The Exchange (ALBALIA)

Von santocacahuete

126K 5.9K 185

Esta novela no es mía... pero es muy buena. Tratare de adaptarla lo mejor posible. Mehr

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
Capitulo 56
Capitulo 57
Capitulo 58
Capitulo 59
Capitulo 60
Capitulo 61
Capitulo 62
Capitulo 63
Capitulo 64
Capitulo 65
Capitulo 66
Capitulo 67
Capitulo 68
Capitulo 69
Capitulo 70
Capitulo 71
Capitulo 72
Capitulo 73
Capitulo 74
Capitulo 75
Capitulo 76
Capitulo 77
Capitulo 78
Capitulo 79
Capitulo 80
Capitulo 81
Capitulo 82
Capitulo 83
Capitulo 85
Capitulo 86
Capitulo 87
Capitulo 88
Capitulo 89
Capitulo 90
Capitulo 91
Nota importante
Nueva Adaptación

Capitulo 84

867 47 1
Von santocacahuete

*POV Alba

28 días para el nacimiento del bebé...

Cerré los ojos, disfrutando el silencio casi total en mi habitación. Hace días que el apartamento siempre está lleno de gente. Obviamente es maravilloso estar rodeado de personas tan queridas, pero extraño cuando tenía mi rincón. El mío y de Natalia.

-Te encontré. -hablando de ella -¿Escondiéndose, señorita Reche? -bromeó, cerrando la puerta, haciendo el mínimo ruido posible.

-Natalia, esto está pareciendo un bar un viernes por la noche. -gemí, incomoda -Yo solo estoy embarazada. No es necesario invitar al papa para que se quede aquí por eso.

-Oh, mierda, tendré que cancelarle la invitación entonces... -jugó, sentándose a mi lado. Le hice una mueca, en respuesta -Tómalo por el lado positivo, por ahora no se están quedando a dormir.

-¿Cómo así que por ahora? -abrió una sonrisa traviesa que hizo que se me revolviera el estómago -Natalia...

-No podía correr el riesgo de estar sola contigo cuando entres en trabajo de parto.

-No, no sigas. Por mi salud, no sigas.

-Tienes que entender.

-No me lo tomes a mal, yo amo, simplemente amo a todas esas personas que están allá en la sala, solo que, Dios, mi cabeza está a punto de explotar, me gustaría compartir estas últimas semanas de embarazo solo contigo, no tenemos ni dos segundos de intimidad, para estar solas... -Y como para comprobar lo que estaba diciendo, nuestra conversación fue interrumpida a gritos por Elena. Cerré los ojos, queriendo creer que no estaba pasando. Cuando los abrí volví el rostro, cansado, hacia Natalia, encontrando con su mirada fija en mi rostro. Sus facciones era indescifrables, hasta que sentí su mano sobre la mía, presionándola levemente, antes que dijera en voz alta algo que ya sabía, ella está a mi lado y siempre pensará primero en mi bienestar que en lo que deseo.

-Vamos juntas a enfrentar los leones y a medida que sea posible mandarlos lejos.

Tal vez en el futuro otra discusión sea necesaria, si ella es terca, yo sabré serlo diez veces más. Pero, por ahora, eso basta.

20 días para el nacimiento del bebé...

Cada día que pasa los dolores son mayores. El bebé está cada vez vez más pesado, mis pies se hinchan y las ganas de ir al baño son constantes. Sin embargo, el silencio del apartamento ayudó a reducir la migraña, lo que ya es un alivio.

Llevé la sábana más hacia arriba, cubriéndome mejor en el sofá y cerré los ojos, ajena a las noticias que pasaban en el noticiero. Un poco después sentí los labios calientes de Natalia depositar un cariñoso beso en mi frente, sonreí.

-¿Necesitas algo? -preguntó, con la voz suave y calma.

-No, todo está bien. -la observé, con la mirada pesada.

-Se está volviendo muy difícil, no? -se sentó en el pequeño espacio que había entre mi cuerpo y el borde del sofá.

