Nights
Capítulo 24 - Recuerdos y traumas
Capítulo 25 - Peleas entre hermanos
Capítulo 26 - Compañeros de piso
Capítulo 27 - Invitaciones y cenas
Capítulo 28 - Sin compromiso
Capítulo 29 - Antecedentes
Capítulo 30 - La ruptura de una familia
Capítulo 31 - La ruptura de una persona
Capítulo 32 - Acercamientos
Capítulo 33 - Desacuerdos
Capítulo 34 - Héloïse y Abélard
Capítulo 35 - Mentiras y verdades
Capítulo 36 - Cosas de hermanos
Capítulo 37 - Mix club [Parte 1]
Capítulo 37 - Mix club [Parte 2]
Capítulo 38 - Relaciones
Capítulo 39 - Fiebre
Capítulo 39 - Fiebre P2
Capítulo 40 - Calidez
Capítulo 41 - Parte de la familia Bremen
Capítulo 42 - Dos versiones |P1|
Capítulo 43 - Conversaciones nocturnas
Capítulo 44 - Fiestas, ligues y confesiones
Capítulo 45 - "¿Cómo sabes que alguien te importa?"
Capítulo 46 - Decisiones y mundos privados
Capítulo 47 - Vídeos y citas
Extra: Las pesadillas de un Bremen
Capítulo 48 - Decisiones de futuro
Capítulo 49 - Cambios y decepciones
Capítulo 50 - "Lo que él no sabe"
Capítulo 51 - Vida
Capítulo 52 - Propuestas y despedidas
Capítulo 53 - El final del pasillo
Capítulo 54 - Confesiones
Capítulo 55 - Nadie dijo que duraría para siempre
Capítulo 56 - Lo que dejamos atrás
Capítulo 57 - Las mentiras que contamos
Capítulo 58.1 - Las verdades que escondemos: Olivia Wilson
Capítulo 58.2 - Las verdades que escondemos: Catherine Wilson
Capítulo 59 - Cosas de hermanos [Parte 2]
Extra - Discusiones
Capítulo 60 - Sin cuerpo no hay delito
Capítulo extra - Los recuerdos que nos atan
Capítulo 61 - Un lugar al que volver (Final)
Epílogo
Extra - Fuimos esperanza

Capítulo 12 - Regalos

18K 1.1K 817
By LanaCMaddox

12 | Regalos

Miércoles, 10 de junio

Olivia Audevard

    El miércoles vuelvo de clase para dar con un festín y animadas conversaciones en el piso. Llego algo tarde, después de mi última clase he querido quedarme en las grandes escaleras bajo el Arco de la Défense, tomándome un café mientras observaba a las personas como si pudiera refugiarme en las que en mi cabeza adoptaba como sus vidas. Siempre me ha gustado parar y mirar, imaginar, es una forma de escapar.

    Ahora, cuando llego al piso, veo a Ansel saltar sobre el sofá para venir a mi encuentro con un asfixiante abrazo. Mis brazos quedan contra mi cuerpo y es tal la intensidad que levanta mis pies del suelo.

    —¡Me han aceptado en las prácticas de Saatchi & Saatchi! —grita.

    Lo único que puedo hacer es contener la respiración porque hay un pánico constante en el sentimiento de estar aprisionada y, su agarre, lo provoca. Aun así, si he palidecido o si hay pánico en mi mirada como creo, su emoción es demasiado grande como para notarlo. Deja mis pies en el suelo y me suelta, la sonrisa inmensa sobre sus labios.

    —Ven a celebrar —pide. Cierra su mano sobre mi brazo y me lleva hacia el salón. Ahí espera Yvonne, sentada en el único sillón individual; Tony, sentado sobre la alfombra con las piernas algo estiradas, y cajas de pizza junto a cervezas sobre la mesita frente al sofá—. ¿Conoces esa agencia? ¿Saatchi & Saatchi?

    —Ehm, no. No me suena de nada —respondo.

    —Pertenece a Publicis Groupe, una de las cinco compañías más...

    —Ansel —interrumpe Tony—, respira. ¿Recuerdas lo que hablamos de dar detalles de más? Pues eso.

