Más y más meses pasaban, la pareja no podía encontrarse más que feliz, Grell estaba más que sorprendido, nunca había tenido una relación tan larga, estaban a pocas semanas de cumplir un año, irradiaba alegría y muchísimo amor de sobra para William.
En el transcurso de esos 11 meses, Grell comenzó a actuar, la primera película en la que estuvo fue un completo éxito, dejó algo de lado el modelaje, pero no le importó, era más entretenido para el salir en varias pantallas y ser mucho más popular, al ser el foco más grande de atención en el mundo del entretenimiento se le preguntaba a menudo sobre su relación con William, obviamente todo o en su mayoría era bueno, si, habían tenido peleas, pero no tan graves, siempre lograron resolver todo lo que les ocurría.
En cuanto a William, aún seguía creando más ropa, incluso logró abrir su propia agencia, por el momento no era tan reconocida, pero si popular en Londres y parte de París gracias a la influencia de Grell, quien era la imagen de toda la compañía Spears. Obviamente estaba orgulloso de todo lo que había logrado, sabía que en un futuro sería aún más exitoso, sentía que gracias al apoyo y compañía de Grell durante estos meses había logrado todo eso, siempre lo empujó a lograr y superar sus propias expectativas.
Quería sorprenderlo, pues en unos días cumplirían un año y quería que fuese especial para ambos, no era la clase de persona que suele hacer sorpresas, pero como se trataba de su novio, debería esforzarse, quería hacerlo sentir bien, no solo sexualmente, si no emocionalmente, quería siempre lo mejor para Grell.
Llevaba días organizando una "pequeña" velada para ambos, al saber cocinar bastante bien, preparó varios de los platillos favoritos de sal y postres del pelirrojo, también le compró un collar y pendientes con diamantes bañados en oro rosado, tenían algunas rosas de decoración al rededor de las joyas, también diseño algunos conjuntos especialmente para el, sería la única persona en todo el mundo con aquella ropa, lo cual para William era más especial.
....
Grell estaba en una tienda acompañado de Alan, la amistad entre ambos creció más desde que el pelirrojo comenzó a vivir en Londres, gracias a Alan aprendió un poco más sobre los gustos de su pareja.
Estaban en una repostería, la favorita del pelinegro, buscaban cierto postre que era el favorito de William desde su infancia, lamentablemente ya no era tan sencillo buscarlo o hacerlo, solo una abuela demasiado vieja sabría la receta exacta para elaborar aquel postre.
— Hemos caminado todo el día y aún no encontramos nada — Grell suspiró agotado.
— Ten paciencia Grell, se que lo vas a encontrar — Alan le sonrío amablemente — La siguiente cafetería esta más cerca, hasta donde sé, es bastante antigua o algo — caminó junto al pelirrojo.
— Espero que esta sea la vencida, también quiero comprarle unos lentes nuevos a Wiruu, los que tiene ahora están viejos y feos — rió.
— Siempre se ha negado a cambiarlos, se lo he dicho desde años, pero jamás me ha hecho caso — suspiró.
— Eso es raro, pero bueno, es un pequeño cambio que lo ayudará de seguro — sonrió.
Ambos entraron a aquella vieja cafetería, al parecer si tendrían suerte, quienes estaban apareciendo atendiendo el pequeño local eran una pareja de ancianos, Alan se acercó a ellos, detrás de él venía Grell.
— Disculpe señora — habló en un tono amistoso y suave, llamando la atención de la mujer.
— ¿En qué lo puedo ayudar joven?— sonrió y se dirigió hacía el castaño.
— Estamos buscando un Sticky Toffee, ya no son tan sencillos de encontrar o hacer... bueno nosotros no somos buenos cocinando —
— Por supuesto, en unos momentos estará listo, ¿cuántos va a llevar? — preguntó amablemente.
— Que sean dos, también lo quiero probar — Grell se acercó más a ambos — ¿Cuanto sería? — fue sacando su billetera.
Una vez listos, la anciana junto a su aparente esposo empacaron los Sticky Toffee en cajas junto dos pequeños vasos de helado de vainilla, pues siempre iban acompañados de esto, Grell pagó y ambos salieron del lugar.
— William se pondrá tan feliz — sonrío.
— De seguro que si — rió suavemente.
— Ahora acompáñame a comprarle unos lentes — agarró al contrario del brazo y se lo llevó hacía un local de lo que buscaban.
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El día porfin había llegado el tan esperado día, William acomodaba una pequeña cena, luces apagadas, solo los iluminarian algunas velas que poco a poco estaba encendiendo, serviría la comida cuando Grell llegara.
Esparció algunos pétalos de rosas desde la puerta hasta el comedor y de ahí un pequeño camino hasta la habitación, también puso algunos en forma de corazón sobre la cama, en el centro de este había una canasta con varios chocolates y la joyería que le pensaba regalar aquella noche, todo estaba listo.