-Valdrá la pena.

-Lo sé. Pero es tan injusto que sufras. El hijo es nuestro, los dolores también deberían serlo.

-Cielos, Natalia, si sigues insistiendo con eso te dejaré el bebé a ti las primeras noches. -bostecé. Un brillo de consentimiento apareció en sus ojos -Eres increíble.

Natalia pregunta cada tres minutos si necesito algo. Siempre está cerca, vigilándome y cuidándome. Varias veces la pesco "cabeceando" en la mecedora, así como sé que ha pasado noches en blanco. A pesar de la apariencia cansada, Natalia nunca se niega a nada, se parte en dos para atenderme y termina su libro.

Cada vez que la miro siento aún más orgullo y cada vez estoy más segura de que será una excelente madre.

*POV Natalia

18 días para el nacimiento del bebé...

Releí en voz baja los últimos párrafos del libro que estoy escribiendo. Corregí algunos errores ortográficos y añadí una frase clave, antes de relajarme en la silla y guardar la historia finalizada. Pasé los dedos por los cabellos y me serví un poco más de café, levantándome con la taza en las manos, caminando hasta el cuarto para espiar a Alba que, por suerte, después de una noche turbulenta, logró conciliar el sueño después del almuerzo.

Saqué el celular del bolsillo y, con un gemido por el cansancio, me senté en el sofá, marcando el número de Ana.

-Espero que estés llamándome para decirme que ya terminaste el libro.

-Cuanta educación. Buenas tardes. -ella rió, sin embargo no respondió, típico habito de ella. Callarse cuando debe hablar -En fin, para tu total delirio, sí, lo terminé.

-Dios sea alabado! En una hora paso por el proyecto y aprovecharé para pasar por la editora y dejarlo allá.

-Entonces te espero.

-Hasta entonces. -y cortó.

Dejé el teléfono a mi lado y cerré los ojos, sintiendo el cansancio apoderarse de mí. Los últimos días no han sido fáciles.

-Ve a dormir a la cama. -me volví en dirección a la voz de Alba.

-No puedo, Ana va a pasar en un rato. -me levanté, cortando la distancia entre nosotras dos -Para recoger el ejemplar del nuevo libro de Natalia Lacunza. -ella dejó escapar un grito de animación para después darle paso a una gran sonrisa.

-¿Terminaste? -asentí, extremadamente feliz con el hecho -Ah! Dios mío, que bueno, mi amor. -prendió sus brazos alrededor de mi cuello, abrazándome -Será otro gran éxito.

Le mostré los dedos cruzados, indicándole que pediría para que así fuera.

-¿Y sabes qué es lo mejor? -ella negó -Cuando el libro llegue a las tiendas, el tercer miembro de la familia ya habrá nacido.

-Es cierto. No veo la hora de tomar a nuestro bebé en los brazos, sentir su olor, ver su rostro... -dijo soñadora. Sonreí.

-Solo un poco más y lo tendremos aquí, con nosotras.

Y entonces quedé consciente de la verdad de mis palabras y sentí una linda ansiedad apoderarse de mi cuerpo. Algo parecido debió ocurrirle a Alba, porque estaba claramente emocionada.

*POV Alba

16 días para el nacimiento del bebé...

-¿Está bien? ¿Quedó bien así? -sonreí, antes el nerviosismo de Natalia que intentaba, en vano, acomodar el lazo de su vestido.

-Ven aquí. Estás hermosa. -aseguré, mientras acomodaba el lazo.

-Hace tanto tiempo que no hago esto.

-Natalia, todo saldrá bien. -garanticé, antes de suspirar, resignada -Me hubiera gustado poder estar allá contigo.

-Lo sé. -sujetó mi barbilla y besó mis labios -Pero no hay cómo llevarte en este estado. -asentí, sabiendo que tiene razón -Regresaré mañana por la noche, cualquier cosa me llamas.