    —Cierto —recuerda Ansel y, aunque la felicidad sigue en su mirada, admito que ahora tengo intriga por saber cómo iba a terminar esa frase. Ansel agarra una cerveza de la mesa que pone entre mis manos y otra abierta para él. La golpea con suavidad contra la mía antes de decir—: Santé!

    —¿Santé? —devuelvo algo confundida. Como si buscara una respuesta, miro hacia Tony, pero él está sonriendo divertido detrás de su propia lata—. Ans...

    —Todavía no puedo creer que me hayan dado la plaza, solo había tres para el próximo cuatrimestre y estaba seguro de que...

    Dejo la lata sobre la mesa y hago una seña de un "un minuto" antes de escabullirme hacia mi habitación. Solo quiero dejar el bolso y cambiar mi ropa por algo más cómodo antes de volver. Tampoco tengo la intención de "celebrar" por completo porque, aunque no conozco de hace mucho a Ansel, estoy al noventa por ciento segura de que su "celebrar" implica salir y yo mañana madrugo. Así que cambio mi ropa por mi pijama de satén rosado corto, mis sandalias por pantuflas acolchadas, y vuelvo al salón.

    Ansel está hablando en francés y, cuando me siento en el sofá, Tony me devuelve la cerveza que antes he dejado sobre la mesa al irme. La acepto y, esta vez, la abro.

    En cuanto Ansel me ve, se calla.

    —¿Te has puesto un pijama? —pregunta casi ofendido.

    Le doy un sorbo a la cerveza como si eso y un encogimiento de hombros fuera respuesta suficiente. ¿Qué tiene de malo mi pijama? Es suave, bonito y cómodo.

    —Y eso. —Tony señala mis pies y muevo un poco las pantuflas para que el pelo falso que hay sobre ellas se agite un poco. Me siento como una niña cuando lo hago.

    Solo ahí me doy cuenta de los zapatos de Yvonne. Tiene unos tacones altos y vestido de brillantes escondido bajo la manta que se ha echado encima. Ahí voy entendiendo que yo tenía razón al pensar que Ansel no se limitaría a comer y beber algo en el piso.

    —No voy a salir —advierto, mi mirada directamente puesta en Ansel.

    —¿Ni un par de horas? Me han dado las prácticas —canturrea orgulloso.

    —Felicidades, pero no. —Levanto la lata como antes ha hecho él y añado—. Mañana madrugo así que no vas a sacarme del piso, ni lo intentes.

    Ansel me sostiene la mirada unos segundos antes de pasar hacia Yvonne y preguntarle algo en francés, ella le responde, luego me mira, añade algo más y, finalmente, se queda en silencio como si esperara a que le traduzcan.

    —El amigo con el que quiere juntarte no va a venir. —Ansel hace una mueca al decirlo—. Una pena, esperaba que ese fuera un As bajo la manga. Como sea, ¿por qué hemos dejado de beber? ¡Tengo plaza en Saatchi & Saatchi!

    Sigo sin saber muy bien qué es eso, pero, por la felicidad que muestra Ansel, diría que es algo importante para lo que sea que él estudia. Lo que me hace recordar que no tengo idea de lo que estudia ninguno de ellos. Bueno, Tony sí. Con Tony hablé el otro día cuando coincidimos preparando algo de cenar y me preguntó si yo estaba estudiando algo. Hice lo mismo con él y terminó contándome que este es su tercer año de enfermería. Todavía recuerdo la sonrisa divertida que le di al hacer una referencia hacia lo necesario que es alguien como él en el piso teniendo en cuenta que Ansel vive aquí. Tony rió, con fuerza, con recuerdos tras su mirada y respondió: "Lo sé".

    Pasan pocos minutos, con conversaciones entre francés e inglés porque los chicos tienen la buena voluntad de traducir para mí, hasta que recuerdo algo más.

    —Ansel, ¿qué ha sido de Neige?

No le he visto esta mañana y, hasta hoy, todos los días que el gato ha estado en el piso me ha recibido al volver de salir a correr con bruscos maullidos. Me ha seguido en cuanto he salido de la ducha y no se ha callado hasta que le he dado algo de jamón. Un día incluso se subió a la encimera y trató de meter el hocico en la sartén porque me había apetecido preparar bacon.

