Lover (Claemil)

By TanitaL19

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Clara Jauregui Cabello y Emilia Iglesias Vives... Se conocieron a los seis años. Se hicieron mejores amigas... More

Prólogo.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35- Final.
Epílogo.

Capítulo 29

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By TanitaL19

Narra Clara


—Me encanta esto—le hable y ella servía un poco vino en una copa mientras estábamos sentadas en la arena con el pequeño picnic que había organizado.

—Me alegro de eso, quiero darte lo mejor—sonreí como estúpida al escucharla, en verdad la amaba. Empezamos a comer lo que ella había echo, me contó que sus mamás le ayudaron a preparar la pizza y el sushi que estábamos comiendo. Reíamos contando sobre las aventuras que habíamos tenido cuando éramos unas niñas, sobre los celos que eran inocentes pero que hoy en día ya sabíamos que no eran tan inocentes.

—Esa niña era nueva y quería que se sintiera cómoda—me explico y yo rodee los ojos— pero cuando tú llegaste se asustó.

—No le dije nada, no exageres—ella me miró sonriendo.

—Llegaste y le dijiste que se alejara de mi, que yo era solo tu mejor amiga, gritándole—se soltó a reír y yo bajaba la mirada sonrojada.

—Bueno ya, no es para tanto, pasó en la primaria—se acercó a mí riendo mientras me abrazaba y dejaba besos en mis mejillas.

—Pero así te amo, y mucho—tome sus mejillas para acercar sus labios a los míos y besarlos tan lentamente, demostrándole lo mucho que yo también la amaba. Me tomo de la cintura y apretó suavemente cuando mordí su labio inferior, me separé de ella con la respiración acelerada y mirándome a los ojos me habló.

—Solo pasará si tú quieres que pase—acaricie su mejilla mirando sus ojos y después sus labios.

—Entremos—ella se puso de pie y luego me ayudó, tomo mi mano apretándola un poco para después empezar a caminar hacia el interior de la casa. Subimos las escaleras de maderas sin apresurarnos, ambas estábamos nerviosas y lo podía sentir. Nos adentramos y le sonreí sin mostrar mis dientes, ella entendió y camino de nuevo pero ahora con dirección a la habitación, volvimos a subir las escaleras para después caminar por el pasillo y entrar a la habitación que le pertenecía a ella, cerró la puerta y frente a la cama nos detuvimos, mirándonos frente de frente.

—¿Estás segura?—pregunto acomodando un mechón de mi cabello detrás de mí oído.

—Contigo siempre—pase los brazos por su cuello y la acerque a mi para empezar a besarla, acariciaba su cabello de la nuca, sentí como metía sus manos por debajo de mi suéter y acariciaba lentamente mi abdomen, mordí su labio un poco cuando una sensación me golpeó al sentirla tocarme así. Tomé el inicio de su blusa color negra y la levanté para poder quitársela, levanto los brazos mientras veía cada uno de mis movimientos. Dejé la blusa caer al suelo y admire lo hermoso que se le veía el sujetador negro de encaje que traía puesto, mordí mi labio inferior mientras me acercaba y dirigía mis labios hacia su cuello para dejar un pequeño beso en el.

—Te amo—me dijo al oído antes de que me alejara de ella, tomo el inicio de mi suéter para deshacerse de el y cuando ya estuvo en el suelo, me tomo de la cintura acercándome a ella para besarme más profundo, su lengua paso por mi labio inferior y dejé que invadiera mi boca, nuestras lenguas se enredaron mientras ella llevaba sus manos por toda mi espalda y la acariciaba, subió más llegando el broche de mi sujetador para desabrochar lo, se separó de mi y lo deje caer al suelo. Su mirada cayó a mis pechos y la mire suspirar, me dio media vuelta y dejo que me acostara en la cama— eres tan hermosa, tan perfecta—llevo sus manos al botón de pantalón, lo fue bajando mientras daba pequeños toques a mis piernas. Me dejó con las bragas puestas, fue subiendo mientras daba besos por mis piernas haciendo que cerrara los ojos por la sensación que me hacía experimentar.

