The Exchange (ALBALIA)

נכתב על ידי santocacahuete

126K 5.9K 185

Esta novela no es mía... pero es muy buena. Tratare de adaptarla lo mejor posible. עוד

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
Capitulo 56
Capitulo 57
Capitulo 58
Capitulo 59
Capitulo 60
Capitulo 61
Capitulo 62
Capitulo 63
Capitulo 64
Capitulo 65
Capitulo 66
Capitulo 67
Capitulo 68
Capitulo 69
Capitulo 70
Capitulo 71
Capitulo 72
Capitulo 73
Capitulo 74
Capitulo 75
Capitulo 76
Capitulo 77
Capitulo 78
Capitulo 79
Capitulo 80
Capitulo 81
Capitulo 82
Capitulo 83
Capitulo 84
Capitulo 85
Capitulo 86
Capitulo 87
Capitulo 88
Capitulo 89
Capitulo 90
Capitulo 91
Nota importante
Nueva Adaptación

Capitulo 32

1.6K 69 2
נכתב על ידי santocacahuete

*POV Alba

Ni en mis sueños más perfectos imaginé tener un día como este con Natalia. Simplemente fue increíble la forma como ella describía los paisajes o se prestaba para tomarse fotos cuando lo pedía. Me trató con afecto y explicó con paciencia, me mostró buena parte de Miami, que es simplemente encantadora y a la moda. Y no es que que esté siendo cliché al decir que dejó lo mejor para el final. Mis ojos brillaron cuando vi acercarse un maravilloso parque de diversiones, Natalia se estacionó un poco lejos de ahí, me tomó de la mano y nos fuimos caminando hasta allá. Descubrí el motivo cuando vi el "corredor" de arboles iluminados que nos llevaban hasta el lugar. Las luces brillaban en las ramas de los arboles, formando una verdadera fiesta para los ojos, que nos conducían hacia la rueda gigante más increíble que mis ojos ya vieron. No era el London Eye, pero realmente me hacía recordarlo. Totalmente iluminada y mostrando su belleza, no dejaba dudas del porque estaba tan lleno. Natalia sabia que no necesitaba decir nada sobre ella. Estuvimos un tiempo en la fila, hasta que logramos subir a ella. Mis labios se entreabrian mientras mis ojos brillaban al ver como la ciudad cada vez se veía más pequeña cuando llegábamos a la cima, Natalia me abrazó de lado, mirando el mismo lugar que yo.

-Esto es... -pestañeé varias veces seguidas, sin conseguir palabras que lo describieran.

-...indescriptible, ya sé. -habló con voz tierna.

-No puedo creer que esté aquí... contigo. -comenté con la voz llena de emoción.

-¿Quieres tomar una foto? -preguntó, negué.

-Ninguna fotografía podrá representar la belleza de este lugar. -dije sincera -Todos deben venir y verlo... en vivo.

Natalia concordó, me recosté en ella mientras aprovechaba el paseo, sabía que ella entendía y respetaba mi momento deslumbrante. Luego nuestro paseó acabó, miré a Natalia de reojo cuando ya estábamos dentro del auto y mordí mi labio inferior, aprensiva.

-¿Qué pasó? -preguntó notando mi mirada.

-Sólo pensaba tonterías. -sacudí mi cabeza levemente, espantando los pensamientos.

-¿Qué tipo de tonterías? -preguntó con la voz cargada de malicia.

-No es nada de lo que estás pensando. -informé rápidamente -Sólo me estaba preguntando hasta cuando durará esto.

-¿Esto qué? -me miró rápidamente.

-Esto... -hice gestos con las manos, buscando palabras -Nosotras dos en paz.

-Quieres saber cuando haré otra estupidez y echar todo a perder. -afirmó para si misma.

-No es eso, yo... -lo intenté, ella me interrumpió, estacionó el auto. No entendí porqué.

