No podía hablar, estaba completamente en shock, Brad me había descubierto, no había vuelta atrás, no podía decir o hacer nada que pudiera cambiar la situación, no había excusa alguna que pudiera salvarme.
— ¡Contestame! ¿Qué hacías besando a un, un... chico?
—Déjame explicarte, no es lo que parece —estaba tan jodido.
— ¿No es lo que parece? ¿Vas a seguir mintiendo? ¡No puedo creer que esto esté pasando! —Bradley no paraba de gritar, podía sentir la ira en cada una de sus palabras.
—¿Quién es él, Travis? ¿Es tu novio? —Ethan me miraba confundido.
— ¡Oh Dios, no! Yo soy normal ¡No soy un enfermo como ustedes! —no sabía que hacer, todo estaba mal, solo quería llorar, y lo hice.
— ¡Hijo de puta! —Ethan se acercó para golpear a Brad pero lo frené, nadie necesitaba eso.
—Por favor vete, necesito hablar con él.
—Pero Travis que está...
— ¡Su nombre no es Travis! ¡Te mintió igual que a mí todo este tiempo! Es lo único que sabe hacer —lo interrumpió Brad a gritos.
— ¿A qué se refiere? —su mirada era confusa y podía ver un destello de tristeza.
—Por favor vete, luego te lo explicaré todo, ahora necesito que te vayas —froté mis ojos para frenar las lágrimas pero no lo lograba.
Ethan se marchó sin decir nada, probablemente pensaría que era una mierda, y lo era.
Tomé a Brad del brazo y a pesar de sus gritos porque lo suelte nos llevé a un callejón y ahí lo solté.
—No vuelvas a tocarme en tu vida marica —se limpió la parte donde lo había tocado. Le daba asco.
—Necesito explicarte que pasó.
—No necesito explicaciones, sé todo, tu perfil en esa página con un nombre falso, la cita, el beso, todo. Te seguí porque pensé que ocultabas algo y lo peor de todo es que tenía razón —se pasaba la mano por el cabello—. Nos mentiste a todos todo este tiempo.
—Lo lamento, es que no quería que esto pasara. No quería que me miraras como lo haces ahora, con asco —las lágrimas no dejaban de caer—. Juro que lo intenté, no quería que lo descubrieran, en especial tú con tu homofobia, solo quería que sigamos siendo amigos.
—Te miro con asco porque tengo motivos ¡Es antinatural, está en la biblia!
—¡No lo está! Es la iglesia quien dice eso, y no te hagas el creyente porque sabes bien que no lo eres.
—No necesito ser creyente para saber que lo tuyo es un pecado, es anormal.
—Lo lamento, pero no puedo dejar de ser quien soy, lo intenté pero no lo logré, los decepcioné a todos, pero por favor acéptame Bradley.
— ¿Cómo llegaste a esto? Fue el imbécil de tu amigo, ese David, él te contagió ¿verdad? Ese es otro marica de mierda, es su culpa que seas así. Te lo advertí ¡Joder! Te dije que te alejaras.
—No. No es su culpa, no es culpa de nadie, solo soy así, no puedo evitarlo, tal vez Dios lo quiso así, no lo sé.
—No digas estúpideces, a Dios le das asco, igual que a mi. Ni siquiera te reconozco, no eres el Tristan que yo conocí. Esta cosa no eres tú —me señaló de arriba a abajo con si dedo índice y una mueca en la cara.
—Sigo siendo yo, nada en mi ha cambiado, soy el Tristan de todos estos años, nunca mentí cuando decía que eras mi mejor amigo, soy yo, solo que ahora realmente me conoces.
— ¡No, no te conozco! Mi Tristan nunca hubiese besado a un chico, y lo hiciste.
— ¿Tan malo es que sea gay? Soy humano, soy como tú solo que con gustos diferentes.
—No eres como yo, nunca lo serás, eres una mierda ¡Una mierda! —lo había arruinado todo, él me odiaba—. ¡Dios! Todos estos años estuve al lado de un gay, eras mi mejor amigo, mi hermano, confiaba en tí como no lo hacía con nadie más y todo este tiempo fue una mentira —Sus ojos estaban empañados, estaba llorando, al igual que yo, y cada palabra se sentía como una daga en el corazón.
—Nada fue una mentira Bradley, siempre fui sincero con mis sentimientos, te sigo queriendo de la misma forma que antes, tal vez incluso más.
