Guardaste tus cosas de la anterior materia con cuidado mientras tu amiga se acercaba hacia ti, te ayudó. Sonreíste por su acción y le agradeciste con una reverencia.
—Muchas gracias, Mayu-chan —ella sonrió también.
—¡Quiero ayudarte lo más posible! —respondió. —Después de todo debes de recordar muchas cosas, ¿no? Por mí está bien presentarme de nuevo y ser amigas una vez más.
—Bueno... Pese a que olvidé unas cosas antes de mi accidente si recuerdo otras —respondiste mientras te volvías a sentar.
Mayu jaló su silla hacia la tuya para escucharte con mayor claridad, empezaste a hablar.
—¿Por qué decidiste venir? —preguntó. —No quiero que suene feo pero deberías de estar descansando.
—Fue decisión propia, cuando dijeron que perdí la memoria me sorprendí un montón pero debo recordar tarde o temprano, ¿no? Que mejor que la escuela donde están mis maestros y amigos... Aunque mi accidente fue apenas unas meses antes de graduarnos me alegra haberme recuperado rápido.
—¡Estábamos realmente preocupados por ti! —te dijo tu amiga.
—Yo también... Fue una de las cosas que recordé más rápido y no quiero volver a perder otro año sólo porque perdí la memoria —reíste. —Soy la mayor de aquí y ya soy mayor de edad, a veces es raro.
—Ni tanto, somos amigas y te quiero mucho —rieron. —¿Qué hay de los maestros?, ¿les explicaste tu situación...?
Las dos y sus demás compañeros se tuvieron que callar, Mayu volvió a su lugar acomodando su silla mientras que tú junto a tus compañeros se paraban para saludar al profesor que iba entrando. Hicieron una reverencia, dijeron buenos días y volvieron a sentarse. Obanai, el profesor de química te miró y frunció el ceño para después empezar a hablar, se le notó muy raro, no entendiste nada mi el porque de su acción. Sin embargo una vez lo escuchaste creíste haber entendido que sucedía.
—Su compañera la señorita _______, tuvo un accidente —se cruzó de brazos mientras iba frente a todos —tiene amnesia así que será mejor que la ayuden cuidándola y no se aprovechen de ella.
Al escuchar sus palabras no pudiste evitar sentirte feliz, tu corazón se aceleró pero no encontraste una razón como tal; pensaste que fue por su amabilidad pese a su apariencia seria y a veces de miedo.
—¡Muchas gracias, profesor Obanai! —le dijiste mientras te parabas de tu lugar y hacías una reverencia —podré haber perdido una parte de mi memoria pero recuerdo muy bien las cosas de su materia, daré todo mi esfuerzo.
El pelinegro desvió la mirada mientras su serpiente siseaba como respuesta a ti, aquel animal pese a ser tenebroso para muchos resultaba realmente lindo y amable para ti, parecía que ya te tenía cariño y eso se te hizo raro pero no prestaste tanta atención. Obanai fue a su escritorio y tomó un libro, tú te volviste a sentar mientras le veías con atención. Ya no dijo nada más, su única respuesta fue el sonido que hizo su amigo reptil aún así eso fue suficiente para ti. Iguro fue bueno para la imagen que los demás tienen de él.
Dijo la página del libro y les dio un par de segundos para buscarla, empezó a leer y cuando terminó le pidió a uno de tus compañeros que siguieran, iba en orden pero cuando te tocaba a ti leer te saltó, pasando a la siguiente persona cosa que te dejó algo desconcertada. Puede que fuera una buena acción pero tampoco es como si hubiesen quitado las cuerdas vocales y no pudieras hablar, perdiste la memoria, no te volviste tonta.
Suspiraste, era la última hora y se notaba que iba a ser más teórica que practica, al final intentarías hablar con el pelinegro para comentarle de mejor forma tus debilidades.
El tiempo llegó y Mayu se acercó a ti pero le dijiste que se adelantara, ella aceptó a duras penas y tú te acercaste a Iguro quien ya estaba guardando sus cosas.
—Obanai —apenas te escucho hablar se estremeció.
Le hablaste con el mismo tono que solías hacerlo antes, cerró los ojos y pudiste escuchar su suspiro, cuando volteó a verte se le notaba algo molesto pero no entendiste porque, no había razón alguna.
—¿Qué necesitas? —preguntó al terminar de recoger sus cosas.
Empezó a caminar hacia la salida del aula, le seguiste.
—Profesor, sé que perdí la memoria pero no quedé paralítica o muda, aún puedo hacer las cosas que normalmente hacía —le comentaste. —Cuando recupere la memo-...
Empezó a caminar más rápido.
—Debes irte, vuelve a casa, _______.
Te dijo mientras se alejaba de ti, pudiste ver como su serpiente te veía y sacaba la lengua siseando, como si te hubiese querido decir algo. Suspiraste, le hiciste caso y tomaste el camino que te sacó del colegio para poder volver a casa. Con tu celular te aseguraste de ir bien, recordabas por donde era tu camino de regreso sin embargo debido a tu condición dejaste de confiar un poco en ti misma. Había pasado sólo una semana desde que saliste del hospital y cada que intentabas recordar el porque de tu accidente te dolía la cabeza.