-Y entonces, señora famosa, ¿estás lista? -apreció Elena, asomándose en la puerta, absorbiendo un poco más del refreso por la pajilla que sostenía en los labios.

-Así es.

-No nos avergüences en cadena nacional, eh. Y habla mucho sobre tu linda, sexy y no disponible hermana.

-No hablaré mucho sobre mi vida privada y si más sobre mi regreso como escritora.

-Ay, lo sé y eso es tan aburrido.

Natalia tomó la maleta, ignorando el comentario y saliendo de la habitación, para darle las últimas instrucciones y recomendaciones a mi madre. Intenté al máximo mostrarme comprensiva y no incomodarme con este viaje, por saber lo esencial que es esta entrevista para la carrera de ella.

-Si sabes que si le pides que se quede ella lo hace, no? -la voz de Elena me trajo de vuelta a la realidad. Le sonreí, tristemente, sabiendo que eso no está en discusión, aunque me esté matando por dentro verla partir en tan poco tiempo antes del nacimiento del bebé.

*POV Natalia

Cerré los ojos, recostando la cabeza en el asiento del avión mientras repasaba mentalmente la discusión que tuve hace unos días atrás con Ana, que permanecía en silencio a mi lado.

-Cielos, ella está embarazada. Me niego a alejarme de ella por dos segundos y me niego aún más a salir de Miami.

-Embarazo no es enfermedad. ¿Sabes cuántas son las oportunidades de conseguir una entrevista con ese programa? Una en un millón! Ellos pidieron tu presencia allá, no estás loca como para perder una oportunidad de esas.

-No estoy loca como para dejar a mi esposa sola en este momento.

-¿Cuál momento, Natalia? Ella no sale de la puta cama. Hasta un idiota es capaz de cuidarla. Te pago una enfermera. Te pago cincuenta enfermeras, pero de que vas a esa puta entrevista vas! O entonces dile adiós a tu carrera y a todo lo que tiene que ver con ella.

Suspiré, volviendo la mirada hacia la ventana, viendo las nubes pasar por ella.

-Natalia...

-¿Qué?

-Mira... Discúlpame, ¿está bien? Sé que es importante para ti estar con Alba cada minuto del día, sólo que es difícil lograr ir a ese programa y la oportunidad cayó directamente en tus manos. Yo sería una pésima productora si te dejo desaprovecharla.

-Pide para que Alba no entre en trabajo de parto.

-Lo siento mucho... Pero no te diré que me arrepiento.

Estaba presente físicamente en aquella entrevista, pero mi pensamiento estaba completamente en Alba. Vi mi celular, disimuladamente, todo el tiempo. Sin embargo, me fue maravillosamente bien y recibí elogios de diferentes personas importantes, aunque ninguno de ellos me satisface tanto como la sonrisa de Alba cuando le conté sobre el libro.

Por suerte, en poco tiempo estaba otra vez en el avión, regresando a ella.

*POV Alba

15 días para el nacimiento del bebé...

Cerré los ojos, disfrutando del silencio y la poca iluminación de la habitación. Canté bajito, meciéndome suavemente en la mecedora.

-Ah! Aquí estás. Te busqué por toda la casa.

-Me gusta estar aquí. Me trae una sensación de paz, además de volver todo más real.

-Mi ángel, siempre fuiste tan ansiosa... -le sonreí a aquella encantadora mujer, preguntándome si lograré ser la mitad de madre que ella es -No sé cómo estás soportando estos nueve meses. -entró lentamente en la habitación.

-Antes era más fácil, pero de unos días para acá parece que el tiempo se congeló. -me quejé, apoyando la mano sobre mi vientre. Ella se demoró un tiempo observándome, antes de hablar, esta vez completamente emocionada.

-Vas a ser mamá, mi ángel. -mordió los labios -Ah, Dios mío, recuerdo cuando estaba embarazada de ti... quedamos tan felices.

-¿No tuviste miedo?