-No te sientas mal, sé que siempre arruino todo. -se giró para mirarme -Me detuve aquí porque sé que todo será difícil decir lo que quiero en casa. -explicó - Quiero que sepas el gran esfuerzo que vengo haciendo para no cometer errores, para no lastimarte. -me miró -y lo difícil que es estar lejos de los vicios. -admitió un poco tímida -Sé que soy adicta. -me quedé sin reacción -Y mi garganta llega a quemar cuando estoy lejos de las drogas. -contó -Excepto cuando estoy contigo. -tocó mi mano -No sé, pero cerca de ti intento ser la mejor Natalia que pueda lograr. Intento ser la mejor persona del mundo por ti y para ti. -suspiró -Sólo que hace años vengo equivocándome todo el tiempo, tengo que reaprender a ser normal. -hizo comillas con sus dedos para decir la palabra - Pero la cuestión es cuando estás cerca no tengo tiempo de pensar en cometer algún error. Pero en otros momentos... -me miró - yo... -se encogió de hombros y bajó su cabeza. Sentí mis ojos húmedos con su confesión. 

-¿Por qué no busca ayuda? -pregunté con la voz baja.

-No quiero hablar de eso. -dijo retorciendo su rostro, como si sintiera dolor -Sólo quería que supieras que realmente estoy intentando recuperarme.

Asentí, trastornada, quería mirar dentro de sus ojos y desvendar todos sus miedos, saber qué es lo que la aflige tanto, porqué se niega a buscar ayuda, porqué escogió ese camino. Son tantas preguntas sin respuestas, tanta agonía de hacerla sentir bien, tanto miedo de como todo esto puede acabar. De como ella puede acabar.

Decidí guardar mis dudas, no quiero arruinar este día perfecto, creo que tengo ese derecho. Natalia ya había vuelto a conducir y en poco tiempo estábamos en casa otra vez. Bajé del auto y esperé a que ella hiciera lo mismo, dio un vistazo por la ventana y cuando se aseguró que no hubiera nadie en la sala, me tomó de la cintura, uniendo nuestros cuerpos, en segundos llevó su boca hasta la mía haciéndome sentir las nubes. Prendí mis brazos en torno a su cuello, mientras intentaba recordar como quedar de pie. Nuestros labios se movían sincronizados, sentí mi cuerpo entero derretirse al sentirla presionar mi cintura y darme el soporte para no caer.

Casi la maldigo cuando cerró el beso y se alejó.

-Lo sé, pequeña. -tocó mi barbilla, viendo mi expresión -Tampoco quería terminar. -pasó su dedo levemente por mi mejilla. -Pero tenemos que entrar, hace frío y no quiero que te enfermes luego.

Asentí, aunque ni me estuviera importando el terminar enferma.

-Entra primero y yo entró después. -indicó la puerta con la cabeza -Duerme bien. -besó mi frente suavemente.

-Igual tú. -sonreí entrando.

-Alba... -llamó, me volví. -Por favor, no lo sacudas tanto, ya me es difícil tener que verte y no poder sujetarte. -carcajeé bastante alto, coloqué las manos sobre mi boca y entré.

Al día siguiente peleé conmigo misma para salir de la cama, decidí no ir al curso hoy. Froté mis ojos con pereza, estiré mis brazos para alcanzar un papel, que hasta entonces no lo había visto antes, me dirigí al suelo. Lo tomé, un tanto mareada por el hecho de aun estar un poco dormida, entonces esforcé mis ojos para poder leer.

" Ya me habías conquistado desde el primer "hola"

-N"

Sonreí sola, salté de la cama, tirando lejos el cobertor que me cubría, hice mi higiene matinal, me cambié y fui a buscar a Natalia. Golpeé una... dos... tres veces a su puerta. Silencio.