Suspiraste, estabas cerca de llegar. Guardaste tu celular mientras metías tus manos a la bolsa de tu suéter, casi es temporada de lluvias y por alguna razón el frío aumentó.
Al llegar a casa, antes de entrar pudiste ver a alguien escondido detrás de un árbol. No se veía sospechoso para ti pero fue raro.
—¡Hola mamá! —la saludaste al entrar a casa, ella fue rápido donde tú.
—¿Cómo te fue?, ¿estás bien? —preguntó tu madre preocupada mientras te veía. —¿Recordaste algo?
—No mami, estoy perfectamente bien —respondiste con una sonrisa. —Aún es temprano para comer, ¿puedo hacerlo más tarde?, iré a mi cuarto.
Tu mamá asintió mientras te dejaba ir, subiste a tu cuarto dejaste tu mochila a un lado de la puerta y te tiraste a la cama, sacando tu celular para poder ver que cosas tenías ahí. En esa semana no habías querido revisar nada por miedo y lo único para lo que lo ocupabas era para recibir las llamadas de tu madre y ya. Empezaste por checar tus contactos, te diste cuenta que era familia por como lo tenías registrados sin embargo llegaste a un contacto que te pareció raro.
"Amorcito🐍"
Tragaste saliva; ¿tenías novio y no lo sabías? Entraste al contacto y te diste cuenta de que tiene whatsapp, lo abriste y en cuanto se mostró tragaste saliva. No tenía foto de perfil pero al comenzar a leer los mensajes una sonrisa apareció en tu cara mientras te ruborizabas, te hablaba de una manera demasiado linda y se te hizo genial. "Te compré un llavero, te lo daré mañana espero que lo uses" fue uno de los mensajes que dejó, te paraste de la cama y fuiste por tu mochila, volteándola un poco viste el llavero que había en el cierre.
—Pero no parece que mi mamá sepa de esto... —te preguntaste a ti misma mientras suspirabas.
Te sentaste en el piso, recargándote en la puerta. ¿Deberías de escribirle?
• • •
Iguro estaba intentando trabajar en la planeación de su clase sin embargo era inevitable que se diatrajera, Kaburamaru quien pegó su cabeza a la mejilla de su amigo le estaba dando ánimos, escucharle hablarle de esa forma, justo con el tono que solías hacerlo hizo que sus sentimientos se revolvieran, intentó olvidarte con Kanroji pero es imposible después de todo lo que sucedió entre ustedes dos, aparte no te puedes enamorar de alguien más sólo por intentar olvidar a alguien que ya amas y sabes que también te ama... Después de todo quería dejarte ser feliz.
Su tranquilidad se vio interrumpida cuando escucho su celular, lo tomó para averiguar de que se trataba y casi le da un infarto al ver que era un mensaje tuyo diciéndole algo demasiado amigable, tragó saliva y lo abrió sin querer al intentar leerlo. Ya había aparecido la palomita de "visto" y no podía hacer nada más.
—Tiene que ser una broma —dijo para si mismo mientras respondía.
"Hola."
Fue lo único que pasó por su maldita cabeza al no poder procesar nada más, tú con un lindo discurso para intentar saber quien era y él todo nervioso.
"Eres la única persona que tengo registrada con un apodo lindo así que supongo eres algo de mí por las platicas que hemos tenido, no leí mucho solo el principio y al parecer nos llevábamos tan bien que no nos llamabamos por nuestros nombres"
Iguro dejó su celular bloqueado, ya no supo que responder.
Su serpiente siseó, el no le hizo caso. Quizás aquel reptil le dijo a su duelo; "dile la verdad".
• • •
Ibas caminando hacia la escuela con el llavero en mano, estabas distraída pensando en quien podría ser él, es más que obvio que se trata de alguien cercano a ti pero al parecer dejaste de verlo desde antes de tu accidente, sus últimos mensajes fueron dos días antes y lo más raro es que no habían tenido pelea alguna. Era una conversación demasiado larga, no pudiste leer toda porque te dio flojera así que solo intentaste hablar con él pero en cuando le enviaste aquel mensaje, te dejó en visto.
Entraste a la escuela, suspiraste mientras cerrabas los ojos y la palma de tu mano, evitando que el llavero se cayera.
Debido a que ibas tan distraída chochaste con alguien.
—Lo sien... —cuando le viste la cara una sonrisa apareció en tu rostro. —Lo siento, Obanai.
—Deberías poner más atención —te dijo cruzándose de brazos.
—Venía pensando un par de cosas, creo que tengo novio y no lo he visto desde hace tiempo —reíste.
—Tienes que ir ya al salón —te recomendó.
Intentó cambiar de tema.
—La primera hora es con usted, ¿está bien si vamos juntos? —preguntaste inclinandote un poco para poder verle mejoe la cara. —Su serpiente está de acuerdo, Obanai sensei.