—Por favor, quita tu ropa—le suplique cuando llegó a mi cuello para besarlo, necesitaba sentir su piel con la mía.

—Lo que tú le pidas, amor—se alejo de mi para volver a ponerse de pie y empezar a desnudarse, quitando su pantalón, después su sujetador dejándolo caer al suelo, ¿era normal encontrar todo en ella sexy? Porque así lo encontraba, la veía frente a mi con solo sus bragas y ya me sentía húmeda. Me puse de pie y la pegué a mí para poder sentir su suave piel en la mía, acaricie sus brazos mientras llevaba mis labios a su cuello y empezaba a besarlo con tanta hambre, sentía como sus dedos se encajaban en la piel de mi espalda mientras lo hacía y soltaba pequeños gemidos, empezaba amar el sonido de su voz así. Fui hasta sus labios para poder besarlos, los necesitaba tanto de nuevo, lleve mis manos a su bragas y las baje para que cayeran en la alfombra, ella no perdió tiempo y repitió mi acción. Ahora ambas estábamos completamente desnudas mientras nuestros labios y lenguas luchaban para ver quién ganaba esa batalla, volvió a recostar me pero esta vez ella me siguió para no dejar terminar el beso, abrí mis piernas y ella encajo en mi haciendo que nuestras bocas soltaran un gemido por sentir nuestros centros tocarse— te necesito, necesito todo de ti—me hablo sin separar nuestros labios.

—Toma todo de mi—la besé de nuevo mientras ella empezaba a bajar sus dedos por mi abdomen, no podía resistir y me aleje de ella para poder ver lo que estaba haciendo, la mire a los ojos y asentí segura. Veía bajar un poco su cabeza y llegó a mi pecho metiendo mi pezón izquierdo a su boca, levanté la mirada al techo mientras un gemido salía de mi boca, ella empezó a succionar suavemente y sin poder evitarlo, lleve mis manos a su cabeza para que no se alejara. Con sus dedos tocó mi entrada y cerré los ojos apretando los, estaba loca por sentirla, loca por ser de ella, no podía evitarlo, acarició mi clítoris suave mientras se dirigía a mi otro pezón.

—Eres tan hermosa, no puedo dejar de decirlo y jamás me cansaré—me hablo separándose un poco de mi pecho, dio una pequeña lamida a mi pezón para después dar un soplido haciendo que se pusiera más duro, se alejo de el y se acercó a mi rostro dando besos en mi mejilla, me miró a los ojos sin dejar de acariciar— te amo mucho, eres el amor de mi vida—solté otro gemido cuando sus movimientos fueron más rápidos, cerré mis ojos cuando la sentí metiendo un dedo en mi.

—Te amo—la acerque a mi boca para poder decírselo en los labios, ella entro en mi y suspiré al sentirla por fin, había un dolor soportable. Empezó a moverlo lentamente escuchándome gemir bajo, metió un segundo dedo y solté un jadeo por la sorpresa, sin dejar de mover su dedo pulgar de mi clítoris empezó a mover sus dos dedos dentro de mi y no pude callar más, mis gemidos empezaron a ser más fuertes dependiendo de sus movimientos— no pares, por favor—le suplique como pude, sintiendo mi orgasmo cada vez más cerca.

—Aunque me supliques que pare, no lo haré—me hablo con sus labios pegados a mi barbilla donde dejó una pequeña mordida— si vieras lo que sexy que te ves en este momento, voy a llegar de solo verte—solte un gemido por la forma en la que hablaba, ella siempre fue muy tímida— me encantas, te amo—movió sus dedos más rápidos.