—No sigas hablando, no me importa que tengas para decir, todo lo que venga de ti es impuro, es mentira. Me has engañado, no puedo creer que eras mi mejor amigo.
— ¿Era? —las siguientes palabras podían destruir mi mundo.
—Ya no eres nada mío Tristan, solo mi compañero de banda lamentablemente, no quiero volver a saber nada de ti, me has decepcionado de la peor manera posible.
— ¡No! Por favor no me dejes Bradley. Mírame, soy yo, soy la misma persona a la que le dijiste que era el mejor amigo de todos, a la que abrazaste hace apenas unas horas, no puedes echarme de tu vida así como así —me acerqué a él y traté de abrazarlo pero me empujó lejos.
—¡No me toques! No me importa lo que digas, ya no eres nada para mí, déjame en paz. Quiero irme a casa —se limpió las lágrimas de los ojos.
— ¿Le dirás a los demás verdad? ¿Ellos van a odiarme también?
—No. No diré nada, pero como último acto de amistad hacia ellos deberías contarle.
—Gracias, Bradley.
Entonces se marchó, y me tiré al suelo a llorar. Lo había arruinado todo, lo perdí, perdí todo lo que me importaba, Brad me odiaba, los chicos me odiarían, seguramente sería expulsado de la banda y las fans querrían matarme también. Se había caído todo a pedazos, solo por una cita, una puta cita de mierda, si tan solo me hubiese conformado con mi suerte, pero no, yo quería más, y al tratar de tener más lo perdí todo, igual que en el casino.
La farsa había durado demasiado.
Era una bomba de tiempo que estallaría en cualquier momento y al final lo hizo en mi cara.
Tomé un taxi hasta mi casa, quería llegar y dormir y con suerte no despertar jamás.
Al llegar pagué el taxi, entré a mi hogar drigiéndome directamente a mi habitación, por suerte estaban todos durmiendo. Al ingresar me topé con una montaña de recuerdos, hace mucho tiempo no entraba ahí, las paredes estaban llenas de posters de mis bandas favoritas excepto por una en la que habían collages de fotografías con la gente que quería, me encantaban las fotos porque capturaban momentos inolvidables, me gustaba la idea de que en el futuro vería todas éstas imágenes y los recuerdos volverían a mi mente uno por uno. Comencé a revisar cada una de las fotografías, tenía varias con mi madre, hermana hasta dos con mi papá, luego la mayoría eran con mis amigos, habían bastantes con David en diferentes edades, y las demás eran con los chicos, en su mayoría con Bradley. Entonces lloré otra vez, porque probablemente esos momentos no se volverían a repetir y tal vez no los volvería a ver, o lo que era peor, ellos no querrían volver a verme, y lo merecía.
Sentía impotencia, porque todo se derrumbaba y no podía hacer nada, no podía evitar ser quien soy, así que en un ataque de ira despegué todas las fotografías y las arrojé al suelo, tomé varios posters y los hice pedazos dejando los restos esparcidos por el piso, ya no los necesitaba, no quería nada, solo quería el amor de Bradley otra vez.
Me acerqué a mi cama, empujé mi maleta de ella, me recosté y tapé mi cabeza con mi almohada para soltar los gritos que quería sin asustar a mi familia. En un momento mi garganta dolía y ya no tenía fuerzas para nada así que mis ojos se cerraron y mi mente quedó sumergida en la oscuridad y luego de unos segundos me dormí, deseando no despertar nunca más.
Pero lo hice.
Los gritos de mi madre me arrebataron de mis sueños y la maldije por dentro. No quería enfrentar otro día.
—Cariño, ¿Qué pasó aquí? ¿Qué hiciste? —estaba preocupada y sus manos acariciaban mi cabello.
—Nada mamá, no pasó nada —logré decir, mi voz estaba algo ronca por los gritos de ayer sumando a que recién despertaba.
— ¿Nada? Mira a tu alrededor, está todo destruido, mira las fotos, están todas en el suelo, jamás en tu sano juicio habrías hecho eso, son tu tesoro, en especial las fotografías con Bradley —el solo escuchar su nombre había provocado una ola de tristeza en mi—. ¿Qué pasó ayer?
—Brad.
— ¿Qué pasó con él? ¿No pudo encontrar el bar donde se verían? ¿Lo lastimaron? ¿Está bien? —la preocupación en su voz había aumentado.