    —Oh, lo devolví a su dueño —responde dudoso

    —No, lo devolví yo —puntúa Tony—. Tú solo lo dejaste en el descansillo, llamaste a la puerta y saliste corriendo. Tuve que volver a llamar al timbre y esperar a que el señor Chevalier abriera.

    Sí, la versión de Tony suena más cierta.

    Ansel rueda los ojos y le señala con su cerveza para decirle algo en francés a lo que Tony ríe y niega. Interpreto eso por un "Mientes", "Ya, claro, lo que tú digas". Claro que no entiendo ni una sola palabra, así que es solo una cuestionable aproximación.

    Yvonne se estira en el sillón y murmura algo en francés que, mientras Tony responde, Ansel traduce para mí.

    —Dice que es mejor ir yendo ya para que no se nos haga demasiado tarde. —Para, viendo cómo Tony se levanta y se estira un poco antes de extender una mano hacia Yvonne—. ¿Seguro que no te apetece venir?

    Una puerta se abre y, teniendo en cuenta que más o menos ya puedo centrar habitaciones y que la de Chloe -esa compañera de piso a la que con suerte veo por las mañanas y con la que todavía no he intercambiado ni siquiera una frase completa-, está demasiado lejos como para poder oír la puerta antes que sus pasos, adivino que es Asher.

    Ansel le ve y le dice:

    —Nos vamos en cinco, ¿estás?

    Así que Asher se va a unir a la salida de celebración de Ansel.

    Yvonne ya está en pie, apoyando un brazo sobre el hombro de Tony para poder levantar su pie lo suficiente como para acomodar el tacón. Me hace gracia lo tenso que Tony espera, como si el más mínimo movimiento fuera a hacer que ella cayera. Es más, creo ver a Yvonne hacer un amago solo para reír después.

    —Ya, creo que al final voy a pasar —responde Asher.

    —¿Bromeas? —pregunta Ansel con una mezcla de sorpresa y cierta molestia. Asher ignora la reacción para ir a la cocina a por algo de su estante. No es que se haya preparado mucho, pero tiene zapatos oscuros puestos, del mismo color que sus pantalones y, definitivamente, no es de los que llevan camisa así que verle con una, por muy informal que haya conseguido que le siente, es un claro: "Me he preparado para salir"—. Venga ya, Asher.

    —Ha llamado mi hermana, estoy ocupado. —Saca un KitKat de su estante y lo abre mientras mira—. No hagáis mucho ruido al volver.

    Con eso, se encierra de vuelta en su habitación.

    —Tres entonces —murmura Ansel.

    Apoyo la mano sobre su hombro por unos segundos a modo de disculpa, o despedida, la verdad es que no estoy segura, pero acompaño eso con una suave sonrisa porque sé que se lo va a pasar bien de todas maneras. Es decir, él no parece tener problemas para socializar rápido.

    —Yo recojo esto, no te preocupes —ofrezco.

    —Gracias, Olivia. ¿Pero estás segura de que no quieres...

    —No, no quiero ir, mañana madrugo, ¿recuerdas? Además, estoy agotada. —Aparto la mano, pasando con cuidado entre Tony e Yvonne para hacer lo que he dicho. Ellos hacen un amago de ayudarme a recoger que echo a un lado rápido—. Felicidades de nuevo por las prácticas, Ansel.

    Me da una sonrisa sincera, una que no está llena de diversión o cualquier clase de exageración que pone normalmente, y, ese suave "gracias" parece ser la primera cosa sincera que me ha dicho que desde que llegué. Luego vuelve a su carácter de siempre, frota las manos y dice un alto: "Nos vamos" que alarga y con el que termina haciendo que Tony e Yvonne salgan del piso con él. Oigo, antes de que cierren, lo que parece ser una canción que están tarareando de camino a la calle.

    Recojo el desastre que han hecho en la mesita del salón, pongo bien las mantas y me quedo con alguno de los snacks. Estoy en la isla de la cocina, a oscuras, con una bolsa de Doritos que no se habían terminado a mi lado y mi móvil en la mano, cuando Asher vuelve a salir. Tiene el móvil en su oído y habla mientras se acerca.

    Levanto la mirada de mi móvil al verle. Estoy redactando el informe directamente desde mi cuenta de correo porque no me gusta usar el ordenador mientras como, siento que va a quedar todo entre las teclas y, aunque lo limpie después, esa incomodidad prevalece. El móvil es más fácil de limpiar.

