NY.-.
Por dónde empezar con mi vida, digamos que la llevo algo desordenada de arriba para abajo, de seguro algunas personas se van a identificar conmigo o hayan visto a alguna persona con mi mismo aspecto no tan hermoso.
Que decir.
— Me llamo Im Nayeon, tengo 24 años y- la cosa es que no me gusta hablar frente a una cámara —mire a Jeongyeon que estaba sentada— Yoo... —alzo su vista del celular— Ayúdame, tu ex no te va a escribir.
— Eso dolió —recalco y dejo su celular a un lado— Si quieres que te ayude, limpiemos tu cuarto — suplico, señalando el suelo.
— Hablo de mi aspecto —me hago un escaneo en el espejo de mi cuarto— quiero ser tipo las Kardashian —tome una revista, mostrándole a las hermanas.
— Haber... —me arranco la revista— primero, todas son operadas o que se yo, segundo... —suspiro y uso la revista en la cama— Si quieres cambiar, quiérete y deja de insultarte que no te ayuda en nada, tercero... —tomo mis hombros— limpiemos tu cuarto, me esta volviendo loca.
— Está bien —entre diente solté.
Tome una bocana de aire y lo solté, Yoo es mi única amiga y a pesar de que ha ambas nos insultaban en secundaria –claro diferentes escuelas– pudimos pasarlo, claro a ella no le afectaba del todo los comentarios, pero a mi si y seguí comiendo demás y subiendo de peso por mi acto.
Una respuesta del por qué no me gusta limpiar mi cuarto, es porque está todo regado de cajas de pizza, latas de gaseosa o cerveza, envoltorios de comida y la segunda razón es porque me canso rápido y Yoo termina haciendo todo sola, cosa que no veo que le incomode.
— Debería de estar ayudándote, pero soy una bola de grasa —baje mi cabeza, mis ojos picando y me sobe con la manga de mi suéter celeste, pero las lágrimas ya estaban saliendo, me odiaba... odiaba mi forma circular.
— Nay... —levante mi rostro, viéndola frente mío de cuclillas— de nada sirve insultarte, le hace daño a tu corazón —se paró y sentó al lado mío, posando su brazo izquierdo detrás de mi espalda sobando esta— y otra cosa... —la mire de nuevo— Mi ex si me va a escribí... —reí por lo dicho— bueno... —se puso de pie— te voy a recomendar un nutricionista.
— Ay no Yoo —negué de lado a lado— los nutricionistas no me son confiables desde esa vez, así que ni digas más.
— Pero... —se quedó en silencio, para luego asentir por si sola— bueno como quieras, me retiro.
— Nos vemos mañana.
Cruzo la puerta de mi cuarto y cerró la puerta, yendo al suyo.
Sé que un nutricionista me ayudaría a bajar de peso, pero la primera vez que fui a uno no me ayudo en nada, subiendo en el proceso cinco kilos más y fue un golpe para mi ver eso, deje de creer en aquellas personas, aparte que me dio unas tabletas de pastillas para bajar de peso y como no sabía del tema yo, las tome.
Luego de eso y no ver resultados fue que había perdido tiempo y dinero en un sitio poco experimentado.
JY.-.
Entre a mi habitación y cerré la puerta detrás de mí, sentándome en la silla de mi escritorio marrón y agarre mi celular, no para ver si mi ex regresaba conmigo, no espero nada ahorita de él. Como le dije a Nayeon que le recomendaría un nutricionista eso mismo voy hacer.
Busque en mis contactos y marque el número.
Dos veces sonó hasta que la tercera respondió.
"Hola, habla Park Jimin ¿Qué...?"
"Vestía..." interrumpí.
"Si llamas para joder, cuelgo"
"Lo siento, pero tus sueño no se van a hacer realidad, necesito que ayudes a una amiga" me puse de pie y empecé a dar vueltas en círculos "Sé que eres un nutricionista y aparte entrenador, quiero que asistas a mi amiga"
"Lo siento Yoo pero no puedo"
"¿Por qué?" frunci mis cejas y deje de caminar tirándome en mi cama.