—Discutimos —de prontó le presté atención a sus palabras—. ¿A qué bar te refieres?
—Donde se encontrarían con unos amigos, llamó a casa preguntando la dirección porque la había olvidado ¿No recuerdas que se verían? —oh no, con razón Brad me había encontrado, mamá había metido la pata, pero no era su culpa, yo le había mentido.
—Mamá, yo... yo no iba a verme con unos amigos ni con Brad —su cara pasó de preocupación a confusión, a decir verdad me gustaba más esa—. Tenía una cita con un chico.
—Oh, querido lo lamento tanto, no sabía, pero ¿Por qué discutieron entonces?
—Me descubrió be-besando a mi ci-cita —tartamudeé, no quería volver a recordarlo.
— ¿Qué tiene eso de malo? No te entiendo hijo.
—Brad no sabe que soy homosexual mamá, él odia a los que soy como yo y cuando me vió enloqueció, se puso furioso y me dijo cosas horribles —las lágrimas comenzaron a salir otra vez ¿Por qué tenía que ser tan sensible? —. Ya no quiere verme nunca más, lo perdí para siempre.
Mi madre solo se acercó a mi y me abrazó con todas sus fuerzas, era como si me viera roto y quisiera pegar mis piezas vez, pero en esa ocasión era diferente, solo podría arreglarme la persona que me destruyó, pero eso no pasaría. Me acurruqué en su pecho como solía hacer cuando era niño, y me sentía seguro, querido, correcto. Ella me amaba sin importar nada, y yo la amaba también.
Cuando me tranquilicé le conté lo ocurrido, la abrazaba y apoyaba mi cabeza en su hombro mientras relataba los hechos, ella solo asentía y acotaba cuando lo creía necesario, hasta que por fin terminé.
—No puedo creer que sea verdad, nunca pensé que Bradley podría pensar de esa manera y decirte esas cosas horribles. Siempre me pareció tan dulce, bueno, atento, ni hablar de su comportamieto contigo, no había momento en que se separaran.
—Pero se acabó, no quiere verme ni en pintura y es mi culpa.
—Mírame Tristan Oliver —despegué mi cabeza de su hombro y la miré un poco intimidado—. No tienes la culpa de nada, eres normal, eres excelente, perfecto. Nadie en su sano juicio podría negarlo, Brad ahora está traumatizado pero tan pronto se acostumbre a la idea volverán a ser los de antes —me sonrío dulcemente.
—No mamá, eso no pasará, me odia, yo también me odio, deberías odiarme tú también ¡Todos deberían hacerlo!
—No vuelvas a decir eso frente a mi. Todos te amamos, Bradley lo hace también, solo está abrumado por esto.
—Lo amo tanto mamá, no quiero perderlo —me fregué los ojos limpiando las lágrimas.
—No lo harás, lo prometo —besó mi cabeza.
Mi madre y David eran los únicos que sabían que estaba enamorado de Brad. A diferencia de mi amigo que odiaba al rizado ella nunca me había juzgado, era la persona más abierta y bondadosa que conocía, cualquier madre podría haber echado a su hijo de su casa, golpearlo o tratar de convertilo pero ella no, cuando se lo conté me abrazó y cuando le pregunté si aún me quería me respondió «Te quiero mucho más que antes». Estaba tan agradecido porque cuando papá me había encontrado besando un chico me dio una paliza. Luego le dije que aquello fue solo un juego pero que a mi me gustaban las chicas y él volvió a dirigirme la mirada y tratarme como su hijo. De todas maneras la relación de mis padres no funcionó y años después se separaron, a papá lo veía de vez en cuando y nos tratábamos normal, yo fingía ser hetero y él me creía.
El timbre sonó y mamá se levantó de la cama.
—Ese debe ser David, apenas se enteró de que estabas aquí quiso venir, tal vez puedan platicar un poco.
—Gracias mamá, por todo —sonrío y se marchó de la habitación, volviendo unos minutos más tarde con David y un plato de galletas en su mano—. Aquí les dejo las galletas por si tienen hambre. Iré a hacer unos mandados hijo, no tardo.
—Gracias mamá —respondí y ella se marchó.
Apenas se cerró la puerta mi mejor amigo se acercó y me abrazó, no nos veíamos hace más de cuatro meses y realmente lo extrañaba y él a mí al parecer. Cuando me soltó dirigió su mirada a mi habitación y se sorprendió cuando vió el desastre que había provocado en la noche. Su mirada se dirigió a mi pero la desvié tomando una galleta del plato, no tenía hambre pero mi estómago rugía así que decidí alimentarlo para que se callara.