    —¿Y qué te ha dicho mamá sobre dejar ballet? —le oigo preguntar.

    Vuelvo la mirada hacia mi móvil para seguir con el informe. Asher tira de la bolsa de Doritos cuando pasa cerca y mi mirada hacia él es inmediata. Le veo apoyarse contra la encimera, todavía con la ropa de antes, y dejarme ver cómo la bolsa de Doritos ahora es "suya". Claro que no era mía en primer lugar, pero, recoger, en mi cabeza, implica que puedo quedarme con parte.

    Con cuidado de no levantar mucho la voz para no molestar mientras está con la llamada, gesticulo un "Eso es mío" hacia los Doritos.

    —Deberías contárselo, Lils, ella lo entenderá. —Tras decir eso al teléfono, lo aparta un poco para preguntarme—: ¿Segura? —Mueve la bolsa para enseñarme que pone "Doritos" como si dijera "¿Estás segura? Porque aquí pone Doritos y ese no es tu nombre".

    No le aguanto. Aun así, giro hacia mi móvil y le dejo ser.

    —Claro que no va a enfadarse contigo —dice con cierta dureza. Le veo, de reojo, presionar la bolsa de Doritos contra la encimera y, hacer algo de fuerza—. Mira, si se enfada que hable conmigo, ¿vale?

Sin quererlo, estoy atendiendo más a su conversación que a mi informe, pero encuentro curiosa su forma casi suave de decir algunas cosas, casi como si estuviera intentando hacer sentir bien a alguien. Lo que es... desconcertante.

    Dejo mi móvil bloqueado sobre la isla de la cocina para poder acercarme a los Doritos pensando, inocentemente, que con la llamada los dejará ir. No lo hace. En cuanto pongo una mano sobre la bolsa, él la agarra de nuevo y su mirada, al contrario que sus palabras, es todo menos suave.

    —Comparte —gesticulo, es lo menos que puede hacer después de habérmelo quitado, pero, claro, no está por la labor.

    —No —me dice, tan alto que acomoda el teléfono para excusarse al momento—. No te lo decía a ti, Lils. —Tiro de la bolsa, él tira de vuelta—. Sabes que lo haré. Tú háblalo con ella, ¿vale? Y, si no va bien, que me llame a mí y yo lo arreglo. De verdad, no te agobies por eso.   

    Todavía tengo algo de hambre así que, aunque me rindo con los Doritos, saco unas galletas saladas de mi armario. Dejo la bolsa junto a mi móvil, la abro, agarro una, recupero el móvil... Y Asher se lleva esa bolsa también.

    —Háblalo con mamá, Lils, no con Jayden —está diciendo por teléfono.

    Se apoya contra la isla de la cocina esta vez. Dudo que me haya quitado las galletas por tener hambre, más bien le apetece molestar un poco.

    Hago girar mi móvil sobre la mesa con cierto cansancio.

    —¿Vas a devolverme eso? —pregunto.

    Asher cierra su mano mejor sobre la bolsa como única respuesta y aparta la mirada para concentrarse en la llamada.

    —Eso es y, con lo que sea, me llamas a mí. No te preocupes, va a entenderlo.

¿Quién lo diría? Casi parece un chico amable al oírle hablar así.

    —Claro, llámame con lo que sea. Hablamos pronto. También te echo de menos, Lils, te veré pronto. Adiós, enana. —Cuelga y yo, recordando el comentario de antes, hablo.

    —¿Tu hermana?

    —¿Te importa? —pregunta y el cambio en su voz es tan notorio que se siente como un golpe. Con ella no solo su voz era menos monótona que de costumbre, sino que ese sarcasmo y dureza habían desaparecido. Toda esa frialdad ha sido sustituida por cariño y preocupación. Algo que ahora desaparece en menos de un chasquido.

    —No, más bien me sorprende que puedas ser agradable con alguien.

    —Puedo ser "agradable" —puntúa.

    —Ya, claro.

    Miro hacia la bolsa de galletas que me ha quitado como única respuesta. Luego le miro a él y, Asher, como si quisiera demostrar algo, prueba otra galleta. No le gustan, es fácil notarlo. Aun así, no hace amago de devolvérmelas.