—¡Oh por dios!—grite cuando el orgasmo me golpeó, me  moví un poco más rápido en sus dedos para hacer mi orgasmo más largo, grite como loca cuando ella llevo de nuevo sus labios a mi pezón— Emilia—suspire su nombre, ella se acostó a mi lado.

—Sube—la mire cuando hablo, golpeó suave sus piernas y me mordí el labio, me senté a horcajadas dejando mi pechos a su vista, se sentó para poder besar mis labios mientras llevaba de nuevo su mano a mi centro. Metió dos dedos en mi y gemí en su boca, empezó a moverlos y poco a poco fue yendo más rápido, cerré los ojos mirando hacia el techo sin reprimir mis gemidos, ella besaba mi cuello y dejaba pequeñas mordidas, el placer que me estaba haciendo sentir me llevaba al cielo, sentía que podía ver estrellas. Baje mi cabeza pegando mi frente a la suya y empecé a mover mi cintura contra sus dedos.

—No pares—mi boca estaba seca de tanto tenerla abierta por los gemidos que no paraban, me moví más rápido, casi cabalgando en sus dedos— voy a llegar—hable en sus labios cerrando mis ojos sin separarme de ella.

—Hazlo amor, solo para mi—gemí fuertemente en su boca cuando el orgasmo llegó, me moví más rápido mientras gritaba y ahora miraba al techo. Pase mis brazos por su cuello volviendo a pegar su frente a la mía tratando de calmar mi respiración— ¿estás bien?—me pregunto acariciando mi mejilla suavemente, quería matarla, ¿cómo podía estar bien después de los dos orgasmos que me había dado?

—Perfectamente—di un pequeño beso en sus labios para después tomar su labio inferior con mis dientes— tu turno—la mire tragar saliva cuando me escucho, la recosté en la cama y fui bajando dando besos por todo su cuerpo, llegué a sus pechos y bese a mi antojo sus pezones, la sentía tomar mi cabello entre sus dedos mientras se escuchaban sus pequeños jadeos, besé sus abdomen después de divertirme un poco más con sus pechos, fui bajando lentamente hasta llegar a su centro, abrí sus piernas mirándola a los ojos, mordió su labio al verme en esa posición y yo sonreí. Empecé a dar pequeños besos por sus muslos mientas la oía jadear bajo, sin hacerla esperar más acerque mis labios a su centro y di un pequeño beso, tomo mi cabeza soltando un gemido alto, saque mi lengua y empecé a pasarla por todo su centro escuchándola ahora gemir mientras tomaba mi cabello con sus dedos. Mientras seguía haciendo esa acción, lleve dos dedos donde estaba mi lengua y fue entrando en ella lentamente.

—Oh, Clara—la escuché gemir y la mire, tenía los ojos cerrados, su cabeza hacia atrás mientras su boca estaba abierta, ella tenía razón, con solo verla así podía llegar. Entre en ella y empecé a mover mis dedos lentamente mientras seguía dándole atención a su centro con mi boca, su sabor no era nada desagradable y me estaba volviendo loca, me separé de ella y empecé a mover más rápido mis dedos, subí para quedar frente a su cara y la empecé a besar, ella soltó otro gemido al sentir su sabor en su boca, la besé hambrienta mientras mis dedos no paraban— me estás volviendo loca—hablo mis labios gimiendo en ellos.

—Eso es lo que quiero—me lleve su pezón a mi boca, quería que ella disfrutará tanto como yo— vente para mí, hazlo solo para mi—gimió alto cuando le susurre al oído.

—¡Clara!—grito dejando salir su orgasmo, me acerque rápido a su centro y empecé a succionar todo de el, su sabor era exquisito y temía hacerme adicta a ella, pase mi lengua por su entrada y la sentía palpitar. Me recosté a su lado mirándola mientras trataba de calmar su respiración, me acerque abrazándola por la cintura, ella paso su brazo por detrás de mí cabeza acercándome más, escondí mi rostro entre su cuello y hombro, nos relajamos y caímos en un sueño.