— ¿Qué ha pasado aquí Tris?
—Nada.
—Si a esto le llamas nada no quiero saber a que le llamas todo.
—Recorrió la habitación y se agachó cuando encontró fotografías en el suelo y recogió algunas—. ¿Por qué hiciste esto? Mira esta foto, somos nosotros —se sentó a mi lado y me la enseñó, efectivamente éramos nosotros con doce años de edad en el parque jugando. Ese mismo día me torcí el tobillo—. Aquí hay otra con tu hermana, es muy hermosa —mi hermanita era recién nacida y yo la sostenía como podía en mis pequeños brazos, pasó la foto y en esa estabamos con Connor con nuestra boca manchada de comida cuando aceptamos el desafío de "todo lo que pueda comer"—.Me agrada Connor, es divertido —en la otra fotografía estábamos con Bradley abrazados, el lo hacía por la cintura y yo por los hombros, era en mi cumpleaños pasado. David se calló, no le agradaba, yo tampoco dije nada, solo recordaba aquel momento sonriendo con tristeza—. Son buenas fotos ¿Por qué las tiraste?
—Se enteró —fue todo lo que pude decir, él me miró confundido—. Brad se enteró que soy gay.
—Oh no ¿Cómo pasó? ¿Cuál fue su reacción? —me tomó las manos en un gesto cariñoso de apoyo.
—No quiere volver a verme.
—Oh cariño ven aquí me abrazó y lo acepté, me gustaban los abrazos, me hacían sentir querido y amaba que David sea tan cariñoso porque nunca le importaba darme uno cuando me sentía mal.
Le conté todo de principio a fin, la cuenta en gchat, mis conversaciones con Ethan, al cual le debía una explicación, mi cita, el haberlo besado y ser descubierto por Brad y todo lo que este me dijo, incluyendo la parte en la que lo acusó de haberme «contagiado», no podía dejar de sentirme triste, pero al menos no estaba llorando. David se acostó en la cama y me atrajo hacia él haciendome apoyar mi cabeza en su pecho para poder acariciarme el cabello e intentar consolarme, era raro pero reconfortante, me sentía bien a su lado, además de que era la única persona que podía entender como me sentía ya que a él le había pasado varias veces el ser rechazado por su sexualidad.
—Lo lamento, Tris.
— ¿Qué cosa? —pregunté confundido.
—El haberte contagiado —se estaba burlando del comentario de Brad mientras reía, yo también lo hice un poco.
—No es gracioso, esto es serio —pero a pesar de mis palabras no podía dejar de sonreír al escuchar su risa.
—Lo sé, pero fue tonto. Aunque podrías llamarlo y preguntarle si te puede contagiar lo hetero, ya sabes —volvió a reír.
—Te odio—bromeé
—Ignoraré eso y descansaré los ojos —lo que quería decir que dormiría—. Te quiero mariposita —besó mi cabello.
—Yo también marica.
Cerré los ojos y me relajé con la sensación de David acariciando en mi cabello, quería aprovechar el momento,no podía hacer nada en ese momento, el verdadero problema vendría en tres días cuando tuviera que enfrentar a Bradley y a los demás otra vez.
[...]
Desperté con el sonido de alguien golpeando la puerta, froté mis ojos para luego abrirlos y cuando lo hice desperté a David.
— ¿Qué hora es?
—Las... —no pude terminar la oración porque fui interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose. Era mi hermana.
—Tris dice mamá que es hora de… —dejó de hablar cuando vio a mi amigo y corrió a abrazarlo—. ¡Hola! Te extrañé querido —le dijo y luego observé como mi hermanita de nueve años depositaba un corto beso en los labios de mi mejor amigo de veinte.
— ¿Qué haces besando a mi hermana? —pregunté algo alterado.
—Él es el rey de mi castillo y yo soy la reina y estamos casados —era un juego de ella, me tranquilicé.
— ¿Cómo cuánto tiempo pasas aquí mientras yo no estoy que juegas con mi hermana y todo?
—Más tiempo que tú seguro —se rió.
—Mamá dijo que la comida ya está lista y que vayan a comer —nos informó ella y luego se fue dando saltitos.
—Sigo sin creer que vengas a mi casa y beses a mi hermana ¿No tienes familia?