La abrí lentamente, espiando. Encontré la cama desordenada, ropa por todas partes y ninguna señal de ella. Noté también un portarretrato que ciertamente no estaba aquí antes. Miré para todos lados y entré, para ir a ver más de cerca. Mis labios se entreabrieron con la sorpresa que me llevé al ver la foto que contenía. Antes de preguntarme cómo ella pudo tener esa foto, ya que la tomamos ayer en Collins Avenue y lastimosamente me había quitado la camiseta que ella me había dado para estar vestida para la ocasión, noté mi notebook abierta sobre su cama. Negué con la cabeza, mientras pensaba a qué hora ella se levantó para revelar la fotografía, colocarla en su habitación y salir nuevamente.

*POV Natalia

Estaba llegando a mi habitación cuando noté que había alguien adentro, espié por un lado de la puerta y vi a Alba con la foto que revelé temprano entre sus manos. Negué con la cabeza y entré, tomándola por sorpresa.

-Muy bonito, sólo vienes a mi cuarto cuando no estoy. -bromeé con los brazos cruzados.

-Yo... -mordió su labio inferior nerviosa -... estaba pasando... -dijo sin saber que decir -...y ...- sacudió su cabeza -Pero, fuiste tú quien tomó mi notebook sin permiso -colocó sus manos en su cintura, desviando el tema.

-Si no busco la fotografías que me obligaste a tomar, tampoco me las pasarías. -la acusé sentándome en la cama -Así que tuve que tomarlas por cuenta propia. -me encogí de hombros.

-Creí que no las querías. -admitió aun de pie.

-Llegará el día en que las fotos serán la única prueba que tenga de que realmente estuviste aquí, y que realmente todo fue real. -suspiré mirando mis manos.

Sentí la cama hundirse un poco, cuando ella se sentó. Colocó su mano sobre la mía, haciendo que la mirara.

-¿Y esa nota? -preguntó con la voz baja, cambiando el asunto del que estaba hablando. Me mostró el papel que dejé temprano en su cuarto.

-Era solamente una pequeña sorpresa. -dije un poco tímida, algo que es difícil que pase. -De alguna forma tenías que saber que siempre te encontré linda. -coloqué mi mano sobre la suya. -Aunque te traté con indiferencia cuando llegaste. -confesé - En la cocina, esa mañana con Elena, cuando te vi por primera vez. -recordé.

-Yo... -pensó unos segundos si hablaba o no -...también me pareciste linda cuando te vi. -habló levemente colorada.

-¿Y aun me encuentras linda? -pregunté mirándola a los ojos.

*POV Alba

Ella me miraba con aquellos ojos chocolate intensos, sentí mi corazón latir sin ningún ritmo, involuntariamente llevé mi mano hasta su rostro, acariciándolo levemente. Bajé mi dedo hasta sus labios contorneandolos, Natalia cerró los ojos sintiendo mi caricia, mientras yo la miraba, notando cada pequeño detalle de su rostro, los trazos totalmente encantadores. Sin duda ella es linda.

-Si. -susurré de repente. Ella me miró.

-Si que? -preguntó con la voz suave.

-Eres linda. Muy linda. -respondí levemente colorada. Sacudí la cabeza y me levanté -Es mejor que me vaya. -tomé mi notebook y lo abracé contra mi pecho.

-Viene rápido, se va rápido, así es la vida. -bromeó.

Negué con la cabeza, sonriendo y salí de ahí antes de que ella hiciera cualquier cosa que me hiciera demorar más en aquella habitación.

Respiré profundo cuando cerré la puerta del cuarto de Natalia. Un tiempo después escuché un ruido de una motocicleta estacionarse, no tuve que pensar mucho para saber de quién se trataba, bajé y abrí la puerta.

-Wos, que rápida! -comentó Joan sonriendo, bajando de su moto.

-Si quieres puedo entrar nuevamente y venir más despacio. -bromeé acercándome a él.

-Me parece. -dijo irónicamente sonriendo -Hey compañera de curso, vine a ver si estabas bien.

-Estoy perfecta. -me paré frente a él.

-¿Y entonces por qué faltaste? -dejó su casco en el suelo.

-Pereza.- admití.