Kaburamaru siseó.
—Vamos ya —te dijo mientras caminaba a tu lado.
Aún tenías el llavero en la mano, le echaste otro vistazo e Iguro se dio cuenta de ello y tú también te diste cuenta.
—Al parecer mi novio me lo regaló —dijiste riendo. —Es realmente lindo, en dado caso de que en verdad tenga pareja me gustaría volver a verla... Me dan ganas de un abrazo de esa persona.
Iguro tragó saliva intentando contenerse por tus palabras, quería parar y rodearte con sus brazos, dejar de comportarse tan frío, contarte sobre la relación que los dos tenían y que fue lo que sucedió antes de la última vez que hablaron. Quizás invitarte a su casa y tomar un té juntos o que alimentes a Kaburamaru como solías hacerlo. Obanai quería tomar tu rostro entre sus manos quitarse ese cubrebocas y besarte, como la última vez... Pero no podía, no podía soltar tanta información de repente y que eso te provocara algún tipo de daño.
Ni siquiera puedo pensar en algo coherente porque se sentía culpable.
—Que difícil... —murmuró.
—¿Difícil por qué? —preguntaste ladeando un poco la cabeza.
Kaburamaru siseó intentando ayudar a su amigo.
—¡Oh! Supongo que a usted también le ha pasado algo igual... ¿Con Kanroji-san quizás? —respiraste profundo mientras guardabas tu llavero.
—¿Recuerdas a Kanroji? —preguntó sorprendido.
—En realidad no sé quien es... Pero lo veo a usted y lo primero que se me viene a la mente es ese nombre, ¿es alguien importante?
—Mira, ya llegamos —te abrió la puerta, le agradeciste y entraste.
Fuiste a tu lugar, siempre llegabas temprano incluso antes de tu accidente y esta no sería la excepción. Tus compañeros empezaron a llegar uno a uno con miedo de Obanai, cada quien lo saludaba con un buenos días y una reverencia, tenían miedo a que hiciera una acción igual de agresiva que Sanemi como la anterior vez... Normalmente Iguro no solía estar tan temprano pero al acompañarte fueron los primeros en llegar.
• • •
Con todos los trabajos de tus compañeros, empujaste la puerta del laboratorio a un lado y con la mirada buscaste a Obanai, era tu turno de entregarlo y he tu presencia en el lugar.
—¿Igu-... Obanai? —ibas a decir su nombre pero corregiste.
Él no se encontraba en el lugar pero hasta el escritorio donde a veces suele trabajar estaban sus cosas y junto a ellas su teléfono. Dejaste las libretas a un lado, ignorando la total presencia del celular, te tentaba pero no eras chismosa hasta ese punto, tenías que encontrarlo pero de pronto suena una notificación de parte del aparato haciendo que la pantalla de este se encendiera, claro no pudiste evitar voltear.
Tu corazón se aceleró, tragaste saliva acercándote más para poder ver el fondo de pantalla que tenía.
Eres tú, estás junto a él, los dos abrazados mientras Obanai besa tu mejilla.
—¿Qué haces aquí? —escuchaste una voz a tus espaldas haciéndote sobresaltar.
—Obanai... —Lo volteaste a ver con los ojos húmedos por las lágrimas acumuladas. —Profesor, tengo una pregunta...
—¿Qué es?
—¿Tenemos alguna relación lejos de ser alumna y profesor? —preguntaste mientras sacabas tu celular. —Cierto... No se me ocurrió revisar las fotos...
—________, dejame explicarte —él se acercó a ti.
Él había cerrado la puerta del laboratorio así que no había tanto problema.
Corriste hacía él y lo abrazaste con fuerza, él con algo de sorpresa correspondió, el corazon de los dos se encontraba acelerado, más que nada el de Obanai. En el abrazo acariciaste la cabeza de Kaburamaru a quien le gustó y repegó su cara con la tuya. Iguro estaba dejando leves caricias en tu cara que te hacían sentir tranquila.
—¿Cuándo pensabas decirlo? —le preguntaste casi en un murmuro, separándote un poco para verle a la cara.
—No lo iba a decir... —confesó desviando la mirada.
Bajaste su cubrebocas y pegaste tus labios con los suyos, fue tan sorpresivo para él pero aún así correspondió. Te tomó de la cintura disfrutando de un momento que había esperado durante mucho y no iba a poder dejar de esperar.
—Creo que estoy recordando un par de cosas... —Dijiste al separarte.
—¿Qué recordaste?
—Que te amo...
Ahora fue Iguro quien te besó a ti.
Esto lo había publicado en la tarde pero decidí borrarlo para terminarlo.
Quizás me tome un descanso de escribir, siento que ya no estoy dando el 100 y mis ideas van bajando, que ya no tienen la misma calidad que antes... Desde los one shots de Senjuro me empecé a sentir así y durante el tiempo que tuve lo pensé xD
Perdón si ya no es tan interesante como antes uwu <3
Las quiero mucho. ^^♡
Pd: se que me valdrá vrg y seguiré actualizando, esto es pasajero, lo sé.