-Claro que tuve miedo. Todos estábamos asustados, sin embargo muy llenos de amor. -entonces reconoció algo en mi mirada. Y sonrió, agachándose frente a mí para sujetar mis manos -Mi cielo, serás una madre maravillosa. Desde pequeña siempre te has preocupado por los demás, has sido tan cariñosa... Siempre tan entregada, sin miedo a las consecuencias. Aquí dentro... -pasó su mano por mi barriga -hay un pedacito de ti y entre ustedes existe una conexión tan fuerte, un amor tan puro, que nada va a poder destruirlo. -contuve las lagrimas, aunque viéndolas en los ojos de mi madre se estaba volviendo difícil -Un amor que durará para siempre. Y que gracias a él, las cosas se van a ajustar por si solas. Por eso no temas. Ser mamá es el mayor regalo del universo. Es la confirmación de amor eterno. De pureza. Tú y Natalia crearon una vida juntas, vas a traer a alguien al mundo, obvio que la responsabilidad que eso incluye asusta, pero, cielos, es tan hermoso... -entrecerró los ojos -...tan lindo, que cuando veas a tu bebé nada más va a importar, a no ser él. Él y esta familia maravillosa que se está construyendo.

-Cielos, mamá, te amo tanto... -la abracé, dejando las lagrimas caer -Gracias por todo. Gracias por todos estos años. Por haberme amado y cuidado. No sé qué haría sin ti. -ya hace un tiempo que necesitábamos de ese momento, de un momento nuestro. Un momento únicamente madre e hija. Era la última etapa por la cual necesitaba pasar antes de asumir mi nuevo papel. El papel materno.

Algunas horas más tarde, cuando regresó Natalia, me sentí completa. Su sola presencia parecía llenar la casa y convertirla en un hogar.

-La próxima vez que regreses habrán dos personas esperándote. -susurré, contra sus labios. Ella sonrió -Dos personas que te aman incondicionalmente.

*POV Natalia

10 días para el nacimiento del bebé...

-¿No te sientes medio inútil a veces? -con una expresión extraña encaré a Damion y su repentina pregunta -¿Qué? -se alejó, indignado con mis facciones.

-¿Por qué me sentiría inútil?

-Ah! -retomó la postura relajada de antes -No sé... -se encogió de hombros - Es sólo que cuando Elena estaba embarazada era casi como si yo no existiera.

-¿Celos? -provoqué, entrecerrando los ojos.

-No. Sólo que parece que no tenemos ningún papel en esta etapa. Nadie me preguntó si tenía miedo y, créeme, lo tenía. Estaba aterrorizado. ¿Cómo logras mantener esa calma?

-Gané alguna experiencia viendote... Además, si alguien como tú y Elena pueden ser padres, Alba y yo podremos ser madres. -no resistí la broma.

-Vete a la... -le lancé una mirada, por tener a un Jonas muy atento en nuestra conversación -Bueno ya sabes el final.

-Si te sirve de consuelo, la verdad es que sí, tengo miedo. Pero imagino que para Alba debe ser peor, ella que está teniendo que soportar la presión de dar a luz y todos los dolores que eso envuelve. -Damion se estremeció levemente ante el pensamiento.

-Gracias a Dios no tenemos que pasar por eso.

Asentí, antes de sonreír. De alguna forma supe que esa era la manera -extraña- de Damion para mostrar que estaba ahí, en caso de que yo necesitara conversar o encontrar apoyo, para calmar mi miedo. Busqué a Alba con la mirada por la sala. La encontré tomando té con Elena mientras se reían de algo. Es difícil verla con una apariencia tan frágil y cansada y no poder hacer nada para cambiar o disminuir su condición. Por lo menos solo faltan unos días más... Unos días para ser, definitivamente tres.

*POV Alba

5 días para el nacimiento del bebé...

-¿Falta algo más? -me acerqué a Natalia, que apoyó su barbilla en mi hombro, espiando sobre él.