Biip biip biip biip

Un sonido que llevaba rato molestándome hizo que abriera los ojos pero rápidamente los cerré al sentir el sol golpeando en ellos, pase mi puño por ellos para tratar de que el sueño se me fuera, me quedé quieta unos segundos y después me senté de inmediato en la cama haciendo que Emilia se levantara de golpe.

—¿Que pasa?—pregunto preocupada por el repentino movimiento.

—Es de día—ella me miró confundida pero después abrió los ojos sorprendida.

—Tu mamá me va a matar—dijo preocupada mientras se ponía de pie.

—No solo a ti, créeme—el sonido volvió a escucharse y pude ver qué era mi celular, la pantalla se iluminaba mostrando una llamada de mi mamá Lauren, suspiré tomándolo, ella debería de estar preocupada y tenía que decirle que estaba bien, deslice mi dedo por la pantalla contestando la llamada— hola mamá, lo siento nos—guarde silencio cuando la escuché hablar, mire hacia Emilia que miraba todo confundida por mi silencio, pase la lengua por mis labios humedeciendo los un poco— de acuerdo, adiós—termine la llamada suspirando.

—¿Que te dijo?—pregunto preocupada mientras se acercaba a mi para sentarse a mi lado.

—Sonaba tranquila, solo dijo que nos esperaba en tu casa—ella abrió los ojos sorprendida.

—Ay no, nos van a matar—llevo sus manos a su rostro— tu mamá Lauren y mi mamá Vero juntas lo harán.

—Lo sé, pero tenemos que ir—me puse de pie pasando mis manos por mi cabello— así que andando—la mire pero ella estaba mirando completamente embobada mi cuerpo desnudo— Emilia—la llame y ella sacudió sus cabeza para después mirarme.

—¿Si?—pregunto inocente y quería reír.

—Tenemos que bañarnos—tome su mano y empecé a caminar hacia la ducha.

—¿Juntas?—volvio a preguntar y la mire sonriendo.

—Asi ahorramos agua—le guiñe mientras nos metíamos bajo el agua cuando la encendí, nos bañamos sin segundas intenciones, nos dábamos cariños y besos completamente inocentes. Nos vestimos para después bajar hacia la cocina— prepararé algo de desayunar—le informe mientras abrí la nevera.

—Iré a recoger lo de la playa—asentí escuchándola, me dio un pequeño beso y se alejo— ya vuelvo—empece a preparar unos huevos estrellados con tocino, hice pan tostado con mermelada, serví el desayuno y saqué la jarra de jugo que había, mire a Emilia entrar con la canasta y la sábana, la dejo a lado del sofá y se sentó a mi lado empezando a desayunar.

—Vámonos—le hable cuando termine de guardar y lavar todo, tomo mi mano y cuando íbamos a salir de la cocina nos topamos con alguien.

—¿Quién es?—ella tenía un palo en su mano que bajo de inmediato cuando nos vio— disculpe señorita Emilia, pensé que alguien había entrado.

—No te preocupes Nat, nadie sabía que iba a venir y no avisé—le explico Emilia sonriendo.

—Señorita Clara—me saludo y le sonreí, Nat había sido empleada de Vero y Lucy desde que nosotras éramos unas niñas, ella era la que cuidaba está casa de la playa y la que nos atendía cuando veníamos.

—Nosotras ya nos vamos, te dejamos todo limpió—hablo Emilia y abrí mis ojos sorprendida cuando recordé algo.

—Menos la habitación de Emilia—me sonroje cuando sentí su mirada al hablar.