    Me levanto un poco y tiro de la bolsa lejos de sus manos.

    —Dime una vez en la que una persona haya dicho de ti que eres agradable —pido—. Y tu familia no cuenta.

    Una apagada carcajada sale de sus labios, algo más similar a un quejido. Eso me hace parar por un momento, notándolo. Lo veo, no me gusta notar esas cosas, pero es fácil cuando conoces las señales. Quizás, porque es un sentimiento que, hasta cierto punto, comparto, bajo la bolsa y dejo ir el comentario.

    —¿No tenéis una buena relación?

    —Eso no te importa —responde con dureza y es todo lo que necesito saber porque lo dice todo. No, no la tienen. No pregunto más sobre eso pero, como la otra noche, tampoco siento ganas de terminar la conversación todavía.

    —¿Sabes que Ansel ya se ha deshecho de tu mejor amigo? —pregunto.

    Frunce el ceño, más confuso de lo que le he visto hasta ahora.

    —¿Qué?

    —De Neige, el gato —aclaro—. Ya lo ha devuelto al vecino. Bueno, Tony lo ha hecho.

    Es casi gracioso ver que sigue confundido.

    —¿Y por qué se supone que ese bicho es mi mejor amigo? —pregunta.   

—Obviamente porque los dos sois igual de ariscos.

Me sostiene la mirada, sorprendido, luego le veo mostrar algo similar a exasperación y tira de la bolsa de galletitas saladas hacia él. No le gustan, ¿por qué sigue quitándomelas?

—Quédatelas —digo. Ha sido un día largo y yo estoy cansada. Asher, al ver que me pongo en pie, hace lo mismo—. Me voy a dormir.

Mientras recojo el móvil y me pongo bien las pantuflas, Asher saca algo de su armarito y lo deja caer sobre la isla de la cocina. Al verlo, le miro confundida. Es un libro pequeño, cuadrado y con un colorido dibujo en la portada bajo el nombre "La Cornemuse enchantée". ¿De verdad acaba de sacarlo de los estantes de comida?

    —Es tuyo —dice ante mi silencio.

    —¿Mío?

    Es realmente fino y, por dentro, las páginas están llenas de ilustraciones a color con pocas palabras escritas en ellas. Es un cuento infantil, uno que no llega a las quince páginas. Lo dejo abierto en una de las primeras páginas donde el dibujo de algo similar a una gaita con ojos llega a ser incluso perturbador.

—Le vino a Sammuel en un menú infantil y era o tirarlo o dárselo a alguien cuyas capacidades fueran del mismo nivel.

¿Acaba de insultarme?

¿Acaba de "hacerme un regalo" e insultarme al mismo tiempo?

Cierro el libro y lo empujo hacia él. Asher presiona la mano sobre el libro cuando llega al borde de la mesa, evitando por poco que caiga.

    —No vas a darme tu basura, Asher. Además, no sé francés, pero estoy segura de que a ti te vendrá bien. Tiene muchos dibujos.

    Lo empuja de vuelta hacia mí.

—Es un cuento para niños de tres años, va mejor con tus capacidades con el idioma que con las mías.

    Dejo el aire ir.

    —Te juro que no te soporto —murmuro.

Dejo el libro donde está y me voy hacia mi habitación. Agradable, le he llamado "persona agradable" hace unos minutos. ¿Cómo he podido llegar a pensar que, por serlo con una persona, podría serlo con todo el mundo? Es insufrible.

    —Rubia —llama.

    Me giro, aunque la verdad es que ni sé por qué.

    —¿Qué? —pregunto.

    —Si no llegas al nivel de un niño de tres años... —Bufo antes de que siga y eso parece complacerle porque muestra una suave sonrisa divertida—, puedo ayudarte con eso.

    ¿Qué?

    —Solo tienes que pedirlo —añade.

    —¿Pedirlo? —repito.

    —Sí, ya sabes, si me lo pides bien tal vez me plantee ayudarte a entender ese libro.

    —Te estás riendo de mí —noto.

    —Quizás un poco.

    —¿Quizás? —Dejo el aire ir con molestia—. Eres tan irritante.

