Capitulo 33

1.5K 72 3
                                    

*POV Natalia

Me dolía la cabeza como hace tiempo no lo hacía, por instinto llevé mi mano hasta ella, bostecé y abrí los ojos. Lo primero que noté es que no estaba con la misma ropa que usé la noche anterior y luego vi a Alba durmiendo a mi lado. Cerré fuertemente los ojos, recordando lo que pasó ayer, cómo fui tan débil y cuanto debí lastimarla. Al verla ahí llegué a la conclusión de que me había cuidado, aunque no lo recuerde. Sentí que mi corazón se encogía y una insatisfacción se apoderó de mi cuerpo. Delicadamente la tomé entre mis brazos, recostando su cabeza en mi pecho y relajando su cuerpo junto a mi, la abracé y la sentí acomodarse, moldearse en mi. Besé su cabello.

-Gracias por no dejarme sola. -susurré -Por ser mucho más de lo que merezco. -suspiré -Dios mío, te adoro niña. -seguí hablando sola -Como nunca adore a nadie, tú llegaste y trajiste tanta alegría a este hogar que no hay forma de no contagiarnos. -respiré profundo -No sé que va a ser de mi cuando te vayas, no sé como voy a estar sin ti.

*POV Alba

Desperté un poco mareada, la noche no había sido fácil, Natalia murmuraba palabras sin sentido y se movía todo el tiempo, lo que me incomodaba bastante. Pero ahora parecía que estaba en las nubes, mi cuerpo se había relajado y ya no estaba incomoda, me tomaron algunos segundos para darme cuenta de que no estaba en la misma posición en la que me había dormido. Levanté la cabeza para situarme mejor, entonces noté el rostro de Natalia más cerca, tanto como su cuerpo y descubrí en donde estaba acostada. O mejor, en quien. Levemente me apoyé en su pecho y la miré, sus labios levemente abiertos, atractivos, prácticamente llamándome para besarlos. Cerré mis ojos cuando dejé que mis instintos me guiaran, rocé levemente mis labios en los de ella con cuidado, casi sin recostarme, entonces los uní, sentí su suavidad, los sentí moldearse a los míos. Como si hubiesen sido hechos para mi. Solamente. No tardé mucho, al final no quiero asustarla. Alejé mi rostro del de ella y me levanté, sin saber si debí hacer eso. Salí del cuarto con esa escena martillando en mi cabeza.

*POV Natalia

Sentí cuando sus labios se unieron a los míos, pero opté por dejar mis ojos cerrados, para ver hasta donde llegaba, para mi decepción no duró mucho. Escuché sus pasos alejarse, esperé a que estuviera bien lejos para abrirlos. Por instinto llevé la mano a mi boca, mientras ahí mismo se formaba una pequeña sonrisa. Me levanté, tambaleandome un poco por el fuerte dolor de cabeza, me arrastré hasta le baño, luego de bañarme bajé a desayunar. O almorzar, lo noté cuando entré a la sala. Me senté al lado de Elena y noté el lugar de Alba vacío.

-¿No le dijeron a la extranjera que viniera a almorzar? -decidí ponerlo así para no levantar sospechas.

-Alba fue al curso, querida. -me contó mi madre. -Iba atrasada, así que dijo que comería allí. -asentí.

Comimos en silencio, al rato mi padre dejó la mesa y se fue a trabajar, ya que sólo viene a la casa para almorzar, mi madre fue a dejar a Santi a la escuela y me quedé sola con Elena.

Lo que es un peligro.

-Está bien Natalia, se acabó el juego. -me miró, con esa forma de que sabe todo -¿Qué pretendes con todo esto?

-¿Con todo esto qué? -alejé mi plató cuando terminé.

-Con Alba. -respondió sin pestañear -¿La quieres o no? -se cruzó de brazos -Porque, discúlpame, pero salir a drogarte no es la prueba de amor que toda chica espera.

-Ya pasé la fase de tener que dar satisfacción... y aun más a mi hermana joven. -le guiñé y me levanté de la mesa.

-Natalia, te juro que si lastimas a Alba, te meto en una caja y te mando a Japón. -amenazó cerrando sus ojos.

The Exchange (ALBALIA)Where stories live. Discover now