—Esta bien, yo me encargo de eso—ella nos sonrió, nos despedimos de ella y salimos de la casa prometiendo volver pronto, subimos al auto y Emilia condujo por hora y media mientras se seguía escuchando el disco que le había dado. Después de estar un tiempo estacionadas fuera de la casa de mis tías, decidimos que ya era momento de entrar y enfrentar todo, tomé su mano y ella abrió la puerta. Lo primero que esperábamos eran gritos y regaños por parte de las cuatro mamás, pero lo que encontramos en la sala era a mi tía Vero sentada en el sofá con sus manos en su cabeza mientras se escuchaba sollozar bajo, mi tía Lucy estaba a su lado con su frente pegada a su hombro y abrazándola por la cintura mientras pequeñas lágrimas salían, mi mamá Lauren estaba dándonos la espalda un poco alejada y estaba hablando por celular, teníamos miedo de que todo esto fuera por nosotras.

—Llegaron—miramos hacia mi mamá Camila que salía de la cocina con una vaso de agua, cuando las demás la escucharon hablar miraron hacia nosotras de inmediato, mis tías se pusieron de pie y caminaron rápido hacia Emilia.

—Mamá lo siento, no quería—pero su voz se fue cuando sintió a sus dos mamás abrazando la, mire todo confundida mientras mi mamá Camila me tomaba de los hombros y nos hacía alejar un poco.

—¿Que está pasando?—le pregunté bajo para entender un poco.

—Sucedió algo, ahorita te explicamos—mi mamá Lauren llegó a mi lado y me tomo del hombro.

—Vero—le hablo bajo ganando su atención— él dice que ya viene para acá, le expliqué un poco sobre el tema pero quiere saberlo todo—mire asentir a mi tía Vero mientras escuchaba a mi mamá.

—¿Quién viene para acá? ¿Paso algo?—pregunto Emilia confundida, yo también necesitaba que alguien dijera algo.

—Ven amor, vamos a sentarnos—mi tía Lucy le hablo y caminaron hacia el sofá, las tres se sentaron, Emilia en medio de ambas.

—¿Que paso?—pregunto está vez mas asustada.

—Vinieron unas personas ayer por la noche—empezo hablar mi tía Lucy mientras le acariciaba su mano.

—¿Unas personas? ¿Quiénes?—sabía que Emilia estaba asustada pero a la vez desesperada por saber sobre el tema.

—Ellos—volteo hacia su mamá Vero cuando hablo está vez, suspiro mirándola— ellos dicen ser tus padres—abrí mis ojos sorprendida cuando termino de hablar, mire hacia mamás y asintieron a mi mirada.

—¿Que?—empezo a negar— debe de ser un mal chiste—mordí mi labio inferior, no quiero ver a Emilia sufrir, nunca.

—No lo es, vinieron aquí, ayer—explico mi tía Lucy— para poder hablar contigo, les explicamos que no estabas, que habías salido y se enojaron—fruncí mi ceño al escuchar esa parte— nos dieron una hoja y cuando la leímos nos dimos cuenta que era una hoja del juez.

—¿De un juez?—ella quería asegurarse de estar escuchando bien.

—Si, era un citatorio, parece que ellos quieren recuperarte—ella rio sin gracia.

—¿Recuperarme?—nego— ellos nunca me han tenido, me abandonaron cuando era una recién nacida y ahora quieren recuperarme—hizo comillas con sus dedos en la última palabra.

—Harry ya viene para acá, él nos ayudara—por supuesto, mi tío era abogado y especialista en estos temas— él dice que ellos tienen todas las de perder, nunca se han hecho cargo de ti—ella asintió mirando sus dedos, el silencio reino todo la casa hasta que Emilia volvió hablar bajo y con un sollozó.

—No me van a separar de ustedes, ¿verdad?—hablo mirando hacia mi tía Lucy y después mi tía Vero, la primera soltó lágrimas al escucharla y la segunda tomo su rostro para que la mirara.

—Nadie te va a separar de nosotras, así tenga que dar mi vida—le prometió para después abrazarla, Emilia escondió su rostro en el cuello de su madre y mi tía pasaba su brazo por sus hombros para abrazarla más a ella, mi tía Lucy tenía su mano entre las suyas y le daba cariño, conocía bien a Emilia y sabía que tener a sus dos madres con ella la hacía fuerte, era todo lo que necesitaba.