-Que feo, ya fueras más aplicada que eso. -negó con su cabeza dándome una lección moral -En fin... tenemos ensayo musical, bonita. -informó -No puedes estar faltando así.

-Soy la estrella del show, yo hago mis horarios. -tiré mi cabello hacia atrás, jugando con él.

-Oh, mil disculpas. -colocó la mano sobre su corazón -Realmente lo siento mucho. -entró en mi broma.

-Bobo. -le saqué la lengua.

-Quien saca la lengua pide beso. -habló medio cantando.

Entonces me tomó en sus brazos y giró el cuerpo inclinándome, fingiendo un beso de película, pero colocó su mano entre nuestros labios. Cuando me soltó comencé a reír.

-Besas muy bien. -impliqué.

-Ya lo sé. -me guiñó sonriendo. De repente se puso serio, mirando al frente. -Hm... no mires ahora, pero creo que nos están espiando. -indicó la casa con sus ojos. Me volví en el mismo instante en el que lo dijo -Te dije que no miraras. -habló entre dientes. Lo miré de vuelta sonriendo en grande.

-La curiosidad habló más alto. -me disculpé -¿Quién nos estaba viendo?

-Te doy un premio si adivinas. -dijo con voz irónica.

Ay no

-Joan, por favor, dime que no era Natalia- pedí.

-Si quieres que te lo diga, te lo digo. -se encogió de hombros -No era ella.

-Rayos, ella debe estar pensando que me besaste de verdad. -pasé las manos por mi cabello -Y yo pensando que cosas así solo pasaban en las películas.

-Hey, bienvenida a la vida real. -abrió sus brazos indicando la vida, creo. -Sólo dile que era una broma.

-No es así de fácil, Joan, créeme. -suspiré - Pero todo bien, va, deja eso para después.

-¿Quieres que intenté hablar con ella? -preguntó.

-Sólo si tienes un seguro de vida en este momento. -dije riendo -Es broma, déjame y yo lo resuelvo.

-Entonces ve allá, antes de que las cosas empeoren. -asentí - Nos vemos en el curso. Y lo dejo dicho, si faltas una vez más, vengo y te llevo del pelo. -sonrió.

-Wow, que delicado. -dije sonriendo- Estaré allá -afirme -Chao. -di un beso en su rostro, esperé que se fuera y entré.

Respire hondo y fui hasta la habitación de Natalia.

Golpeé dos veces su puerta, un poco tímida y no esperé invitación para entrar, porque no sabía si ella lo haría. Natalia estaba sentada en su cama con el control de la televisión en sus manos, pasando canales.

-¿Puedo hablar contigo? -pregunté aun en de pie al lado de la puerta. Ella se limitó a contestar. -Me viste con Joan, no? -la miré caminando algunos pasos hacia el frente. Ella solamente asintió, sin mirarme. -No sé exactamente a partir de qué momento comenzaste a vernos, pero yo no... -dejé lo que estaba haciendo mirándola -¿Es mucho pedirte que me mires? -ella se resistió un momento, pero luego puso su mirada en mi -Ok... yo no lo bese Natalia. -ella asintió mientras se formaba una expresión irónica en su rostro -En serio, fue una broma, él puso su mano entre nuestro labios. -expliqué con calma.

-¿Por qué diablos él haría eso? -terminó hablando -Di la verdad Alba, hasta un ciego ve que él se muere por ti.

-Estás viendo cosas en donde no las hay, si, le gusto a Joan pero solamente como su amiga. -rebatí.

-Alba, por Dios, no seas ingenua. -hizo una pequeña mueca.

-No estoy siendo ingenua, yo sé lo forma en la que él gusta de mi. -la enfrenté.

-Está bien Alba, está bien. -volvió a mirar la televisión.

-Pero que carajos Natalia, Joan es gay! -lo solté por la altura de mi irritación.

-¿Me estás queriendo ver la cara, no? -me miró - Él no es gay, por una mierda.

