Capitulo 52

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*POV Alba

Horas que parecían días, arrastrándose, como si el tiempo estuviese congelado, solamente para aumentar mi agonía. No quería dejarla ir. No quería ver todo desmoronarse otra vez, pero no la puedo retener. Infelizmente.

El reloj marcaba las dos y media de la mañana, Natalia estaba despierta, lo sé. Los brazos en vueltos en mi cuerpo y los ojos enfocados en un punto cualquiera del techo de la habitación. Esta escena se ve tan mal, el silencio incomoda, la incapacidad de nosotras dos de conseguir consolarnos. No hay nada qué decir, no porque no queramos, sino porque cualquier cosa sonará como una mentira. Una promesa sin cumplir. Nuevamente regresamos al ¿Qué pasará?, de ahora en adelante. Yo quería que ella me dijera que regresaría, que volvería para quedarse... o que encontró una solución, pero tampoco puedo cobrar algo que tampoco sé. Mis padres ya gastaron más de lo que podían en el intercambio, los de ella con su visita. Elena comenzará la universidad, incluye gastos. Santi la escuela. Y Natalia ya usó todo su salario y un poco más de dinero de sus padres para venir a España. No tenemos como volver a encontrarnos. Mi cabeza me dolía de tanto pensar en eso, de tanto que intento buscar algo para consolarme, para sujetarme. Pero no encuentro nada.

-¿Despierta? -murmuró Natalia, finalmente. Me limité en asentir, ella suspiró pesadamente y volvió su cuerpo para poder verme -Te apuesto que sé en lo que estás pensando.

-Apuesta ganada. -bromeé, aun sin estar con mucho humor para hacerlo.

-Vamos a encontrar alguna forma, está bien? -su voz salió tan tranquila que casi le creí -No sé cuál, pero la encontraremos. -su convicción siempre me convence. Pero hoy no. No quiero falsas esperanzas.

*POV Natalia

Alba se quedó quieta, creo que ni todas las palabras del mundo iban a quitar esa arruga que se formó entre sus cejas. Toqué su barbilla levemente, haciéndola verme a los ojos, la miel de ellos estaba llenos de preocupación, de incertezas...

-Algo si te puedo prometer... -recorrí mi dedo levemente por su rostro -...no importa en dónde esté, mi corazón se quedará contigo. -con la mano libre, entrelacé sus dedos a los míos -Para siempre.

-¿Y si encuentras a alguien mejor? -abrí la boca para contestar, pero ella me calló -¿O alguien que esté más cerca?

-¿Y sólo porque esté más cerca piensas que la voy a amar? -respondí, calmada -Albi, entiéndelo, yo tardé mucho para encontrarte, para que me encontraras... -sonreí -...no estés llenando tu cabeza con pensamientos que no te llevarán a ningún lugar. Con tonterías. Yo te amo a ti. Solamente. -contorné sus labios con mi dedo, ella suspiró, dándose por vencida.

Uní mi boca a la de ella, sintiendo su delicada suavidad recibirme y un dolor pequeño y molesto en el pecho por comenzar a extrañar antes de tiempo.

*POV Alba

La fatídica mañana llegó, luché con abrir mis ojos y encontrarme la realidad. En movimientos lentos y casi sincronizados nos dirigimos al aeropuerto, al mismo al que hace un tiempo quería llegar lo más pronto, y al que hoy quiero que esté lo más lejos posible. Los brazos de Natalia me envolvían, aumentando el nudo en mi garganta. Descansé mi cabeza en su hombro, viendo el paisaje pasar por la ventana del auto. Nos bajamos frente a las grandes puertas de cristal, lentamente sacamos las maletas, mis padres insistieron en acompañarnos, así como María, que milagrosamente, permaneció callada todo el camino.

"Última llamada para el vuelo 902 con dirección a Miami" Anunció la voz fría y mecánica..

Con el corazón en la mano la vi despedirse de mi familia y de María. Luego se detuvo frente a mi, paseando sus dedos por mi mejilla, repleta de lagrimas. Sus ojos no estaban muy diferentes a los míos.

The Exchange (ALBALIA)Where stories live. Discover now