-Creo que no. -revisé una vez más la pequeña bolsa que estaba lista para llevar al hospital. Toqué la pequeña ropa que estaba sobre todo, la más bonita para nosotras y la primera que nuestro bebé usará. Respiré hondo, temblando.

-¿Todo está bien?

-Sí, yo solo... -me senté, viendo hacia arriba, conteniendo las lagrimas -Solo necesito un minuto. -Natalia se alojó frente a mi, sujetando mis manos entre las suyas, dejando un beso ahí, sin desviar sus ojos de los míos. Acaricié su rostro, sabiendo que las palabras son innecesarias en ese momento -¿Alguna vez imaginaste que pasaría? -la miré, frunciendo el ceño, confundida con mi pregunta -Quiero decir, nosotras dos. Vaya, pasamos por tantas cosas, nunca nada fue simple. Parecía que siempre había algo en el medio que nos trababa, que nos impedía seguir juntas. Y ahora... -mi voz falló, Natalia acompañó con la mirada mi mano sobre el vientre y se inclinó para dejar un pequeño beso sobre él.

-No importa si creíamos o no que tendríamos un futuro juntas, estamos a cinco días de conocer la mayor prueba de que alguien allá arriba siempre lo supo. Y que nos estaba preparando para este momento. Para el momento exacto. -sonreí, entre lagrimas -Y a pesar de todos mis errores, que fueron muchos, cada día a tu lado valió la pena y hoy sí, hoy te puedo garantizar que de aquí a cincuenta años, cuando vuelvas a repetirme esa pregunta, te diré con todas las letras que estaba segura de que iba a funcionar. Que lo nuestro pasaría. Que nuestra familia pasaría. -secó mis lagrimas y se levantó, dando un beso en mi frente -¿Lista, mamá? -asentí, secando las  lagrimas que había en mis ojos -¿Con miedo?

-Muriendo. -admití -Pero también tengo muchas ganas de que este futuro llegue pronto, porque será el más lindo de todos.

Horas más tarde, desperté sin sueño, en medio de la noche y sentí inmediatamente la ausencia de Natalia a mi lado. Me levanté y caminé despacio y en silencio por la casa, hasta encontrarla, escondida entre las sombras, observando el movimiento de Miami desde el balcón. A pesar de ser difícil de distinguir sus facciones, era fácil identificar el nerviosismo, por su postura, sus gestos. Me acerqué a ella, abrazándola por atrás, cerrando los ojos.

-¿Con miedo? -repetí la pregunta que ella me hizo antes. Se volvió, con el fin de encontrar mi mirada, entonces sonrió.

-Con miedo.

-¿Sabes cuál es la forma que encontré para aplacar ese miedo? Pienso en este bebé que va a nacer, él necesitará de nosotras dos. Él va a llegar y no sabrá nada de la vida. Tiene tantas cosas para enfrentar, tantos miedos para sentir y vamos a ser nosotras, solamente nosotras dos, quienes podremos ayudarlo. -entrecerré los ojos -Y él nacerá amándonos tanto, Natalia. -sonreí -Tanto. Y nosotras también lo amamos tanto, que no hay por qué temer. Vamos a aprender juntas. -tomé su mano, poniéndola junto a la mía sobre mi vientre -Nosotros tres. Porque es justamente eso lo que una familia hace, apoyarse. Y si hay algo que nosotros somos, es una familia. -contener las lagrimas fue imposible al ver las de Natalia caer por sus mejillas.

-Los amo. Amo nuestra familia. -le brindé una larga sonrisa, cargada de emoción, antes de acurrucarme en sus brazos, hasta que las dos recobráramos el control de nuestras emociones.



Weiterlesen

Das wird dir gefallen

86.8K 2.4K 27
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
69.9K 11.6K 32
"Sergio Pérez siempre ha sabido que no es suficiente para Max Verstappen. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que el Alfa...
152K 7.2K 33
Ambos viven en la masía. Desde que se conocen Héctor siempre la ha molestado. Y ella no piensa nada bueno del él. Pero todo cambiará tras un trabajo...
406K 41K 105
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...