-Créeme, lo es. -afirmé ahora que ya había hablado, que se joda. -No sé porque todo el mundo cree de que todos los gays tienen que tomar baños de espuma. -me crucé de brazos. -Él no tiene que andar gritando eso a los cuatro vientos.

-¿Por qué nunca me lo dijiste? -preguntó confundida.

-¿Por qué te lo diría? -levanté una ceja -Creo que si confiaras un poquito en mi no tendrías por que estar tan insegura y ni con con los labios casi en los pies por causa de una broma. -suspiré.

-Dudo mucho que confiaras en mi si trajera a una amiga heterosexual a la casa y la sentara en mi regazo, como lo haces con Joan. -jugó.

Y solamente entonces me di cuenta de que discutíamos como, bueno como novias. Entonces decidí no continuar con eso para no pasar por idiota.

-No sé cual sería mi reacción. -hablé para cerrar el asunto.

Entonces me acerqué a una de las esquinas de la cama y fui gateando hasta quedar entre sus piernas, me alojé ahí y la miré, tapando su vista de la televisión.

-Y ahora, ¿me disculpas? -pregunté, ella intentaba no mirarme -Eh? -incliné el rostro hacia el lado para el que ella miraba -¿Me disculpas? -acerqué mis labios a ella, dándole varios besos en su mejilla. -Hm? -seguí incomodando, noté que quería reír. -¿Me disculpas o no?

-Dio mío, eres muy romántica. -dijo riendo y tomándome de la cintura, haciéndome caer sobre ella, en un torpe abrazo. No dejé de mirar su rostro, mientras ella carcajeaba desenfrenadamente.

-¿Eso es un si? -pregunté riendo.

-Si, mala. -volteó sus ojos, me senté entre sus piernas, ella me abrazó mientras me recostaba en su pecho.

*POV Natalia

Alba no tardó mucho en mi cuarto, como siempre lo hace, ella viene, provoca y se va. Ya se volvió una rutina. Tomé mi celular y busqué el número de Damion. Al tercer tono él atendió.

-Bueno? -habló con voz ronca, como quien acaba de despertar.

-No puedo creer que estés durmiendo tan tarde. -carcajeé alto -Te estás haciendo viejo, Damion.

-¿Me llamaste solo para burlarte? -preguntó aun con su voz ronca.

-No. -respondí mientras conseguía dejar de reír. -Necesito conversar con alguien. -admití.

-Manda. -limpió su garganta para intentar mejorar su voz.

-¿Sabes, cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice que no estás ni un poco listo, pero la otra dice; haz de ella tu para siempre? -suspiré al final de la frase.

-¿Todavía estoy durmiendo o en realidad te está gustando alguien? -dijo sorprendido.

-Sin preguntas Damion, solo responde. -pedí -Mi cabeza está completamente confundida.

-Está bien, está bien. -concordó -Tienes que hacer lo que te dice tu corazón. -aconsejó -Sé que da miedo, también pasé por eso, pero ciertamente después todo va a estar bien.

-Damion, es diferente. -rebatí -Tú eres... -busqué palabras - ... normal. -fue lo mejor que encontré -Yo estoy llena de problemas, de vicios... -cité -No sé si soy capaz de hacerla feliz. -respiré hondo -O si en realidad quiero esto, si no es algo pasajero.

-No podré ayudarte si no sé quién es la persona. -avisó.

-Alba. -respondí sin pensarlo dos veces -Ella ni siquiera es de aquí, cuando ella se vaya, ¿qué haré?

-LO SABIA! -dijo alegre -No pienses en el futuro, piensa en el ahora.

-Es claro que tengo que pensar en el futuro, el futuro está aquí a menos de siete meses. -informé -Nos lastimará a las dos.

-¿Sabes cuál es el problema? -preguntó y luego respondió -Además de todos los obstáculos que ya existen también tienes los que tú misma estás imponiendo, cuando quiebres la barrera que hay dentro de ti, las cosas se volverán más fáciles y la respuesta vendrá sin que tengas que pedir consejos. -habló de una sola vez.