"Ya tengo a varios pacientes, pero si quiere te puedo recomendar a uno que conozco para que ayude a tu amiga"
Lo pensé, pero no tengo otra alternativa "Con tal de que no sea un burlón lo acepto" mordí mi labio superior.
"Bien, te voy a enviar su número y le aviso a él por ahí"
"Vale, espero el mensaje"
"Yoo..."
"Si..."
"¿Algún día nosotros dos podremos, no se ir ...?"
"Oye luego quizá te llamo, adiós." colgué.
Seré muy mala. Lo sé. Pero lo considero un amigo y no quiero jugar con él, darle esperanzas, a pesar de que mi ex hizo eso conmigo –suspire- sentí mi celular vibrar.
10 ***** *****, Esperare tu respuesta Jeongyeon
Solo le mande una like y guarde el número enviado por él.
Le envié un mensaje a aquel chico y en pocos segundos vi como las flechitas se tornaban celestes y ver como se salía de la aplicación, para cambiarla a una de entrante llamada.
Al parecer no le gusta escribir.
"Buenas tardes, habla Jeon Jungkook" su vos era muy grave. Dios mío.
"Buena tardes Jeon, soy Yoo Jeongyeon y necesito que sea el tutor, de una de mis amigas" estaba mal, muy mal y lo sé, pero lo hacía por ella, ¿Quién no quisiera ayudar a su mejor amiga?
"¿Cita para cuándo?"
"Ese es el problema, mi mejor amiga no sabe de esto"
"Mmh..." hubo un pequeño silencio y escuche suspirar "habla con tu amiga y me avisas, si en todo caso no la llegas a convencer yo la contacto"
"Está bien, gracias por su ayuda y amabilidad"
"Me gusta ayudar, adiós crush de Jimin" escuche una leve carcajada y el sonido de finalizada la llamada.
Sentí mis mejillas empezar a estar calentando, parándome de mi cama y mirándome en el espejo del baño, viendo mis cachetes carmín –genial-
NY.-.
Había pedido a domicilio pollo agridulce con una gaseosa coca cola, me moría de hambre y ya me encontraba comiendo de eso, pero me alarmo los toques desesperados de mi puerta, dejando caer el táper de pollo al piso.
— Joder... —renegué y me fui a la puerta, limpiando mi boca con la manga de mi suéter celeste con estampado de simba— Por su culpa vote mi pollo... —abrí la puerta, viendo de nuevo a Yoo— me vas a apagar mi pollo —enarque una ceja y me hice a un lado para que entrara y yo cerrara la puerta.
— Lo siento, pero ya no vas a comer eso —la mire confundida— acabo de llamar a un nutricionista y a la vez entrenador, para que se encargue de tus comidas y tal vez hagas ejercicio con él.
— Te dije que no quería —me agache como pude, para recoger el desastre.
— Haber ¿tú quieres ser como las Kardashian, no? —me extendió la revista.
— Pero dijiste que eran operadas —me puse de pie, agarrando la revista.
— Serás como ellas, pero necesariamente no necesitas operaciones, el esfuerzo es tu poder y es natural.
— Te vuelvo a decir que no, tengo muy mala experiencia, ¿no escuchaste? —tiré la revista al tacho de basura.
— No hay no. Im Nayeon necesita mejorar tu vida, me diste ayuda... te la estoy dando, aprovecha esta oportunidad.
La mire, y baje mi vista a la revista, sentía desconfianza, demasiada, me daba miedo, terror, porque si acepto y no resulta todo sería por nada, suba otros cinco kilos o tal vez diez... pero y si Yoo tiene razón.
— Está bien —suspire— tomare esta oportunidad.
Esperaba no arrepentirme.
Publicada 10/07/20
Editada 21/03/23