—No la van a alejar de ellas, haré todo para que no pase—escuche decir a mi mamá Lauren mientras yo estaba abrazada de mi mamá Camila.

—Por supuesto que no lo harán, todos nos vamos a encargar de eso—hablo mi mamá Camila tomado su mano, sabía a quien se refería con el "todos", el timbre sonó por toda la casa y una chica del servicio fue abrir, mire hacia la entrada cuando sentí a mi mamá apretar mi hombro, la chica del servicio venía con dos señores detrás de ella.

—Señoras, las buscan—mire a mis tías mirar con odio a las personas, mientras que Emilia todavía estaba escondida en el cuello de su mamá pensado que mi tío Harry ya había llegado.

—Emilia, ellos son tus padres—escuchamos a mi tía Vero hablar con un odio en su voz, mire hacia Emilia que de inmediato se separó de su cuello y miró a las personas, la chica del servicio entendió y desapareció hacia la cocina. Emilia se puso de pie y sus mamás la siguieron.

—¿Mis padres?—pregunto con ironía— no se puede llamar así a las personas que te abandonaron cuando era solo una recién nacida.

—Queremos hablar contigo—hablo la señora de cabello castaño, venía vestida elegantemente y podía saber con solo mirarla que la odiaría.

—¿Hablar conmigo? Yo no tengo nada de que hablar con ustedes, son unos desconocidos—les hablo apretando los dientes.

—Somos tus padres—esta vez hablo el señor elevando un poco la voz.

—No está en su casa, respete la casa de mis madres—hablo Emilia enojada cuando el hombre alzó la voz— porque si, tengo padres que está vez son madres, ellas me han dado todo lo que tengo ahora y soy lo que soy por ellas, solamente ellas.

—Nos vamos a presentar ante un juez, el va a decidir con quién te quedas—intente irme contra la señora al escucharla pero mi mamá me detuvieron.

—Ella ya hablo, ustedes son unos desconocidos para ella y no los quiere ver—me detuvieron para irme contra ella pero no para hablar— ¿por qué mejor no se largan?

—¿Y a ti quien te dio vela en este entierro?—la señora me contesto y mi mamá Lauren se metió.

—Cuidado como le habla a mi hija señora, tengale respeto—hablo sonriendo de lado.

—¿Respeto? ¿Por qué tendría que tenerle respeto a alguien sin modales?—sentí la mirada de Emilia en mi, extendió su mano para que la tomará y así lo hice, me puse a lado de ella mientras me abrazaba por la cintura.

—Porque es mi novia—le respondió ella y la señora abrió los ojos sorprendida.

—No lo puedo creer, estás personas—hablo con desprecio mirando a mis tías— le han pegado eso a nuestra hija—cerre los ojos negando.

—¡Suficiente!—escuchamos el grito de Emilia que está vez hablo más enojada— quiero que le tengan respeto a mis mamás y quiero que se vayan, ¡ahora!—volvió a gritar y tome su mano para tratar de calmarla.

—Ya escucharon a mi hija. ¡Largo!—todos esperamos que mi tía Vero fuera la que los corriera, pero nos sorprendimos al escuchar a mi tía Lucy hacerlo enojada— háganlo ya mismo porque si no llamaré a la policía, quiero que se vayan y dejen en paz a Emilia hasta que sea el día del citatorio.

—¿Escucharon bien a mi mamá?—les pregunto enojada, ellos simplemente levantaron la barbilla y dieron la vuelta para irse, Emilia me miró y lágrimas bajaron por sus mejillas.

—Tranquila, estoy aquí—la abracé fuertemente demostrándole lo que le dije.















































No soy muy buena escribiendo smut, pero si muy buena para leerlo.





Perdón si hay errores.

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