    —Si intentas convencerme para colaborar, no vas por buen camino —marca con suavidad.

    —No voy a pedirte ayuda para entender ese libro.

    —Una lástima —dice con tal parsimonia que me hace incluso dudar de sus intenciones. Recoge la bolsa de doritos, la mira y, antes de irse también, añade—: Soy buen profesor de francés.

    Noto cómo trata de dejarme con la palabra en la boca y, confusa y con mis pensamientos hechos una bola porque tratar de seguir su línea es caótico, no estoy segura de lo que digo.

    —Oh, que te jodan, Asher —me oigo decir a mí misma.

    Me sorprendo de mis propias palabras. Él, cerca de la puerta de su habitación, ríe. Me regala una carcajada más viva y real que la que escuché en las Catacumbas y admito que eso me hace dudar todavía más de la intención de mis palabras.

    —Descansa, Liv.

    Se mete en su habitación sin darme tiempo a entender que acaba de cambiar el apodo de "rubia" por uno diferente. Es tal la sorpresa por esa carcajada y la suavidad final de su despedida que llego a quedarme confusa mirando hacia su puerta unos instantes más. Me cuesta procesarlo, para ser sincera.

    Incluso una vez estoy dentro de mi habitación miro el libro que me ha regalado con cierta intriga, como si tuviera la respuesta que busco.

    —Es irritante —digo hacia el libro, como si, de alguna forma, pudiera compartir lo que pienso hacia su "antiguo dueño". Aun así, dejo el libro sobre mi escritorio en vez de tirarlo.

    Aun así, sonrío porque, en una forma enrevesada, creo que Asher me cae bien.


──────༺༻ ──────

Liv.

Solo diré eso.

Esa es mi nota de autora, lol.

¿ES CERCANÍA ESO QUE HUELO, ASHER? ¿ALGUIEN TE ESTÁ CAYENDO BIEN?

PORQUE A OLIVIA EMPIEZAS A CAERLE BIEN (de una forma extraña, pero bien)

Poder ser sinceros y directos con el otro está empezando a dar sus frutos. #GOTEAM

Asher robando la comida por molestar es un ¿Apoyo? o ¿Le odio?

#ANSEL HA DEVUELTO A NEIGE (bueno Tony)

Los del piso ya están a salvo lol. ¿Debería Ansel robar otro animal ahora que están sin mascota? #Propuestas.

Oh y, cómo olvidar dos cosas:

1. ANSEL ABRAZANDO A OLIVIA PORQUE ESTÁ FELIZ ALTA TERNURA

2. ¿Tony e Yvonne? ¿Se viene shipp? 🌚

AY Y CÓMO NO, ASHER HABLANDO CON SU HERMANA POR TELÉFONO TIPO: "Sí, tengo un corazón". Alta ternura que cancela la salida porque ella quería hablar con él y estaba preocupada por algo.

ENCIMA DICIENDO QUE NO SE AGOBIE QUE SI PASA ALGO ÉL HABLARÁ CON LA MADRE TIPO #HermanoMayorProtectorModoOn

#AsherEsUnBuenHermano

#ASHER HABER IDO CON ANSEL DE FIESTA QUE LE ROMPISTE EL CORAZÓNCITO </3

Oh y Asher medio admitiendo que no tiene buena relación con su familia...

Creo que eso es todo lo que tengo que decir, así que:

#LíneaParaMásComentariosSobreElCapítulo

#LíneaParaDecirQueQueremosQueOliviaConozcaALily

#LíneaParaEmociónPorNuevoApodo

#LíneaParaQueAnselSecuestreDeNuevoANeige

Un abrazo y nos leemos el próximo sábado ❤️

— Lana🐾

Continue Reading

You'll Also Like

806K 48.9K 41
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
4.2K 192 5
[Borrador] 𝗟𝗶𝗯𝗿𝗼 𝟭 | 𝗦𝗮𝗴𝗮 «𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗠𝗲» Aiden y Hailey eran mejores amigos, pero por un mal entendido y situaciones dolorosas, pasaron de...
2.2K 1K 20
Todo comenzará debajo de un árbol mágico iluminado por mil luciérnagas. Dos seres de dos mundos completamentes diferentes que llegaron a un destino h...
56.2K 2K 40
en esta historia seras Mia 🔞