—Claro que la tengo, la tuya —volvió a reír.
Me levanté de la cama y busqué algo de ropa para cambiarme ya que todavía tenía la del día anterior. Cuando la encontré me desvestí frente a David quedando solo en boxers y luego poniendome la ropa limpia.
—Deja de coquetearme Evans, tengo novio.
—Imbécil —bromeé.
Llegamos al comedor y cuando mamá nos sirvió los platos de pasta mi estómago gruñó, no había comido nada en todo el día ya que me la había pasado durmiendo.
—Esto se ve delicioso —exclamé.
[...]
Más tarde David ya se había ido a su casa y mi familia dormía a diferencia de mi que estaba más despierto que nunca ya que había dormido la mayor parte del día. Así que para distraerme un poco tomé el celular y noté que tenía cuatro llamadas pérdidas y cinco mensajes de Ethan.
Ethan: Necesitamos hablar.
Ethan: Contéstame las llamadas, estoy muy confundido.
Ethan: ¿Quién era ese chico?
Ethan: Se qué estás ahí Travis, aunque no sé si deba llamarte así ¿No?
Ethan: Llámame por favor.
Diablos, lo había olvidado por completo ¿Qué le diría? No podía confesarle toda la verdad ¿Y sí estaba tan enojado que se lo contaba a todo el mundo? Los chicos me odiarían aún más. Debía disculparme, él no tenía la culpa de nada.
Marqué su número y lo llamé.
—Por fin me llamas, hola —su voz sonaba complacida.
—Hola —dije casi en un susurro, tenía miedo y estaba avergonzado.
— ¿Podrías explicarme que carajo ocurrió ayer? No entiendo absolutamente nada —no podía identificar enojo en su tono de voz lo que me tranquilizó un poco.
—Claro, sí.
—Adelante — ¿Cómo comenzar?
—El chico que me gritó...
—¿Es tu novio? —dijo un poco decepcionado.
—No —ya quisiera—. Es... era —corregí—. mi mejor amigo. No sabía que soy gay y es homofóbico y por eso reaccionó así.
—Entiendo pero ¿Por qué dijo que tu nombre no es Travis? —esa era la parte difícil.
—Porque... no lo es. Me llamo Tristan.
—Soy un idiota.
—No, no lo eres. Yo soy el imbécil que te ha mentido, no lo merecías.
— ¿Entonces por qué lo hiciste?
—No podía dejar que nadie se enterara de mis... preferencias.
— ¿Por qué?
—No puedo contartelo.
—No confías en mí.
—No es eso, es muy complicado. Lo lamento.
—Yo lo lamento. Pensé que habíamos tenido una conexión pero si no confías en mi para esto creo que me equivoqué.
—Yo también lo sentí, no mentí respecto a mis sentimientos por ti, la única mentira fue mi nombre.
—No sé si creerte —sonaba dolido—. Pienso que te has burlado de mi todo este tiempo, siquiera sé si creer en todo lo que me dijiste en el bar.
—Sé que es difícil creer lo que te digo dada las circunstancias anteriores pero no me burlé de ti nunca, me hacía feliz hablar contigo, eres tan diferente a mi y eso me gustaba... me gusta.
—Somos diferentes, yo no miento a la gente que digo querer.
—Lo lamento, he cometido muchos érrores, espero que puedas perdonarme por esto, no lo merecías.
—Ya no importa. Ahora quiero pensar.
—De acuerdo.
—Adiós Tristan.
—Adiós, Ethan.
Colgué el teléfono, realmente lamentaba mucho esa situación, me había gustado Ethan, pensé que podría olvidar a Brad con él, podía imaginarnos en diferentes escenarios y me encantaba, pero todo era tan complicado ahora. No podía pensar en una relación y menos basada de mentiras.
Sabía que no lo volvería a ver y lo lamenté mucho, pero como siempre, Ethan merecía algo mejor que yo.
Todos merecían algo mejor que yo.
Espero les haya gustado, lamento haber tardado tanto pero estuve sin internet, jue horrible, ahre.
Si les gustó comenten todo lo que quieran porque me encanta cuando lo hacen.
Entre otras cosas quería agradecerles las 3k, nunca pensé que llegaría y ahora lo hicimos y me hace muy feliz, en serio.
Si tienen dudas no dejen de preguntar y si se sienten mal o solo quieren hablar siempre estoy aquí solo mandenme un mensaje, las amo x.
Agus.