Se cambió a un traje mucho más formal de lo usual, se miró varias veces al espejo, cuando estuvo conforme, se cepillo los dientes y se puso una nueva Colonia que compró a escondidas del pelirrojo.
Volvió a la sala y se sentó en el sofá, comenzó a ver cualquier cosa en su teléfono en lo que esperaba a su pareja.
Grell subía hasta el pent house en el ascensor, llevaba un largo vestido rojo bastante apretado a su cadera y cintura marcando aún más su esbelta figura, aquel vestido tenía un escote en forma de una "v" dejando expuestos parte de su pecho, su cabello estaba agarrado en una fina cola que caía como si fuese una cascada, llevaba un pequeño accesorio con un diamante en donde comenzaba aquella coleta.
Una vez llegó a su amado hogar, abrió la puerta llamando la atención del pelinegro que de golpe se levantó del sofá y fue cerca de su novio con una pequeña sonrisa.
— Te ves mejor que nunca — acarició su mejilla suavemente, sin arruinar su maquillaje.
— Y tu igual cariño — sonrío, ambos se dieron un corto beso — ¿Y las luces? — preguntó mirando al rededor.
— No habrán luces esta noche, solo velas — tomó su mano delicadamente y lo llevó hasta el comedor.
— Parece que alguien se esforzó bastante — se pegó más a su brazo.
— Quería hacerlo especial Grell — Acomodó el asiento del pelirrojo y luego se sentó frente a él.
— Yo también te tengo unas cuantas sorpresas cariño — sonrió dulcemente y sacó dos cajas medianas — ¿Quieres el postre primero? —
— Quizás después de lo que cocine, ¿te parece? — tomó su mano con delicadeza.
— De acuerdo cariño — hizo un leve puchero.
William sirvió toda la comida, poco a poco comían y hablaban de cualquier cosa que se viniera a sus mentes, una vez acabaron, Grell acomodó la caja con el postre que compró especialmente para su novio, abrió la caja y los ojos de Will se iluminaron, podía decir que iba a llorar, parecía como un niño cuando estaba a punto de comer algo que de verdad amaba.
— Hace años no veía uno de estos... ¿También tienes el helado? — había alegría en su voz.
— Por supuesto querido — sonrió y le sirvió una pequeña copa de helado de vainilla — También compré uno para mi, se ven deliciosos —
— Mi madre solía cocinarme estos cuando era un niño — sonrío con nostalgia y comenzó a comer aquel pequeño postre.
— Wiruu, también tengo otra cosa para ti — sacó un estuche negro de su bolsa y lo puso en las manos del contrario.
— ¿Un estuche para mis lentes? — levantó una ceja.
— Y unos lentes nuevos — sonrío y abrió la caja, dejando ver unos pulcros lentes negros con rayas blancas a los costados — Eran los las parecidos con los que tienen, es hora de que usaras unos nuevos —
— Gracias.. — cerró la cajita y suspiró.
— ¿No te gustó? — preguntó con algo de tristeza — Habían más modelos.. podemos cambiarlos si quieres —
— Si me gusta Grell, el problema es... Bueno, los lentes que llevó eran de mi padre, tengo un apego emocional con esta cosa — suspiró — No quiero deshacerme de ellos —
— Podrías guardarlos en un lugar donde no se pierdan querido — sonrió levemente.
— Tienes razón — Will se quitó los lentes y se puso los que recién le había regalado — Todo se ve más claro ahora, debí hacer esto hace años — guardó los viejos lentes en el estuche.
— Si alguien no te obligaba jamás lo hubieras hecho — rió suavemente.
....
Ambos entraban a la habitación, Grell quedó bastante sorprendido al ver lo tanto que William decoró y preparó el lugar, se acercó a la canasta y miró todo su contenido.
— Puedes abrir las cajas — William cerró la puerta de la habitación y aflojó un poco su corbata.
— Menos mal, no podía aguantar más — sonrío y comenzó a abrir las cajas, miraba felizmente cada joya que sacaba, por dentro esperaba encontrarse con un anillo de compromiso — Oh Will, todo es tan hermoso, ¿no hay nada que se te haya olvidado? — miró al contario.
— No lo creo, puedo comprarte otra cosa sin tener que ser una fecha especial — se sentó al otro lado de la cama.
— No hablo de eso cariño — suspiró — Como sea — lo abrazó por la espalda y acarició sus brazos — ¿Sabes que otra cosa quiero Wiruu~ — se pegó más a su espalda y besó su cuello — ¿Colonia nueva? Me gusta cariño ~ —
— Me alegra — se volteó y dejó al pelirrojo debajo suyo, acarició su cintura y fijo su mirada en el escote del contrario.