Consideré lo que él dijo y cerré la sesión "pidiendo ayuda". Apenas colgué el teléfono sonó inmediatamente, vi el número de Jon en la pantalla.

-Hey Natalia, ¿quieres ir al estadio a ver el juego de hoy? Tengo algunas cosas ahí para que nos calmen. -informó.

Estadio. Juego. Calmarnos. Mi cuerpo respondió a eso, haciéndome volver a un pasado no tan distante. Mi vicio afloró, mi boca se secó y mi garganta comenzó a protestar por la falta de las drogas.

Sin poder controlarme, acepté la invitación. Estuve un tiempo en el cuarto, me puse la camiseta de mi equipo, tomé el celular, la cartera, los puse en mis bolsillos del pantalón y me dirigí hacia la puerta. En medio camino vi a Alba dormir en el sofá, probablemente se quedó dormida mientras veía la televisión, aunque aun no sean ni las diez.

Me arrodillé a su lado.

-Discúlpame, mi amor. -susurré mirándola -Pero realmente no consigo estar lejos de mi vicio. -seguí susurrando, sentí mis ojos húmedos. Negué con la cabeza y me levanté saliendo disparada hacia la puerta.

*POV Alba

Por Dios, ¿qué ruido es ese?! Perezosamente me obligué a abrir los ojos, la noche se puso oscura y el reloj indicaba que ya habían pasado las cinco. ¿Cómo se puede dormir tanto? Me dolía la espalda, habían apagado la televisión y el insistente ruido seguía atormentándome. Me tomó casi dos minutos para saber de donde venía.

No podía creerlo.

Nunca me imaginé rezar tanto para que fuera un ladrón, el dolor sería menor. Cuando consiguieron abrir la puerta, Natalia entró tropezandose, sus ojos rojos la acusaban de que esta vez ella no intentaba engañarme. Terminó haciendo eso cuando dice que va a cambiar. Negué viendo el estado lamentable en el que se encontraba, mi corazón no cedió para dejarla ahí y que se arreglara sola. La amo demasiado como para hacer eso.

Coloqué sus brazos alrededor de mi cuello y la ayudé a llegar a nuestro escenario principal de las noches cuando llega en ese estado. La cocina. Mi gran compañera. La dejé sentada, Natalia miraba todo con los ojos un poco entrecerrados.

-Oye... mesera. Quiero una lasaña, por favor. -pidió forzando un poco la voz.

Volteé los ojos, tomé una taza, le pasé el café, lo coloqué frente a ella. Lo miró, analizó, olió y luego se puso a reclamar.

-Eso no es lasaña. -se cruzó de brazos, mientras hablaba aburrida, haciendo el bizco. 

Se quedó viendo la taza arrugando su frente y las facciones de una niñita malhumorada.

*POV Natalia

Las personas creen que soy burra, como si no supiera que eso es Coca-Cola y no lasaña.

-Le reclamaré al gerente. -cerré la mano en un puño y golpeé la mesa -El servicio aquí es horrible y la decoración es antigua.

-Entonces, señora... -habló la camarera, que al parecer es la única cosa bonita en todo el lugar -...por qué no acepta nuestro plato principal? -indicó la taza- Va por cuenta de la casa.

Es como dicen, de gratis hasta una inyección en la frente. Bebí el liquido, horrible de hecho, pero terminé queriendo dejar a la camarera feliz, entonces lo tomé todo.

-Sabes, era el cumpleaños de mi madre... -conté animada -... y le regalé una toalla. -dije emocionada con mi acto.

-¿Una toalla? ¿Para secarse y así? -respondió igual de animada.

-Exactamente. -seguí orgullosa de mi misma -Hasta tenía color.

-Wow, yo también quería una toalla. -asentí -roja... -completó.

Roja, me hizo acordar a mi equipo de fútbol, me recordó que perdió el juego hace un rato. Comencé a llorar.

-¿Qué fue? -se levantó viniendo hasta mi.