Ambos comenzaron a besarse, Will levantó una de las piernas de Grell y la acariciaba de vez en cuando, eso le recordó la primera vez que tuvieron un encuentro, aunque al final no llegaron más lejos, pero ahora tenía total libertad de hacer lo que quisiera con el pelirrojo.
Grell bajó los besos hasta el cuello de William, con algo de agilidad logró quitarle la camisa y tirarla a otro lado, pasó su mano por todo el abdomen de su pareja, era todo un manjar a sus ojos, sonreía tontamente.
— No te distraigas tanto — Will tomó las manos de Grell y las subió hasta la cabeza del contrario, para amarrar ambas con su corbata.
— ¿Eh? Sueltame cariño ~ — rogó falsamente seguido de una pequeña risa.
— No — besaba su cuello y metió una de sus manos por el escote del contrario encontrándose con el pezon del pelirrojo — Me sorprende que no traigas nada puesto —
— Oh cariño si lo tengo ~ si me dejaras quitarme el vestido te mostraría todo~ — jadeó al sentir la mano de su pareja sobre su pecho.
— Te soltare, pero no digas tocándome el pecho, se siente raro— soltó al pelirrojo.
Una vez Grell volvió a ser libre empujó a William y se sentó sobre el, obviamente no le hizo caso y continuó tocando su abdomen, Will frunció el ceño.
— Ya ya no te enojes cariño ~ — rió y comenzó a bajar su vestido.
No llevaba nada en el pecho, pero si una pieza de lencería tapando su miembro junto a un par de medias veladas rojas con rosas cayendo por los muslos, lanzó el vestido lejos y acomodó su cabello.
Will lo sostuvo de la cintura y acariciaba sus muslos, tenía un leve sonrojo en sus mejillas, la piel de Grell era bastante suave y hermosa, parecía una muñeca de porcelana.
Grell bajó los pantalones de Will y frotó su trasero contra el miembro del pelinegro, ambos jadeaban, movían sus caderas con sincronía.
El pelinegro intercambió la posición en la que se encontraban, con algo de brusquedad bajó lo poco que cubría el cuerpo del pelirrojo y separó sus piernas, acarició su entrada con la punta de sus dedos, Grell gimio ante aquel tacto y arañó levemente la espalda de su pareja.
— No me prepares, quiero sentir algo de dolor querido ~ — lo abrazó con sus piernas y jadeó.
— ¿Estas seguro? — agarró su miembro con su mano y la movía un par de veces sin dejar de mirar al pelirrojo.
— Si cariño ~ — se pegó más a el — Quiero que lo hagas tan duro que no caminare en semanas ~ — lamió su cuello y lo mordió dejando una marca.
— Me estás tentando Grell — sonrío y acarició su cintura.
— Siempre lo hago cariño ~ — gimió.
William posicionó su falo entre las piernas del pelirrojo y de una estocada se introdujo en el interior del carmín, todo se acomodaba al rededor de su miembro, jadeó seguido de un pequeño gruñido al sentir las uñas del pelirrojo clavarse en sus hombros o espalda.
Comenzó a embestirlo con una fuerza bastante sobrenatural si se le podía decir así, Grell gemía entre gritos de placer, no le incomodaba en lo más mínimo, ambos estaban disfrutando de aquel momento.
Grell agarró el rostro de William entre sus manos y lo besó con desesperación, el labial rojo del carmín se regaba en los rostros de ambos, no se querían separar por nada, pero el aire, en especial a Grell le hacía falta, se separaron, jadearon en lo que seguían recuperando el aire perdido.
Fue cuestión de segundos que el pelinegro se corriera dentro del contrario, fue tanto que logró desbordar la entrada del pelirrojo, toda su semilla bajaba por una de las piernas de su pareja.
— a-ah~ — gimió, le era raro sentir aquel espeso líquido salir de su cuerpo.
— Perdón — jadeó y se acostó a su lado, acariciando con más cuidado su fino cuerpo.
— No tienes porque cariño — acaricio su mejilla, poco a poco iba callendo dormido.
William miró hasta el más mínimo detalle del rostro de Grell, tenía pecas, si se acercaba lo suficiente podría verlas mejor, sus pestañas a pesar de ser cortas, eran abundantes y rojas, se veían bastante lindas y le hacían lucir adorable, sus labios rosas y bastante carnosos, lo enloquecian, dejo un corto beso sobre ellos y lo abrazó, quedando dormido a su lado.
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Ola xd este no es el último capítulo el siguiente si y habrá un epílogo 💕
Espero que les este gustando y les recuerdo leer la otra historia Grelliam en la que estoy trabajando "Ocean"
Gracias ❤
-SaikoSensei_