-Mi equipo... -seguí llorando lastimada -... perdió.

*POV Alba

La miré llorando, lamentándose por la derrota del equipo que estaba en su camiseta. Mi corazón se apretó. No por el hecho de que estuviera llorando, sino por el estado en el que se encontraba. Me dio pena, me dio la necesidad de sujetarla de los hombros, sacudirla y preguntarle si no entiende que se está matando. Y que eso me mata también.

-Ellos ganarán otro día. -sequé sus lagrimas.

-¿Lo prometes? -preguntó con sus ojos hinchados, bañados por las lagrimas.

-Lo prometo. -garanticé, entregándole una pequeña sonrisa.

-Eres tan bonita. -colocó su mano en mi rostro -Creo que ya te había visto en mis sueños. -cerró los ojos.

Suspiré, las palabras eran tan envolventes y mi corazón idiota no dejó de sentirse feliz. Y mi ego femenino influyó.

-También eres muy linda. -respondí acariciando su cabello.

-Lo sé. -secó sus ojos.

Negué con la cabeza, su autoestima no cambia ni aunque esté fuera de si.

-Hey. -tocó mi hombro, la miré- Me das una foto tuya para pedirle a papá Noel una igual- no pude dejar de reír con tanto piropo barato.

-Claro, yo te la doy. -garanticé aun riendo.

-¿Hoy es tu cumpleaños? -preguntó.

-No, ¿por qué?

-Porque yo... -parón pensó -...me olvide de... -mordió su labio inferior -... comprar el pastel. -eh? -Creo que no era así el piropo. -froto su nuca.

Sentí pesar por ella y le di un beso en la mejilla.

-Esas cosas siempre funcionan. -se exhibió, sonreí -¿Y qué tal una lasaña ahora? -tentó nuevamente.

Negué otra vez, esperando que no volviera a contar lo de la toalla como si fuera la gran cosa, ya que parece que ahora se queda repitiendo todo lo que dice.

La tomé de la mano, levantándola y llevándola hasta a su habitación.

-Yo conozco este lugar... -comentó mirando atenta alrededor. Suspiré.

-Creo que es hora de dormir . -la senté en su cama. -Hm, ¿estás cómoda así? -pregunté.

Cuando la miré descubrí que no me respondería. Abrí las gavetas, siempre atenta a los movimientos de Natalia y encontré una camiseta y un short algo más flojo para que usara.

-Muy bien, quítate la ropa. -ordené, volviéndome nuevamente hacia ella, quien abrió completamente sus ojos.

-Así, ¿de un solo? ¿Sin ni siquiera un acercamiento, por lo menos?- volteé los ojos cuando entendí el significado de sus palabras.

Sin decir nada quité su camiseta, poniéndole enseguida la que tomé e hice lo mismo con su pantalón, pero para eso necesitaba una gran ayuda, la cual Natalia no me daba, entonces terminé tardándome más. Acomodé su cama y la ayudé a acostarse, me senté a su lado, mirándola como le pesaban los ojos y cuanto le costaba mantenerlos abiertos.

-Gracias por cuidarme... -habló con una voz baja, mientras se entregaba al sueño.

La miré, llena de sus palabras, acaricié su cabello levemente.

-Siempre estaré contigo. -susurré. -Siempre.

המשך קריאה

You'll Also Like

813K 86.8K 136
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
82.1K 7.1K 39
- 𝑉𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑆𝑎𝑡𝑜𝑟𝑢 𝑐𝑎𝑠𝑎𝑟𝑠𝑒 𝑛𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑡𝑎𝑛 𝑚𝑎𝑙𝑜 - 𝑑𝑖𝑗𝑜 𝑠𝑢 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑜 - 𝐻𝑒 𝑜𝑖́𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑠...
249K 17.3K 89
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
133K 10K 74
"Moriría por tí" • Historia de Alexa Grimes, de 22 años, Militar, hija del Sheriff Rick Grimes. En medio del apocalipsis conoce a Daryl Dixon, un ca...